CULTURA DEL BAÑO AHORRADOR – Ovidio Roca – 19.8.2011

En estas épocas cuando ya se sienten los cortes de energía eléctrica y la falta del agua corriente, como corresponde al avance del Socialismo Siglo XXI, vale la pena iniciarse en las técnicas, del foco ahorrador, el locro ahorrador y especialmente el baño ahorrador.

A lo largo de la historia, la cultura del baño ha mostrado diversas facetas.

 

En el país de Utopia, el novio enviaba una amiga de confianza para que acompañe a la novia a los baños, donde la observaba desnuda, sin pintura, afeites y piezas postizas, informando luego al novio para decidir el matrimonio.

 

Los griegos y romanos eran fanáticos de las termas, o baños públicos, donde los ciudadanos pasaban varias horas del día. A la caída del Imperio Romano y a consecuencia de que la Iglesia toma control del Estado, desapareció la cultura del baño por casi dos milenios. La Iglesia consideraba el bañarse un lujo innecesario y pecaminoso y por eso muchas Reinas de la España católica, solo tomaron contacto con el agua, en ocasión de su bautismo.

 

Cleopatra, Reina de Egipto se bañaba con leche de cabras y Marco Antonio se enamoro de esa textura, aroma y sabor de queso camembert que lucia la Reina.

 

Los Indios se dan un baño ritual en el rió Ganges para lavar sus pecados y purificarse. Un río lleno de inmundicias, donde lo milagroso es que no se mueran todos.

 

En medio del fragor de la batalla, Napoleón Bonaparte recordaba a su bella martinicana, Josefina (que como caribeña practicaba el exótico vicio de bañarse) y le enviaba urgente una notita: “Ne te baigne pas, je vai” vale decir “No te bañes, voy”. (gostava do cheirinho)

 

Los árabes consideran al agua como el origen de la vida y antes de cada oración realizan abluciones para purificarse; en el desierto refriegan su cuerpo con arena para limpiarse. Los franceses mas sofisticados usan una toallita que pasan por las partes y luego se ponen sus magníficos perfumes.

 

En nuestro país pluricultural, la frecuencia bañistica varía inversamente proporcional a la altitud sobre el nivel del mar y directamente a la temperatura ambiente. Ahora con el proceso de cambio avanzamos a una nueva etapa revolucionaria de ahorro de agua y energía.

 

Los campesinos cambas se bañaban empelotos en los ríos y a cada rato; teniendo cuidado con los candirús que atacan por atrás y con las palometas que lo hacen por delante, y también por cualquier lado.

 

Las lavanderas que realizan su labor sentadas a la orilla de los ríos, eran consideradas las más limpias, por eso la expresión “Más limpio que nalgas de lavandera”.

 

En los pueblos, por eso de la interculturalidad, se empezó a aplicar técnicas con reminiscencias extranjeras, que ahorran tiempo y agua. Baño polaco: cara y sobaco, y Baño alemán: cara, sobaco y pan.

 

También son comunes los baños de asiento: frío para calmar los calores y caliente y con flores de colonia u otras, para calmar los ardores.

 

El avance del Socialismo del Siglo XXI y la caída de los de suministro de energía y agua corriente, nos pone en el deber patriótico de modificar las costumbres y aplicar nuevas prácticas.

 

Los revolucionarios no se bañan, pero como algunos han adquirido esta mala costumbre, vale la pena rememorar las lecciones del líder bolivariano, para evitar desviaciones ideológicas.

El micomandante Chávez, enseña la técnica revolucionaria de bañarse en tres minutos, informando de paso que no hiede. Se llena un tobo (balde) con agua, (llevar la linterna si es de noche), enjabonarse y ponerse champú (si hay) y finalmente echarse agua usando la totuma, mientras se agradece por este privilegio a la revolución bolivariana.

 

Patria o muerte, no nos bañaremos.

ovidio roca avila [ovidroc@hotmail.com]

 

 

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