“¿El Estado? El Estado soy yo” – Cayo Salinas / LOS TIEMPOS – 6.6.2010

Imagínate circulando con tu familia por el Norte de Potosí o por cualquier zona del altiplano boliviano, o que algún familiar tuyo sea policía y esté destinado allá donde prima la justicia comunitaria…..

……y el criterio de la existencia consolidada de pequeños Estados dentro el desagregado que está en proceso de construcción. Imagínate también que por esas cosas de la vida, sea porque estando circulando atropellaste una oveja o llama, o siendo uniformado te propusiste cumplir con tu deber a fin de desbaratar bandas de “auteros” o narcotraficantes –ahora que están tan de moda– caes en manos de comunarios que se sienten afectados por una u otra acción. Mejor ya no sigas imaginándote nada porque, con suerte, tendrás cristiana sepultura si caso algo queda de ti y si antes no eres devorado por aves de rapiña. Y es que no debe haber nada más tétrico que pasar por circunstancias como esa sin saber si saldrás vivo o si verás a tu familia nuevamente. Entonces, ¿quién puede encontrar palabras para consolar el dolor de una madre, esposa o hija ante circunstancias como ésta? Personas que un día vieron partir a familiares sin imaginar que el próximo capítulo iba a ser el reconocimiento de cuerpos deformes fruto de la bestialidad de un grupo de ciudadanos  que se amparan “en la hora del Estado Plurinacional”.

De estas cosas habíamos advertido antes de que se aprobara la CPE del MAS. Alertábamos que incluso Evo se iba a ver rebasado por la actitud de ciertos sectores a quienes de una u otra forma se les estaba dando carta blanca para actuar bajo el falso concepto de la justicia comunitaria, que bien vale la pena recordar, no es el linchamiento y sí estaba reconocida en la anterior Constitución en tanto respete los DDHH. Lo dijimos: “Nada que nace mal y chueco es portador de buenas noticias”. Los abanderados de la AC gestaron una CPE prometiendo empleos, menos pobreza y desarrollo. Nada de eso ha acontecido, si no, pregúntele a la gente, a los dolientes de Epizana o a  los que acaban de suscribir un acuerdo de no toma de represalias legales para poder recuperar cadáveres. Sí, sí, es verdad. Sólo en Estados en proceso de desagregación, episodios como éste son parte de una cultura en la que Luis XIV se queda chico: “¿El Estado? El Estado soy yo”, “carnal”.

Recuerdo a los sofistas que se encargaban de hacer creer a la gente que los que se oponían a la AC y a una nueva Constitución eran traidores a la Patria. Aquellos o buscaban lo que está aconteciendo o jamás pensaron que las cosas iban a adquirir un matiz tan delicado al punto que, para enterrar cristianamente a un policía, se necesita firmar un  papel que diga que no se enjuiciará a sus victimarios. Si eso se pretendía, el experimento está dando resultado. El laboratorio no pudo ser mejor. La libre determinación y el autogobierno están matando gente. Y bien vale anotar que “a confesión de parte, relevo de prueba”. Bolivia es un perfecto laboratorio para hacer ensayos de cómo funciona lo plurinacional. Nos lo dijo un portugués. Veremos cómo salen de ésta los bolivianos y cómo manejan aquello de varias nacionalidades con capacidad de autogobierno en una Carta Fundamental que, traída de afuera, fue aprobada a costa de crímenes de lesa humanidad que ¡son imprescriptibles! Al final, no sé si la revolución se come a sus hijos o los experimentos a sus inventores, como la guillotina a Robespierre. Sí, sé que los arquitectos son parte del desastre y lo que estamos viendo también.

El autor es abogado

Fuente: http://www.lostiempos.com/diario/opiniones/columnistas/20100606/%E2%80%9Cel-estado-el-estado-soy-yo%E2%80%9D_74191_138004.html

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