Uno de los argumentos de oro esgrimidos por García Linera durante la campaña electoral del 2005 indicaba que el MAS era el único partido “capaz de garantizar la gobernabilidad social en Bolivia”. Ahora, uno de los pilares argumentales de ese proyecto político parece estar derrumbándose. A la rebelión de la CIDOB y los desmarques del CONAMAQ que ya comentamos anteriormente, hay que sumar ahora la reactivación de las protestas en Caranavi, el ultimátum de la Federación de Trabajadores Campesinos de La Paz al gabinete de ministros, las presiones de la CSUTCB y un nuevo frente de conflicto con la COB por la Ley de Pensiones. La explicación es simple: la gobernabilidad social se desvanece porque nunca existió una real intención de prevenir conflictos mediante el diálogo permanente, sino una mera utilización instrumental de los movimientos sociales para el copamiento del poder por parte de una nueva clase burocrática. Y la burocracia, como enseñó Maurice Duverger, tiene sus propios fines e intereses materiales.

Sabotaje contra Potosí

Los dirigentes del MAS de Potosí parecen estar jugando una partida doble. En realidad, su participación en la huelga de hambre habría sido tan sólo un “entrismo” en el movimiento de protesta de ese departamento, buscando desactivar desde adentro el conflicto en el otrora bastión oficialista.

El secreto de la ampliación

La Asamblea Legislativa Plurinacional decidió ampliar el plazo para la designación de los vocales de las Cortes Departamentales Electorales por 90 días más. Una de las razones que pesaron para esa decisión es la de darle más tiempo a la administración masista de la Alcaldía de Sucre, postergando las nuevas elecciones generadas por la renuncia de Jaime Barrón.

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Fuente: http://eju.tv/2010/08/se-derrumb-la-gobernabilidad-social/