Originarios e invasores – José Gramunt de Moragas – 19.8.2011

 

Por Jose Gramunt de Moragas Qué diría Alexander von Humboldt, descubridor de la que él calificó como la selva más hermosa del mundo y hoy se denomina Parque Nacional Isiboro Sécure, si comprobara cómo aquel paraíso está siendo avasallado por colonizadores sindicalistas cocaleros y madereros que desboscan tierras vírgenes para cultivar coca, instalar poblados precarios, pero con su inevitable cantina! Hasta ahora, todo esto se sabía y el Gobierno lo consentía, especialmente a los sindicatos de cocaleros a quienes todo se les tolera.

Los aborígenes de aquella hermosa selva se han puesto en marcha para exigirle al Sr. Presidente la suspensión de la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos. Alegan que en el 21 de junio del 2010 celebraron un encuentro extraordinario de corregidores y decidieron la suspensión inmediata de dicha carretera por tratarse de una decisión gubernamental “socio-culturalmente etnocida, ambientalmente desastrosa y técnicamente no fundamentada”. ¡Qué aguda y exhaustiva disección del problema!

El Presidente a su retorno de Pekín se encontró con su país en efervescente protesta y curiosamente mostró su decepción porque no logra dialogar con los sectores en rebeldía, entre ellos, los indígenas del TIPNIS. Que no se preocupe el Sr. Presidente: ellos vienen a encontrarle. El Gobierno no cede a las condiciones que interpone la contraparte. A la vista de un simple observador tengo la impresión de que el problema de fondo no es la carretera que vaya a destruir el hábitat natural de los recolectores-cazadores-pescadores originarios, y que más bien les va a proporcionar una vía de contacto con el resto del país y las posibilidades de una vida menos precaria que la actual. El verdadero problema es la invasión de cocaleros, madereros y otra fauna de malhechores. Esos son los enemigos, a quienes el Gobierno no ha querido poner freno.

Por eso, llama poderosamente la atención que se hable tanto del conservacionismo de las identidades culturales, y no se mencione prioritariamente la escuela, el hospital, la iglesia, la luz eléctrica, la comunicación radiotelefónica y otros elementos de primera necesidad en la vida del más humilde habitante del siglo XXI. ¿O estarán esperando, para ser felices, colgar y bajar correos del satélite chino Túpac Katari? ¡Qué cóctel chino-aymara!

Por su lado, a su vuelta de China, don Evo lamentó en tono plañidero, que los sectores sociales no responden a sus ofertas de diálogo “cuando (dice don Evo en su peculiar castellano descolonizado) el diálogo siempre está abierto”.

Pero lamentó mucho (que) se envían cartas, citas, y (los convocados) no asisten al diálogo. Eso yo puedo entender que es una acción política”. Y recordó con melancólica nostalgia “Yo antes pedía diálogo y (cuando) no había, acudía a la Iglesia Católica, al Defensor del Pueblo, a Derechos Humanos. Y ahora rogamos por el diálogo.” Y no lo hay.

Pues bien, habría que recordarle a don Evo cuántas veces rechazó el diálogo propuesto incansablemente por la Iglesia para frenar a conflictos que nunca terminan. Ahora, para resolver la guerra del TIPNIS, le bastaría con meter en cintura a los invasores cocaleros, madereros y demás fauna. Y que don Evo no siga obsesionado con las ONG, a las que tanto debe, ni les dé excesivo predicamento a los opositores, hasta las elecciones del “no”. Y que los aborígenes, por su parte, se espabilen para “vivir mejor” con la ayuda eficaz del Estado.

La Razón – La Paz

http://eju.tv/2011/08/originarios-e-invasores/

1 comentario

  • By Jesus Adorno Sanabria, 22 Agosto 2011 @ 7:56 am

    Gracias por escribir un articulo tan interesante!

Other Links to this Post

Escribe tu comentario:

Editor: Willi Noack | Administración Técnica: Jose Carlos Choque Y. | Creatica Ltda.