La reivindicación marítima y la “Patafísica” – Susana Seleme Antelo – 3.4.2011

La patafísica es una nueva ciencia, según nos cuenta Pedro Shimose. Se trata de “la ciencia de las soluciones imaginadas”, describe en su habitual espacio de Colaboradores de El Deber, citando al escritor Alfred Jarry. El presidente Evo Morales ha practicado la ‘patafísica’ con devoción en su peculiar relación bilateral con Chile creyendo que por ser mestizo-indígena, que es lo que es, nuestro vecino iba a cambiar su más que centenaria política de Estado frente a Bolivia en el tema marítimo.

El tablazo dado por el presidente al amistoso y fructífero tratamiento bilateral mantenido los últimos cinco años con Chile tiene varios componentes, sin desconocer que 4 de aquellos años, fueron gracias a la amable actitud de la ex presidente Michel Bachelet, complacida por el grado de legitimidad obtenida en las urnas por el presidente indígena. Haber dado una ‘patada’ a esa relación basada dice que en “la diplomacia de los pueblos” y afirmar que se llevará a los estrados judiciales internacionales la añeja demanda por el litoral, tiene un transfondo más de política interna que de geopolítica continental.

No hay donde perderse: Morales y sus hombres han utilizado la reivindicación marítima, de tan alta sensibilidad, bajo tres premisas. La primera, aminorar o parar el peligroso descenso de popularidad de Morales, que ronda entre 32-38 %, lo cual habla de un rabioso desencanto o desengaño colérico, si llegó a tener 64% de aprobación. Ante semejante revés, pues a manipular otra vez la nostálgica, patriotera y nacionalista demanda de retorno al Litoral perdido en “una guerra injusta”.

Hasta ahora, aquella alta sensibilidad sobre el tema marítimo y la relación con Chile -el “usurpador”- no fue esgrimida por Morales, como en 2003, cuando aquellos argumentos fueron el acicate para movilizar a las masas de El Alto y promover la caída de Gonzalo Sánchez de Losada. Entonces se pensaba usar los puertos chilenos para la exportación de gas boliviano, sometido a proceso de licuefacción en esos puertos, para luego exportarlo a México y USA. La consigna fue “ni un átomo de gas por Chile”.

Luego del triunfo de Morales, unos y otros, siempre bajo la instrumentación política, olvidaron los agravios de la guerra y la pérdida del litoral en el Pacífico. Hoy se sabe, según declaraciones del ex comandante de las Fuerzas Armadas, Gral. Gonzalo Rocabado Mercado, que el dirigente sindical, entonces diputado y ahora presidente Evo Morales recibió dineros de Venezuela para tumbar al ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada. “Para nosotros esa posición es un absurdo’, ha señalado el fiscal de Recursos, Milton Mendoza y no ha tomado en cuenta la prueba documentada, según publicaciones de prensa.

La segunda premisa que explica el abrupto cambio, apunta a que ha sido una maniobra distractiva y manipuladora frente a los muy graves problemas de índole económica que atraviesa el país. En los últimos dos meses el incremento en la importación de alimentos subió 57%, y la inflación no disminuye, aunque algunos precios da la casta familiar bajen por la estacionalidad de los productos. ¡Y pensar que éramos un país donde la seguridad alimentaria estaba garantizada, a partir de la agricultura comercial cruceña, con pequeños, medianos y grandes empresarios agroindustriales! Esta es la nueva burguesía que el consultor Mervin Bohan recomendaba crear hace casi 70 años, para sustituir a la en declive burguesía minera andina, a partir de la expansión de la frontera agrícola hacia el Oriente. La clave entonces era producir para no desangrar las arcas del Estado con la importación de alimentos. Era la política de sustitución de importaciones. ¿Estamos en retroceso?

Si, y hemos retrocedido más de medio siglo, merced al afiebrado ideólogo –el ‘Vice- del Estado socialista comunitario, o de la economía andino-amazónica u otras sandeces que no han creado empleos productivos, ni riqueza, ni mejorado las condiciones de vida de los indígenas-originarios-campesinos, ni de los pobres urbanos. Ni con los petrodólares de Hugo Chávez ha logrado poner en funcionamiento una fábrica de cartón o de papel, como si ellas fueran a convertirse en masivas generadoras de empleo seguro y estable, hoy una ‘especie en extinción’. Lo que sí ha fomentado este Estado pluri y demás dudosos atributos, es un nuevo sector de clase: la burocracia estatal, similar a las burocracias de los países totalitarios, bolcheviques y otros afines, a los que el Vice Álvaro García Linera desea emular con ahínco y empeño no disimulados.

Por último y como tercera premisa, no menos importante en este abrupto viraje frente a Chile y la reivindicación marítima -que de unas relaciones bilaterales vuelven a ser multilaterales, como fueron siempre- estaba y está la necesidad de enfriar el tsunami ‘Sanabria’, del que ya se habla poco. Y no tanto por el general mismo, que ya podría llamarse Perico de los Palotes, y de el que ya se ocupan otros más experimentados y sabidos que los bolivianos: la DEA y compañía. Lo real es que el ‘caso Sanabria’ apunta a la dramática realidad del circuito coca-cocaína, el narco-capital y las mafias del narcotráfico, más allá del lapsus-lingue del flamante fiscal cruceño, sobre si eran 2 toneladas de cocaína o solo 300 ‘gramichuelos’ lo incautado en la frontera con Brasil, hace una semana.

Ese foco de tensión permanente, era y es otro de foco de atención que ‘el gobierno de cambio’ pretende desviar. Pero la realidad es más tozuda que todos sus intentos distracticionistas: la semana pasada, en Rumania –Europa Central- se han incautado 150 kilos de cocaína boliviana, y poco días después en Hamburgo- Alemania- otros 350 kilos de alta pureza, gracias al narco-capital que no tiene patria ni fronteras. De ahí que Bolivia contribuye con la hoja de coca excedentaria al millonario y global negocio del narco- capital y de la economía política de la cocaína.

En resumen, anunciar con bombos y paltillos que se irá a cortes internacionales –sin fecha aún, seguramente porque se han enterado que cuesta millones- también fue una maniobra para lavarle la imagen al presidente, tan venida a menos. Tanto que ya puede hablarse de un gobierno de minorías, pues solo aprueban al Presidente entre 32% y 38% de la población; 63 % se opone a su reelección; la intención de voto a favor de Morales es apenas 25%, gracias a un 46% de El Alto y 63% también está en desacuerdo con la política económica.

Aquí cabe preguntarse ¿quién tendió trampa a quién? En todo caso, no fue Chile, que siempre y también durante los últimos 5 años, dijo que la soberanía no era tema de discusión y que no entraba en los famosos 13 puntos de trabajo conjunto. Fue Evo Morales quien le tendió trampa a Bolivia, haciéndole creer que estábamos en el Pacífico otra vez y además con soberanía, como si la guerra en 1879 no hubiese tenido lugar.

La estrategia de reivindicación marítima boliviana llevada a cabo por Morales y sus hombres es la mayor demostración de Patafísica, de la que tan oportunamente nos instruye Pedro Shimose: pensar en soluciones imaginadas-imaginarias, en este caso imposibles.

Enviado por la autora susana seleme [susanaseleme@gmail.com]

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