Protestan frente a la Embajada de Brasil por el TIPNIS y los transgénicos – JORNADA – 17.8.2011
Luego de una ofrenda a la Pachamama en pleno paseo de El Prado, los manifestantes se dirigieron a las oficinas de la embajada brasileña, que está ubicada en la Avenida Arce, donde entonaron el himno nacional y reiteraron su protesta por la decisión de construir la mencionada carretera precisamente con un préstamo de más de 300 millones de dólares provenientes del Banco de Desarrollo del Brasil (BNDES).
Representantes de la Asociación de Organizaciones de Productores Ecológicos de Bolivia (AOPEB) señalaron que por su situación geográfica y el conocimiento ancestral de los pueblos indígenas y campesinos, Bolivia es centro de origen y de diversidad de numerosos cultivos que han sido el sostén de las más importantes civilizaciones sudamericanas, por lo que reiteraron que no están de acuerdo con la decisión del gobierno de ampliar el uso de productos transgénicos.
Los jóvenes activistas denunciaron que Brasil es el principal interesado en la construcción de caminos en Bolivia para transportar con mayor facilidad sus productos a las costas del Pacífico, pero también en el uso de transgénicos para ampliar sus exportaciones.
“Ante estas amenazas, el cultivo más riesgoso es el maíz, por lo que debemos iniciar su defensa, junto con la defensa de la biodiversidad del TIPNIS”, señaló una representante del Foro Boliviano sobre Medio Ambiente y desarrollo (FOBOMADE) que también forma parte de la Alianza por el Consumo Responsable y Solidario, que reúne a productores y consumidores.
Durante el ritual de ofrenda a la Pachamama, las organizaciones participantes señalaron su intención de convertirse en “defensores de su biodiversidad, defender al maíz de la amenaza transgénica y defender la riqueza en biodiversidad que tenemos en el territorio del Isidoro Sécure, el TIPNIS”.
La marcha se realizó en el preciso momento en que más de 500 indígenas del TIPNIS, de la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (CIDOB), del Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu (CONAMAQ) y otras organizaciones (APDHB) comenzaban en Trinidad la VIII marcha en defensa del Territorio Indígena.
En la marcha que recorrió las principales calles de la ciudad de La Paz participaron más de 500 personas, en su mayoría jóvenes universitarios y estudiantes, quienes advirtieron con asumir otras medidas de presión para evitar que en Bolivia se amplíe el uso de transgénicos y se construya la carretera por el TIPNIS.
Esta movilización se sumó a otras acciones que asumieron organizaciones, intelectuales y quienes consideran que la construcción de la carretera generará daños irremediables al medio ambiente y ocasionará el etnocidio de al menos 64 comunidades que habitan el TIPNIS.
“Llamamos al gobierno del Estado Plurinacional a que reconsidere su decisión de construir el tramo II de la carretera Villa Tunari – San Ignacio de Moxos, que cruza el Territorio Indígena – Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS), y escuche la decisión de los pueblos indígenas de la región para evitar el enfrentamiento entre bolivianos”, señala por ejemplo un pronunciamiento público firmado por 43 entidades, entre no gubernamentales, académicas y colegios de profesionales.
Dicen además que “la construcción de dicho tramo carretero, sin la consulta previa y vinculante, implicaría, además de la vulneración al artículo 5 de la Constitución Política del Estado y a la Ley de Derechos de la Madre Tierra, un quebrantamiento a su propiedad territorial y el derecho a vivir bien de tres pueblos indígenas amazónicos: Moxeño, Yuracaré y Chimane, poniendo en riesgo la existencia de sus culturas y los medios de vida para sus presentes y futuras generaciones”.
Consideran que la construcción de la carretera provocaría la destrucción del bosque tropical de pie de monte y la pérdida de la biodiversidad de una de las áreas protegidas más importantes del país, por la amenaza latente del avance de la frontera agrícola cocalera y la extracción de recursos maderables.
Esta carta fue firmada por los colegios de Biólogos y de Ingenieros Agrónomos y Profesionales en Ciencias Agropecuarias de Bolivia de Cochabamba, la Liga de Defensa del Medio Ambiente, Comunicadores para la Conservación, Centro de Capacitación y Comunicación CHASQUI, Asociación Alemana de Educación para Adultos, Centro de Investigación y Servicio Popular, Centro para el Desarrollo Sostenible Molle, Fundación Bosque para la Vida, Fundación Plagbol; instituciones ambientalistas, además de la Asociación de Apoyo a los Desocupados y Pobres de Bolivia e instituciones feministas como Poder Mujer y de voluntariado como la Red Nacional de Voluntarios Ambientalistas de Bolivia-Red NAVA Bolivia.
El propio ex viceministro Raúl Prada identificó cuatro “razones” por las que el gobierno de Evo Morales insiste en construir la carretera: a) expansión de la frontera agrícola y de los cocales, b) sumisión a la política desarrollista del Brasil y al extractivismo, c) alianza con la agroindustria y los soyeros, d) explotación de hidrocarburos.
Los manifestantes recordaron que en 1990 marcharon cientos de indígenas por el mismo pedido y abrió el camino para que hoy sean reconocidos sus derechos en la nueva Constitución Política del Estado, pero que el actual gobierno los desconoce.
El TIPNIS nació con una superficie de 1.225.347 hectáreas, pero en 2009 el gobierno del presidente Evo Morales redujo esa superficie a 1.091.656 hectáreas debido precisamente a que se asentaron cientos de colonos cocaleros en las puertas del TIPNIS.
En el parque, que toma su nombre de los ríos Isiboro y Sécure, habitan 64 comunidades, en su mayoría chimanes, yuracarés, moxeños y trinitarios en peligro de paulatina desaparición.
El 62 por ciento de la superficie del parque corresponde a la llanura aluvial beniana, con una temperatura promedio de 30 grados, que la mayor parte del año permanece inundada por 170 lagunas que preservan una extraordinaria riqueza hidrobiológica.
El Parque cobija a 108 especies de mamíferos, que representan el 30 por ciento de las especies del país, entre ellos tapir, capibara, huaso silbador, jaguar y meleo, según un estudio del Servicio Nacional de Áreas Protegidas.
Existen registradas 470 especies de aves (34 por ciento del total nacional) como el tucán común o las parabas roja y amarilla, y otras exóticas como la pava campanilla y el águila arpía.
El mismo estudio informa de 39 variedades de reptiles, entre ellos el lagarto y el caimán negro, de cueros de alto precio, o la iguana, la tortuga terrestre y la pucarara, de 53 tipos de anfibios y algo más de 188 especies de peces.
Por su riqueza forestal, el TIPNIS es considerado todavía un santuario vegetal con árboles centenarios de maderas preciosas de alto precio en el mercado y en peligro de desaparecer.
http://www.jornadanet.com/n.php?a=66712-1
By Marco Octavio Ribera Arismendi, 22 Agosto 2011 @ 9:42 am
Sigue la desinformación, la marcha continúa
Marco Octavio Ribera Arismendi
22 de Agosto 2011
El gobierno nuevamente recurre a declaraciones ligeras e infundadas en el afán de desvirtuar y distorsionar la marcha indígena del TIPNIS y la CIDOB. Esto muestra por un lado, la mala fe en el manejo de la información, pero también el pésimo asesoramiento estratégico hacia los altos niveles de decisión del Estado, lo cual desemboca en una suerte de intencionalidad de abierto menosprecio no solo a la inteligencia, sino al sentido común de la sociedad.
Una carretera como la que se proyecta cruzando el TIPNIS es la puerta para la ocupación ilegal y los negociados de tierras, así como para el saqueo de la madera, es un razonamiento de aritmética básica, y esa es una de las razones fundamentales para el rechazo y resistencia de las comunidades del TIPNIS al proyecto caminero y en especial al tramo 2 y 3. Es ilógico, por no decir absurdo, que el gobierno declare oscuras intenciones de la marcha, relacionadas al comercio de tierras e intereses madereros. La intención de copamiento de tierras ha sido no hace mucho, explicitado por el sector de colonización y cocalero de la región, mientras que una de las primeras propuestas de dicho camino en los años 90, provino precisamente por el interés de algunas empresas madereras que operan en el vecino Bosque Chimanes. De tal forma, que las noticias de supuestos negociados de tierras indígenas en la región de Guarayos en Santa Cruz, es lo que de denomina en jerga criolla “buscarle cinco pies el gato”.
En días pasados se quiso mostrar una aparente pugna y falsa contradicción entre los vecinos de la población de San Ignacio de Moxos y las demandas de la marcha indígena. Es legítimo que los vecinos y cívicos de San Ignacio mayoritariamente quieran y apoyen el camino, como también es legítimo que los indígenas rechacen el camino cruzando el TIPNIS y la TCO TIM, por los riegos de devastación ecológica a mediano y largo plazo que implica. Lo que no se explicó ni debatió fue, que el camino sí puede llegar a San Ignacio, bordeando el TIPNIS por el este del río Isiboro y sin afectar al TIPNIS, ni promover severos conflictos sociales al futuro.
Respecto a dicha ruta alternativa que, desde todo punto de análisis es la que tendría menor costo ambiental y social, el costo de construcción tampoco subiría demasiado, como se ha querido mostrar. Desde la zona de Santo domingo en el Sécure, hacia el norte, las condiciones topográficas y de drenaje, presentarían similares desafíos a la constructora, que en el borde este del río Isiboro. Ambas zonas son fuertemente inundadas en la época de lluvias, a lo cual se debe incluir un detalle clave que lamentablemente, no aparece en el Estudio de Impacto Ambiental del tramo 3, el año 2007, a raíz de un efecto hidrológico propio de la dinámica de los ríos amazónicos, el río Sécure cambió de curso unos kilómetros al noreste de Santo Domingo y su caudal se dirige en la actualidad al río Tijamuchí, el cual se ha convertido en el tramo activo del Sécure, habiendo por lo tanto, migrado el cono aluvial de inundaciones fuertes, hacia la llanura oeste entre Monte Grande y San Ignacio de Moxos, situación que equipara aún mas las condiciones dificultosas del trazo 3, con la alternativa del río Isiboro.
En otro ámbito, el pliego de demandas del sector indígena, que sorprendió tanto a algunos ministros, tiene como punto central no partir en dos el TIPNIS, en tanto que la mayor parte del resto de las demandas, encuentra plena legitimidad y están contempladas en la actual Constitución Política del Estado y en otras varias normas vigentes, siendo una obligación del Estado el cubrirlas y no concitar tanta sorpresa.