EN LEGÍTIMA DEFENSA – Anónimo, Candidato a las elecciones judiciales – 9.8.2011

Por ser candidato en el proceso electoral para la conformación de autoridades judiciales, día tras día he venido tragándome sapos y culebras y seguro que no soy el único. Tanto el oficialismo como la oposición, con contadas excepciones, vienen profiriendo tantas falsedades como sus propias necedades, con tal de defender, cada uno por su lado, únicamente su propio interés.

PS de WN: El autor es un profesional idóneo y altamente capacitado.


Dado que la libertad de expresión así lo permite, sencillamente, se dice de todo y a su modo todos opinan; eso sí, excepto los candidatos. ¿Por qué no opinan los candidatos? ¿Dónde están los candidatos?: Están pero no aparecen; existen pero “nadie” los conoce. Paradójico: un proceso electoral donde lo que menos interesa somos los candidatos y prueba de ello es que seguimos en el patético anonimato; unos perfectos desconocidos, vilipendiados y reducido a un número, por quienes, no obstante, el pueblo está convocado a elegir y votar.

Pero no más, no al menos en lo que a mí respecta. Pues, como todo, incluso la paciencia tiene su límite y el mío, para bien o para mal, se ha agotado. Además, si no hablo ahora, mañana no tendré ninguna autoridad moral para defender lo que creo y pienso; de ahí que, en legítima defensa y con el mismo derecho que me asiste el artículo 21.5 constitucional, rompo el silencio y alzo mi voz para expresar libremente mi indignación y entonces digo y pido:

De inicio, debo decir que no son todos los que están ni están todos los que son; eso sí, habemos de todo. Sí señor, seguramente al unísono con lo diverso y/o plurinacional de nuestro país, hay un universo de candidatos. Insisto, habemos de todo. Pero esa pluralidad de candidatos no solo es cuantitativa sino también cualitativa y, guste o no, no solo representa lo sociológico sino también lo  ideológico. Por lo tanto, no todos somos iguales; pues de algún modo u otro, por una u otra razón, cada candidato tiene su propia particularidad, su propia seña de identidad y lógicamente, su propio mérito y por ende su propia valía.

Entonces, cuando se opine, especialmente, de las cualidades de los candidatos, a los unos les pido que por un principio de seriedad, responsabilidad y sensatez, basta de encorsetarnos en un cliché político. Insisto, no todos somos iguales. Al mismo tiempo, convencido de que el proceso puede aun rectificarse, a los otros les pido que dejen de utilizarnos cual marionetas de cartón: sin voz, sin alma.

Y por último, a todos, si de verdad queremos instituir un modelo y mostrar al mundo que el pueblo no solo está capacitado para elegir a sus autoridades políticas sino también a las judiciales, hagámoslo con transparencia, honestidad y sin cortapisas; de lo contrario, dado el universo de candidatos, no solo los actores sino el país en su conjunto corremos el serio riesgo de hacer el ridículo universal.

  • Candidato a las elecciones judiciales

PS de WN: El autor está personalmente conocido como profesional idóneo.

1 comentario

  • By Jorge Gamarra, 10 Agosto 2011 @ 11:33 am

    Señor usted se queja porque se le juzga por las apariencias, pero no se hace conocer por lo que es en esencia. Yo soy abogado y busco en el juez un profesional del Derecho, porque como abogados que somos NO CREEMOS EN LA POLÍTICA ni en el poder de las ideas políticas. Creemos en el Derecho, en la Justicia y en la Ley solamente. Un juez profesional y capáz solamente cree en estos principios y valores y de ese modo resolverá las causas con criterio jurídico, jamás con criterio politico.

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