‘La mala hora’ – Susana Seleme Antelo – 6.3.2011
Sin pasquines ni anónimos como en la novela de Gabriel García Márquez, ‘la mala hora’ del Gobierno es la seguidilla de vergonzosos actos de corrupción. La mala hora para Bolivia son la violencia formal y simbólica contra los derechos humanos, la arbitraria administración de justicia, el fracaso de la seguridad alimentaria y la pésima gestión económica.
No es solo que un general, ex ‘zar’ antidrogas y hasta su caída en Panamá director del Centro de Inteligencia y Generación de Información (Cigerin) del Ministerio de Gobierno, resulte ser un narcotraficante de vieja data. Esta ‘mala hora’ ha producido un terremoto político, pues confirma el fracaso de la política antidrogas en ‘tiempos de cambio’. Hoy, los ‘narcos’ sentaron sus reales en el país, perforan espacios políticos, policiales y sociales, y ‘ajustan cuentas’ a tiros. Cómo negarlo, si el cultivo de hoja de coca, materia prima para la producción de cocaína, ronda las 35.000 hectáreas (ha), cuando el consumo humano requiere 13.000 ha y si el presidente Evo Morales sigue siendo el presidente de las seis federaciones de campesinos cocaleros, su más importante base de sustentación política. Los del ‘cambio’ achacan a la DEA, al ‘imperialismo’, a la derecha incrustada en el Gobierno, a cualquiera que no sean ellos mismos. Creen que somos idiotas.
No lo somos y por eso tampoco aceptamos los justificativos del infame traslado de Leopoldo Fernández a Chonchocoro, cárcel a la que solo deben ir los reos peligrosos con sentencia ejecutoriada. El ex prefecto de Pando lleva dos años y seis meses preso, sin juicio y sin sentencia, y si algún peligro representa es que pueda seguir gritando la verdad sobre la matanza de Porvenir, orquestada desde el propio Gobierno por un violento exministro. La violación sistemática a los derechos humanos de la ex autoridad pandina –sin debido proceso, sin juez competente y sin presunción de inocencia– habla de una administración de justicia en su peor y más mala hora. Habrá jueces y fiscales que son excepciones y merecen respeto, pero hoy la justicia en Bolivia está en manos de inescrupulosos que sirven a los inescrupulosos que quieren el poder total.
Algún día se sabrá que la trama de Porvenir-Pando debió haber sucedido en Santa Cruz. Por eso tuvimos el cerco de Fidel Surco y luego el caso Rózsa-Soza con su secuela de muertos, presos, arraigados, exiliados, refugiados e imputados. Solidaridad con Leopoldo y con todas las víctimas de la injusticia del ‘tiempo de cambio’.
La escalada de precios de la canasta familiar apunta a otro fracaso gubernamental: la seguridad alimentaria, producto de un fracaso mayor: la pésima gestión económica. Durante cinco años ‘los del cambio’ se dedicaron a una masiva y manipuladora propaganda política y se olvidaron de que la gente no ‘come’ consignas. No crearon un solo empleo productivo e hicieron todos los esfuerzos para obstaculizar la labor de productores cruceños –burguesía agrícola y agroindustrial– que garantizaban la seguridad alimentaria. Y como no tienen idea de economía, ahora pretenden frenar la robusta inflación vía precios, en lugar de aumentar la producción con tecnología, riego, créditos, seguridad jurídica, entre otros.
Un incremento salarial del 10% por debajo de la inflación real no garantiza el cacareado ‘vivir bien’. La mala hora seguirá golpeando al Gobierno ‘del cambio’ y a toda Bolivia.
* Máster en Ciencias Políticas
http://www.eldeber.com.bo/2011/2011-03-06/vernotacolumnistas.php?id=110305213414