CAMINO AL EMPOBRECIMIENTO – LOS TIEMPOS Editorial – 16.5.2011

Lo único cierto es que el aparato productivo de Bolivia es cada vez más débil, hay menos empresarios, menos fuentes de trabajo

El Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) ha difundido hace pocos días un informe basado en datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística, según el que las exportaciones de productos no tradicionales han sufrido –durante los últimos tiempos– una muy importante caída tanto en volumen como en valor. A marzo de 2011, la disminución fue de 74 millones de dólares en valor y 183.000 toneladas en volumen, en comparación con 2010. En términos relativos, eso significa una caída en valor del 24% y en volumen, 39%. Si la comparación se proyecta hasta 2008, las cifras son mayores aún.

 

Un análisis más detallado de esos datos indica que los rubros más afectados fueron oleaginosas, joyería, textiles y azúcar, pero no son los únicos. Poco más o menos, el desplome de las exportaciones no tradicionales afectó a todos los rubros relacionados con la agricultura, ganadería, caza, pesca y silvicultura en un 43 por ciento, y el conjunto del sector manufacturero disminuyó en un 37 por ciento. Sólo en productos textiles la pérdida llega a 5,51 millones de dólares.

 

Tan elocuentes datos han sido interpretados de dos maneras diametralmente opuestas. Según autoridades gubernamentales son del todo irrelevantes mientras para representantes del sector empresarial son una prueba más de que el sector productivo nacional está siendo destruido por lo que urge un radical viraje en la política económica para evitar antes de que sea demasiado tarde un previsible colapso.

 

Para el viceministro de Exportaciones, Huáscar Ajata, no hay de qué preocuparse. “Hubo informaciones muy alarmistas y ‘malinterpretaciones’ de algunos sectores empresariales”, dijo y para que no quede duda sobre su evaluación optimista de los datos del INE aseguró que “hemos tenido una baja leve en tres productos, pero no es nada preocupante (pues) lo único que cayó fue la exportación de productos “no tradicionales” mientras que las ventas de los minerales e hidrocarburos crecieron en 37 por ciento, en valor, y en 19 por ciento, en volumen”.

 

Según la principal autoridad responsable de las exportaciones, la difusión de la información que comentamos y de los análisis sobre su importancia están motivados en los intereses de algunos sectores empresariales, “que ahora piden el levantamiento de las restricciones a las exportaciones del sector agrícola para remediar esta supuesta crisis”.

 

Muy diferente es la interpretación de los representantes de los distintos sectores empresariales, que consideran que las informaciones difundidas no tienen nada de alarmistas ni son “malinterpretaciones”, que la crisis no tiene nada de “supuesta” ni de “leve”, que sí es preocupante, que tendrá un impacto muy negativo sobre otros indicadores, como el empleo. De ningún modo sirve como consuelo saber que año tras año continúa creciendo la importancia relativa de las exportaciones de minerales e hidrocarburos.

 

Y mientras Gobierno y empresarios liman sus discrepancias, lo único cierto es que el aparato productivo de Bolivia es cada vez más débil, hay menos empresarios y menos fuentes de trabajo, mientras no deja de aumentar nuestra dependencia de materias primas tradicionales.

Fuente: http://www.lostiempos.com/diario/opiniones/editorial/20110516/camino-al-empobrecimiento_125855_253298.html

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