LA DECISIÓN QUE SE VIENE – LOS TIEMPOS (Editorial) – 30.11.2009

El actual proceso de cambios es producto de una de las crisis institucionales más profundas que le ha tocado vivir a Bolivia en más de 180 años de vida republicana, suficiente razón para que la ciudadanía con su voto y los próximos gobernantes con sus actos no tengan margen alguno de error; al menos no si es que queremos sobrevivir como país íntegro y con un futuro viable.


Hemos ingresado en la última semana del proceso preelectoral que llegará a su punto culminante el próximo domingo 6 de diciembre, cuando los bolivianos acudan nuevamente a las urnas para elegir Presidente y Vicepresidente de la República y renovar la composición de la futura Asamblea Legislativa Plurinacional.

El tiempo para el proselitismo electoral prácticamente se ha agotado, y las distintas candidaturas se concentrarán hasta este viernes en cerrar sus respectivas campañas y en agotar sus últimos recursos para cautivar al escaso porcentaje de electores indecisos que, según las encuestas, aún quedan en el país.

Y así, mientras la bulla electoral va llegando paulatinamente a su fin, se aproxima la hora en que el ciudadano deberá decidir, con su voto, el destino que le toque correr al país en un momento que, como el actual, marca la apertura de una nueva etapa en la historia de Bolivia.

Van a instalarse en el poder después de las elecciones del próximo domingo les tocará la compleja y delicada responsabilidad de aplicar el nuevo modelo de organización política y administrativa contemplado en la Constitución Política del Estado vigente, además de edificar un nuevo sistema institucional que le dé forma al concepto Estado Plurinacional instituido también por efecto de la nueva CPE.

Ello implicará la discusión, aprobación y puesta en vigencia de un vasto andamiaje jurídico, traducido en leyes, reglamentos, decretos supremos y otras resoluciones que tendrían que reflejar y sentar los cimientos del país que queremos construir en el presente siglo.

Vistas así las cosas, lo que haga o deje de hacer el próximo Gobierno, así como las decisiones que vaya a tomar la próxima Asamblea Legislativa, marcarán decisivamente la vida de los bolivianos en los próximos años, si no décadas.

Son, pues, suficientes argumentos para afirmar que los electores tienen en sus manos una de las responsabilidades más trascendentales que les ha confiado la historia, porque a partir de este diciembre habremos emprendido un camino que no tendrá retorno en un plazo inmediato ni mediato.

El actual proceso de cambios es producto de una de las crisis institucionales más profundas que le ha tocado vivir a Bolivia en más de 180 años de vida republicana, suficiente razón para que la ciudadanía con su voto y los próximos gobernantes con sus actos no tengan margen alguno de error; al menos no si es que queremos sobrevivir como país íntegro y con un futuro viable.

Como se verá, lo que está en juego en los comicios generales del próximo domingo es mucho más valioso y preciado que la simple elección y/o renovación de las autoridades que conducirán la nave del Estado en el próximo período constitucional de cinco años; y resulta penoso constatar que, ante la dimensión de los desafíos antes señalados, el actual proceso electoral que está por concluir haya sido uno de los más intrascendentes y anodinos que le ha tocado vivir al país.

Fuente: http://www.lostiempos.com/diario/opiniones/editorial/20091130/la-decision-que-se-viene_47592_82767.html

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