La seguridad es básica para la Democracia – EL DIARIO Editorial – 21.3.2011
Desde el 10 de octubre de 1982 vivimos en continua democracia; es decir, con vigencia de la Constitución Política del Estado y las leyes, sistema que nos libró finalmente de gobiernos totalitarios o dictatoriales que han abundado en nuestra historia; pero hay que reconocer que la vigencia institucional no siempre es perfecta y garantizada en el diario vivir, por diversas causas que, si bien estarían encausadas en la legalidad, su aplicación en los hechos implica, muchas veces, abusos o arbitrariedades que depauperan el sistema.
COMENTARIO
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Democracia es vivir en libertad de pensamiento y expresión que ha tenido serios tropiezos con el Gobierno en los últimos años, porque se pretende imponer controles y condiciones a los medios de comunicación y a los periodistas, con medidas que significarían, de hecho, violentar la libertad de expresión. Por otro lado, el libertinaje ejercido por muchas organizaciones sociales, aunque en respaldo de pedidos legítimos, ha dado lugar a abusos de los cuadros policiales y aplicación de medidas por parte del Gobierno que no condicen con la vigencia de libertades que nos preciamos de tener.
Un hecho que preocupa seriamente a la población es la carencia de seguridad jurídica para las inversiones y para el libre trabajo y desempeño de la actividad privada, hechos que restan posibilidades de crear riqueza y generar empleo. Este aspecto debería cuidar el Gobierno y no lo hizo hasta el extremo de no reconocer que vivimos una economía capitalista y que estarían demás los coqueteos con posibles políticas socialistas extremas que, es bien sabido, han fracasado en el mundo.
Un otro aspecto importante para la vida nacional es el referido a la seguridad ciudadana; es decir a que no es posible contar con libertades y ejercerlas plenamente si la seguridad de la población está en permanente peligro, sujeta a la voluntad de delincuentes y “mafias” que no trepidan en cometer crímenes con tal de imponer sus reglas para apoderarse de lo ajeno o, en casos, atentar contra la vida y seguridad de personas que transitan por nuestras ciudades. Esta inseguridad se acentúa por la ninguna o poca confianza que inspira la Policía que, en todo caso, debería significar garantía plena para la comunidad.
Son muchas las causas por las cuales debemos lamentar que la seguridad, necesaria para la vigencia plena de la democracia, no rige en los hechos, en la aplicación plena de las garantías constitucionales y la vigencia de los derechos humanos. Este problema se agudiza por el hecho de que el propio Gobierno, así sea por dar énfasis y agilidad a sus disposiciones, invade territorios que corresponden a los poderes Judicial y Legislativo, que en todo caso deberían mantener su independencia para que sean efectivos los derechos democráticos.
Finalmente, hay dos aspectos que implican pérdida de confianza por parte de la comunidad: el narcotráfico y la corrupción. Son dos cuestiones contrarias a un buen gobierno y a los derechos de la población. El Gobierno deberá adoptar medidas que permitan superar estas situaciones si realmente quiere mantener viva la llama de la democracia que, en todo sentido, merece contar con el respeto y la seguridad por parte de las autoridades que deben combatir contundentemente a ambos males.
http://www.eldiario.net/noticias/2011/2011_03/nt110321/0_01edt.php