Estaba anunciado… – Susana Seleme Antelo – 4.7.2010


Por lo tanto, nada nuevo hay bajo el sol de invierno en Bolivia. Y nadie debiera sorprenderse, pues como la novela  de Gabriel García Márquez -“Crónica de una muerte anunciada”- el gobierno de Evo Morales -y sus hombres- sigue imperturbable el camino hacia el totalitarismo y la concentración del poder total.

Ese peligro lo venimos denunciando quienes desde hace 4 años, vimos que la pulsión por la hegemonía desde la aprobación y actuación para la Asamblea Constituyente, dejando de lado la construcción democrática de consensos y disensos, se transformaba  más a prisa que despacio,  en pulsión coercitiva-perversa de dominación política pura y simple.

Al fin Evo Morales controla todos los aparatos del poder, tras la aprobación de  las leyes del Órgano Electoral Plurinacional, del Régimen Electoral, del Órgano Judicial, del Tribunal Constitucional Plurinacional y la Ley Marco de Autonomías y Descentralización. Por eso felicita  al ‘sindicato’  del ‘Vice’, como presidente de la Asamblea  por la labor  realizada: hacer levantar la mano a sus ‘sindicalistas’. El disminuido sistema democrático durante los cuatro años pasados,  soporta ‘sopapo tras sopapo’ de parte de los  psicópatas del poder masista.

Que la autonomía ha muerto porque no hubo propuesta alternativa de la oposición cruceña como han dicho algunas personas y medios,  no es cierto. Propuesta hubo, si se consideran, primero, las observaciones hechas a los artículos más centralistas de la Ley Marco con el equipo técnico  del gobierno, en la propia Asamblea Legislativa,  donde la oposición es minoría a la que no se escucha, y luego con la presentación de la Ley Alternativa hecha por el senador  cruceño Germán Antelo.

El centralismo totalitario del MAS es hoy una realidad más que una amenaza.  Lo constatan las aprobaciones y promulgaciones de aquellas leyes, como hicieron con la Constitución Política del Estado (CPE),  primero en Sucre, con tres muertos, heridos y contusos, y luego en Oruro, sin discusión, sin aceptar los disensos, a puro ‘levantamanos’,  siguiendo las órdenes-consignas de Morales, el ‘Vice’ y compañía.  En esa CPE está el origen de los arrebatos antidemocráticos  que hoy sufrimos,  palpables no sólo en las  leyes comentadas, sino en el asalto a los Alcaldes electos,  hoy destituidos,  de Sucre, Punata y Quillacollo; en el  igual pero fallido intento contra René Joaquino, en Potosí, y los ‘misiles políticos’, en los hechos ‘guillotinas judiciales’ contra gobernadores también democráticamente electos y demás adversarios.

A la hora de la verdad,  de nada vale que se barnicen de demócratas convocando a elecciones a diestra y siniestra. Ni que alardeen con falsa vigencia  de los clásicos tres poderes del Estado, si  el Legislativo  y el Judicial, son marionetas del Ejecutivo, y hoy se ha delegado al jefazo- presidente toda el poder del Órgano Electoral, del Judicial,  del Tribunal Constitucional, amén de haber conculcado derechos  a la libre expresión y ejercicio de la profesión periodística de la ley del Régimen Electoral.

Por lo demás, el hasta hace poco ‘guía espiritual de los pueblos indígenas de America’, hoy  les da la espalda,  incumpliendo no solo promesas, sino lo pactado en una Constitución que por maximalista, arbitraria, confusa  y demagógica será siempre un conflicto latente.   Se desnuda, al fin, la falsedad del giro masista hacia las autonomías,  porque ni las indígenas ni las departamentales tendrán competencias ni asignación de recursos.

Que  el apego autonomista  del oficialismo era mentira,  lo sabíamos desde el principio por aquello de que la autonomía divide al poder central, pues la autonomía es la redistribución democrática y pactada de competencias, recursos y  poderes, que  ningún proyecto de poder totalitario, como el del MAS, está dispuesto a compartir.

En este  escenario lo único cierto fue el NO rabioso, violento  y excesivo de la campaña masista contra los referendos autonómicos. La negativa está vigente hoy,  a pesar de que Bolivia es ya un Estado Plurinacional Comunitario Autonómico.

Así fue: utilizaron la demanda autonómica para engañar sobre todo a los pueblos indígenas con el supuesto derecho a la autodeterminación de la tierra y el territorio. Pero hoy se les niega la ‘consulta previa’ sobre la explotación de los recursos naturales, derecho plasmado en la CPE en  los artículos 11, 403 y el 30, parágrafo II numeral 15, donde se establece también una consulta para las medidas legislativas o administrativas que les afecten. El artículo 293 apunta a que la autonomía indígena en territorios consolidados y en procesos, se constituirán por voluntad expresa de su población, con procedimientos propios, apoyando así la demanda de la autodeterminación y autonomía indígena sin necesidad de un referéndum,  expresada también en el artículo 294.

Lo cierto es que el antiimperialismo, el antineoliberalismo de Morales y sus izquierdistas radicales, son  pura cháchara pues tienen mentalidad capitalista para acumular excedentes a partir de la explotación de materias primas no renovables. Por eso apuestan al viejo modelo extractivo de hidrocarburos sin industrialización ni renovación de reservas. El presidente Morales queda en ridículo ante el mundo pues su defensa a la ‘madre tierra’,  mediante la aparente lucha frontal contra el calentamiento global, alardeando de un apremio ecologista, es tan falsa como su falsa postura autonomista: Hugo Chávez quiere explorar  y explotar petróleo, aún violando territorios indígenas, reglas y leyes.

Lo único cierto hoy es que el “proceso de cambio”, una de cuyas bases era el respeto, visibilización y empoderamiento de los pueblos indígenas, con la creación de las 36 naciones  originarias y autónomas era falso.  Fue parte de la manipulación de una reivindicación a la que aspiraba la conciencia democrática de Bolivia.  Es decir, el fin de la exclusión política, social y cultural  de los pueblos indígenas. Ya queda claro que al único pueblo y cultura indígenas que el MAS  quería empoderar era el aymara –según el ‘Vice’ sino es la única, es la cultura que más ha irradiado a todo el país-  pueblo y cultura también burlados: no respetaron  a sus candidatos naturales en las elecciones municipales de abril pasado.

Atacar y menospreciar a sus aliados ayer, los marchistas de la Central Indígena del Oriente (CIDOB) que reivindican sus derechos conculcados en la Ley Marco de Autonomías y ONGs, hoy ‘dizque’ pagados por USAID, es poco ético. Pero publicar una caricatura en el periódico masista ‘Cambio’, que muestra un indígena oriental idiotizado y manipulado a control remoto por el imperialismo –el tío Sam- hablan de un racismo sin límites, penado por ley. Por un ‘supuesto’ delito de racismo, ‘supuestamente’ cometido el 2008  contra indígenas de Sucre, el MAS destituyó y abrió proceso a Jaime Barrón. En esa época era el líder del Comité Interinstitucional  por la capitalidad. ¡Hipócritas!  Lo han destituido porque  quieren el poder total en todo el territorio del país.

Sí, no cabe la menor duda: a lo largo de cuatro años y medio, estaba más que anunciada la  herida de muerte que el MAS le provocaría a la democracia boliviana. La ha fustigado sistemáticamente. Lo que nunca creímos es que su discurso a favor de  los pueblos originarios-indígenas-campesino, su base de sustentación política en el Oriente, inmigrantes incluidos, fuera tan impostor. El primer presidente indígena de Bolivia que liberaría a su pueblo de los oprobios y discriminaciones pasadas y presentes, dio la vuelta al mundo como un hito histórico, no exento de romántico idealismo. Hoy, esa idea queda grotescamente desmentida.

En realidad, Morales y sus hombres han resultado ‘rehenes’ de sus maximalismos y embrollos ideológicos plasmados en la nueva Constitución. Uno de ellos, el más conflictivo es la ‘autodeterminación’ a los pueblos indígenas,  derecho reconocido en los artículos 2, 3, 11, 26, 210 y 211, donde se acepta la no intervención de agrupaciones y partidos políticos en las circunscripciones indígenas. En ellas, los representantes serán elegidos por normas y procedimientos según sus usos y costumbres, y el derecho de consulta para medidas legislativas o administrativas que afecten sus tierras remite a los art.  11, 403 y el 30 parágrafo II numeral 15, y los  art. 93 y 204.

Aprobada y promulgada la actual CPE, pensé que la ‘autodeterminación’ sería un problema: la demagogia masista no hizo las distinciones necesarias para su aplicación. Como concepto filosófico la libre determinación es una necesidad humana para hacer realidad sus aspiraciones de libertad y de igualdad entre todos los seres humanos. Su vigencia es tan antigua como la del hombre-mujer. Sin embargo, la idea de autodeterminación es, ante todo, un concepto eminentemente político, articulado, primero, al imparable surgimiento de las naciones, desde el fin de la Edad Media. Consolidadas éllas en el siglo XIX, tras las guerras de independencia, la autodeterminación tuvo aceptación plena. El concepto se generaliza a fines de ese siglo y se consolida de la mano del proceso de ‘descolonización’ de la colonias europeas con mayor énfasis tras la Segunda Guerra Mundial. Por eso el derecho a la ‘autodeterminación de los pueblos’  se vincula evolutiva y conceptualmente con la poderosa noción política de independencia.

Para el Comité de Derechos Humanos de la ONU, la autodeterminación es un requisito necesario para la plena efectividad de los derechos. Pero, su mención en el discurso político despierta temores de desestabilización, asociados con posiciones políticas extremistas y chauvinismos étnicos. Por eso, el derecho a la autodeterminación de los pueblos, según la ONU y la jurisprudencia internacional, es aplicable solo en dos supuestos: en situaciones coloniales y en aquellos Estados que no estén dotados de un sistema político que represente  a la totalidad de su pueblo en su territorio, sin distinciones raciales, de color o credo.

¿Es ese el caso de Bolivia, con grupos diferenciados dentro de un Estado desagregado y ausente en muchas partes del territorio? ¿Cómo pensó el MAS articular 36 naciones indígenas bajo el concepto de ‘autodeterminación’, sin afectar la administración territorial y su propio proyecto de poder político centralista y autoritario?¿Habrá enfrentamiento, otra vez  entre indígenas-originarios-campesinos y de éstos con fuerzas de seguridad en el Chapare?

Estaba anunciado: el proceso de cambio, poco ha cambiado: no hay autonomías,  y sí más centralismo autoritario,  abusivo y totalitario.

susana seleme [susanaseleme@gmail.com]

Sin Comentarios

Aún no hay comentarios.

Escribe tu comentario:

Editor: Willi Noack | Administración Técnica: Jose Carlos Choque Y. | Creatica Ltda.