La influencia del catolicismo barroco sobre la cultura boliviana de la actualidad – H. C. F. Mansilla* – 20.6.2011

Los sectores estrechamente vinculados al legado precolombino y al hispano-colonial tienden a una cosmovisión paternalista, colectivista e iliberal, que ha resultado ser resistente a cambios culturales.


La tesis central de este texto afirma que la insurgencia de sectores indígenas en la arena políticadel país, el florecimiento de un socialismo indigenista y la instauración de valores de orientación populares –que algunos autores prefieren llamar plebeyos– representan elementos conservadores, en el sentido de convencionales y rutinarios, que, en el fondo, significan el renacimiento de normativas axiológicas vinculadas a legados culturales bastante antiguos. Este resurgimiento ocurre en forma cíclica y tiene, tanto en el imaginario popular como en el intelectual, la característica de una anhelada revolución social. Pero una revolución, en el sentido primordial del término, también puede significar una vuelta al punto de partida. En los procesos históricos no hay retornos en sentido estricto, pero se puede detectar en la mentalidad popular el profundo deseo de recuperar algunos elementos del pasado que son vistos como la expresión popular adecuada de un orden socialmentejusto, solidario y fácil de comprender. Y los pensadores “progresistas” han tenido y tienen la funciónde envolver y explicar este designio popular con las palabras y las teorías que las modas intelectuales convierten en obligatorias.

 

La realidad y sus múltiples facetas nos muestran en el contexto boliviano la formación continua de múltiples identidades y de soluciones cambiantes de carácter sincretista, que no pueden ser adecuadamente comprendidas mediante razonamientos demasiado lineales. Sin ir más lejos tenemos el caso del catolicismo en Bolivia, que desde un comienzo en el siglo XVI y más claramente en la actualidad nos muestra sus manifestaciones polifacéticas: desde un principio fue tanto inquisitorial como tolerante, extirpador de idolatrías, por un lado, y favorecedor de mixturas rituales y doctrinarias, por otro, cercano a las élites y próximo a los pobres, inclinado a la civilización europea y promotor de las culturas indígenas al mismo tiempo. Ha sido un catolicismo integrista y militante, pero simultáneamente una fe religiosa anti-intelectual, pobre en la producción de teología y filosofía, rica en la generación de artes plásticas y música. Ha sido, en suma, un sistema disperso de creencias, profuso en fiestas, procesiones, santos, milagros, experiencias místicas, vivencias extáticas, prácticas adivinatorias y rituales de todo tipo y escaso en bienes intelectuales.

 

El análisis de la inmensa teología católica no nos aporta elementos de juicio para comprender elcatolicismo boliviano y las formas cómo éste ha influido sobre la cultura política del país. Para nuestro fin específico no vale la pena detenerse en debates filosófico-intelectuales, sino en el estudio de variadas formas de mestizaje cultural y étnico. Mucho más útil es el análisis de la religiosidad popular, de las prácticas cotidianas de la Iglesia oficial y del llamado ethos barroco, temas que han concitado el interés de los estudiosos en los últimos tiempos. En todas las culturas y en la dimensión del muy largo plazo la religión es uno de los fundamentos centrales del imaginario popular y, por ello, esencial para la conformación de pautas normativas en el terreno político. Precisamente, el porte de la religiosidad popular a los valores políticos en Bolivia sólo puede ser comprendido por medio de una reflexión que de cuenta de la enorme riqueza del fenómeno en el plano práctico, cotidiano y profano, plano que no debe ser confundido con la esfera de la teoría y de la reflexión intelectual. No es casualque varios autores, también en Bolivia, se hayan consagrado a examinar el carácter popular-comunitario, a menudo místico-sensual, a veces revolucionario (hasta subversivo) y siempre opuesto al liberalismo egoísta que caracteriza el ethos barroco.

 

Hasta hoy se puede hablar en Bolivia de un catolicismo barroco, que no se opuso explícitamente aproductos intelectuales provenientes de la tradición democrático-liberal occidental, pero que contribuyó notablemente a diluirlos o, por lo menos, a dificultar su divulgación en suelo boliviano. Este catolicismo barroco ha fomentado una atmósfera de solidaridad inmediata en los fieles, no mediada por instituciones democráticas. En la región andina reforzó el colectivismo pre-existente (típico del Imperio Incaico) y debilitó la formación de un individualismo fuerte y autónomo, que es una de las bases históricas del liberalismo democrático y pluralista. Esta atmósfera colectivista de ritos y fiestas, con presencia de un misticismo atravesado de sensualismo elemental, no es proclive al surgimiento de una personalidad autocentrada individualmente, que pueda guiarse por la llamada elección racional entre opciones de comportamiento y por el sopesamiento meditado de elementospragmáticos en los campos ideológico, propagandístico y político. Dentro del catolicismo barrocola personalidad resultante, que puede poseer fuertes rasgos de solidaridad con su contexto social, tiende a ser influida por factores supra-individuales, como las autoridades preconstituidas, los movimientos sociales, los partidos políticos y los cultos religiosos prevalecientes, por un lado, y por las modas culturales e intelectuales del día, por otro. Frente al mundo moderno, signado por la ciencia y la tecnología, pero también por una complejidad creciente y una insolidaridadinsoportable, el ethos barroco, asociado inseparablemente al sincretismo y al mestizaje, sería una solución adecuada a las demandas de la población latinoamericana.El ethos barroco estaría en la base de la llamada economía solidaria, diferente y opuesta a la economía liberal de mercado que genera el egoísmo individualista. El gran problema que trae consigo esta mentalidad barroca es, como también se percibe en Bolivia, el renacimiento del organicismo antiliberal, con su carga de irracionalismo, colectivismo y anti-individualismo.Se supone que el ethos barroco contribuyó a que la gente sencilla se sintiera bien dentro de su comunidad, en armonía o, por lo menos, en concordancia con el universo, tanto cósmico como social, y a que la vida política fuera percibida como más humana y más solidaria.Pero esta tendencia (a) al consenso compulsivo y (b) al descuido de las labores crítico-intelectuales, disolvió la especificidad del catolicismo, preparó el advenimiento (a partir del siglo XX) de nuevos credos religiosos que privilegian un confuso comunitarismo  místico-sensual (como muchas confesiones protestantes de cuño pentecostalista) y contribuyó a la consolidación del infantilismo político de dilatados sectores poblacionales.

 

La Iglesia católica resultó ser una institución intelectualmentemediocre, que irradió pocos impulsoscreativos en los ámbitos de la teología, la filosofía y elpensamiento social. Durante la colonia el clero gozó deun alto prestigio social; la Iglesia promocionó un extraordinarioflorecimiento de las artes, especialmentede la arquitectura, la pintura y la escultura. La Iglesiarespetó de modo  reprochable el modus vivendi conla Corona y el Estado; toleró sabiamente rituales ycreencias sincretistas; y sus tribunales inquisitorialesprocedieron, en contra de lo que ocurría en España,con una tibieza encomiable. Pero esta Iglesia no produjoningún movimiento cismático; le faltaron la experienciadel disenso interno y la enriquecedora controversiateórica en torno a las últimas certidumbresdogmáticas. Debido a la enorme influencia que tuvola Iglesia en los campos de la instrucción, la vida universitariay la cultura en general, todo esto significó unobstáculo casi insuperable para el nacimiento de un espíritucientífico. Todos estos aspectos son pasados poralto generosamente por los teóricos actuales del ethosbarroco.

 

El renacimiento de las tradiciones prehispánicasha conllevado un resurgimiento de antiguas formas dereligiosidad popular, como las religiones animistas delárea andina, resurgimiento que tiene un claro matizpolítico. Aquí se percibe claramente –en el cruce y lasuperposición de los planos axiológicos– la supremacíadel particularismo (el localismo religioso y hasta susconsecuencias teológicas) sobre normativas universalistas,el abandono del humanismo socialista racionala favor del indigenismo prerracional y el reemplazo dela democracia liberal y del Estado de derecho por elresurgimiento de formas arcaicas y autoritarias de ordenamientosocial (como la justicia comunitaria). Losvalores de orientación política están inmersos en esecontexto. Pero también en el seno del catolicismo seda un retorno hacia modelos específicos de religiosidadpopular y a construcciones teóricas que explican yjustifican este retorno, como la Filosofía y la Teología dela Liberación.

Como ya se mencionó, los sectores estrechamentevinculados a estos dos legados culturales “elprecolombino y el hispano-colonial” tienden a unacosmovisión paternalista, colectivista e iliberal, queha resultado ser resistente a cambios culturales. Supropensión al tumulto, que se despliega furiosamentepara terminar poco después en mera retórica, encubreel hecho de que amplios sectores poblacionales tienenagravios y resentimientos seculares que se manifiestanpor una vía radical que precisamente no ha conocidoel Estado de Derecho y las prácticas de la democraciacontemporánea.

(Nueva Crónica 13, 2da quincena 2011)

Enviado por Alberto Zelada Castedo [azeladacastedo@hotmail.com]

2 comentarios

  • By Eduardo Palacios Molina, 21 Junio 2011 @ 14:58 pm

    Agradezco a H.C.F. Mansilla esta columna en la que trabajosamente trata de reflejar la policromía de matices del catolicismo boliviano que yo tuve el gusto de conocer en este bello país.La Doctrina Social de la Iglesia Católica es una y universal. Han surgido en los dos mil años de historia muchas interpertaciones y siguen habiéndolas. Esto no es ninguna novedad. Pero existe un estudio permanete, una jerarquía integrada a Su Santidad que analiza,oye, vive y sufre con los más débiles tratando de promover el amor al prójimo.Siempre habrá cismas y controversias.¿ Acaso no las hay en toda familia? Nada diferente ocurre en Bolivia a lo que ocurre en todo el planeta. En una comunidad de un mil millones de creyentes que somos en el el mundo, que creemos que Cristo es Dios hecho Hombre y que es la Segunda Persona de La Santisima Trinidad, que murió en la Cruz por nosotros y resucitó, habrá muchos colores, pero todos creemos en Él y hemos sido Bautizados en Él.La grandeza de la diversidad.La Doctrina del Amor es lo que prevalece, sobre el odio y la discordia.

  • By Rodolfo Plata, 29 Diciembre 2011 @ 5:08 am

    JAQUE MATE A LA DOCTRINA JUDAIZANTE DE LA IGLESIA QUE HA CONVERTIDO AL CRISTIANISMO EN RELIGIÓN BASURA. El análisis racional de los elementos que integran la triada pre-teológica judeo cristiana (la descripción neutra del fenómeno espiritual, su explicación y su aplicación), nos permite criticar objetivamente el profetismo judío y la cristología de San Pablo que fundamentan la doctrina judaizante de la Iglesia; y visualizar: 1) que las directrices de los ancestros de Israel (patriarcas, profetas, reyes y jueces) contenidas en el Antiguo Testamento, son opuestas a las enseñanzas de Cristo, ya que en lugar del amor al próximo, promueven el racismo, el despojo, el sometimiento y/o exterminio de los pueblos no judíos; 2) la omisión capital que cometió Pablo en sus epístolas al mutilar al cristianismo de la doctrina de la trascendencia humana (instruida e ilustrada por Cristo) que se alcanza practicando las virtudes opuestas a nuestros defectos hasta adquirir el perfil de humanidad perfecta (cero defectos), dándonos acceso a las potencialidades del espíritu a medida que nos vamos desarrollando espiritualmente; 3) la urgente necesidad de formular un cristianismo laico enmarcado en la doctrina y la teoría de la trascendencia humana (sustentada por filósofos y místicos, y su veracidad comprobada por la trascendencia humana de Cristo); a fin de afrontar con éxito: “el ateismo, el islamismo, el judaísmo, el nihilismo, la nueva Era y la modernidad”, que amenazan con sofocar al cristianismo. http://es.scribd.com/doc/73946749/Jaque-Mate-a-La-Doctrina-Judaizante-de-La-Iglesia

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