La hora de Internet – Cayo Salinas / RATIO IURIS – 30.5.2011
El uso de Internet fue determinante para el levantamiento civil en la región del Magreb. Aun con las restricciones impuestas por los regímenes autoritarios de la zona, la gente se dio modo para generar canales de información que terminaron, por ejemplo, con la caída de Mubarak en Egipto. En árabe o “bereber”, la información fluía al punto que uno de los gobiernos de mayor antigüedad caía estrepitosamente por el influjo de la gente.
Ante los acontecimientos suscitados en el Norte de África y su directa equivalencia con el uso de Internet, varias dictaduras han debido celebrar la limitación que imponen en su uso. Cuba es un ejemplo. El régimen castrista tenía proscrito el acceso a Internet hasta hace poco, cuando se permitió su acceso fue controlado. En resumen: uno de los atentados más letales a los derechos de las personas es aquel que coarta la información. Nada más vil que un gobierno, sea de izquierda o derecha, que imponga prohibiciones que afecten conocer la información y divulgarla.
Por supuesto que el derecho de una persona termina donde comienza el derecho de la otra y que bajo concepto alguno debe consentirse en el uso de libertades y garantías para incumplir la ley. En todo caso, sólo en gobiernos dictatoriales y en aquellos que optan por convertirse en uno, cabe la idea de aplicar limitaciones al ejercicio de derechos reconocidos por tratados y por la Constitución Política. En Bolivia, la diputada Rebeca Delgado hizo conocer que en la nueva Ley de Telecomunicaciones pretendida por el Gobierno se busca regular el acceso a Internet debido a que este medio de comunicación masivo, “a momentos, desinforma en vez de informar”.
“La nueva Ley de Telecomunicaciones tiene que estar de acuerdo con la nueva tecnología y en eso tenemos que hablar también de la regulación de acceso a Internet, porque tiene información a veces, totalmente diríamos, poco confiable y en vez de informar, desinforma”, dijo Rebeca. Inmediatamente me vino a la cabeza un par de interrogantes. ¿Quién tiene autoridad intelectual para determinar que el Internet desinforma en lugar de informar? ¿No será que para algunos lo que desinforma para otros es más bien información? ¿Quién puede atribuirse el derecho de decir qué noticia o página de Internet informa y cuál no informa? Esto es algo así como el control de la TV. Su uso es una de las manifestaciones más genuinas de libertad en el individuo. Escoges lo que quieres ver, atiendes lo que quieres atender y cambias de canal cuanto “se te cantan las guindas”. No hay vuelta. Miras el Canal 7, optas por cualquiera de las redes privadas nacionales o te quedas en algún cristiano. No hay más. La ley no puede limitar los derechos que la Constitución Política consagra.
Rebeca es una de las diputadas más serias de la Asamblea. Recuerdo haber debatido con ella, a invitación de la Asociación Boliviana de Ciencias Políticas, “El Proceso Constituyente y la Capitalía”, años atrás. Ambos pusimos ante el auditorio nuestros puntos de vista aunque lamentablemente – me dijeron que por problemas de grabación– el debate no pudo ser recogido en el libro que posteriormente se editó. Pero bueno, conociendo a Rebeca, espero de ella mucha mesura en este tema y nada de sobresaltos en aras a respetar el acceso libre a la información. Sobresaltos como el que yo me llevé al abandonar el recinto de debate y encontrar mi vehículo rociado con una sustancia química. Mucha mala suerte, diría la comadre Macacha.
El autor es abogado
http://www.lostiempos.com/diario/opiniones/columnistas/20110522/la-hora-de-internet_126763_255189.html
Sin categoría | Willi Noack 30 Mayo 2011
