Estado Cholo – Dante N. Pino Archondo – 30.11.2009

Después del 6 de agosto ingresamos de pleno a la conformación del Estado Cholo. Es la nueva burguesía que reemplaza a la tradicional paceña. El MAS ha logrado esto. El encholamiento del Estado ha mostrado en estos cuatro años, un proceso caótico, disperso y contradictorio, pero es así como se producen los cambios.

Lo “cholo” fue reconocido en la designación de altos cargos oficiales, desde Ministerios, Prefecturas, Alcaldías y otras representaciones menores. El empoderamiento de este cholaje estatal tuvo costos. Uno de los más importantes ha sido sin ninguna duda, la distancia bastante acentuada que ha tomado el oriente del gobierno y del occidente, al punto de poner la unidad nacional en cuestionamiento.

Lo cierto es que la caída del gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada, ha dado paso a este cambio social. Con él cayó toda una estructura burocrática estatal y empresarial, que ha sido el sostén de la democracia pactada. La nueva, burocracia emerge e invade todo a su paso, en su cooptación del poder que saborea destruye lo que encuentra y se embarra con las mismas prácticas de sus vencidos.

Bolivia cambia, pero no en el sentido que la propaganda oficial difunde, sino en la transformación social que se produce, generando conflictos y debilitando la institucionalidad. ¿Era necesario? Visto desde el ángulo del cambio con orden y del orden con cambio, ciertamente no.
Ahora es distinto si vemos el cambio desde la perspectiva que considera necesario destruir para construir, o al menos desarmar para rearmar.

Una lectura atenta del apoyo que tiene Evo Morales, nos enseña que este se produce en una constante respuesta del, no, al retorno de lo “de antes”, aunque muchos de los que sostienen esto no pueden decir que es lo que “viene después”. Es esta dicotomía la que ahora envuelve el escenario nacional. Si no se quiere lo “de antes” debería tenerse claro lo que se quiere “después”.

En Santa Cruz se ha tratado de dar respuesta al “después “colocando a su modelo de desarrollo productivo como ejemplo. En La Paz la respuesta es más compleja y se trata del recambio que desde la ciudad de El Alto se produce encumbrando su cholaje y destronado a las élites paceñas radicadas en la zona sur. El apoyo de este cholaje está condicionado a que le dejen hacer y le dejen pasar.

El nuevo Estado cholo, debe ser el “padre de todos” y como tal debe evitar mirar lo que hacen sus hijos, aquellos que contrabandean, que evaden impuestos, que hacen narcotráfico, fuentes que están creando nueva riqueza y nuevos ricos. Tiene que castigar a los neoliberales, que se entiende son los vencidos de octubre y para eso se ha desmontado el Poder Judicial, considerado afín a esos intereses. En este propósito no hay miramientos y al contrario, cuando se sentencia a un representante del neoliberalismo se absuelve a otro del neo populismo. Así se encarcela a Leopoldo Fernández, pero se evita el enjuiciamiento de Juan Ramón Quintana, se establece juicio de responsabilidades a Gonzalo Sánchez de Lozada y se impide uno similar a Evo Morales, ambos usaron de la fuerza para frenar demandas sociales.

Este “padre de todos” tiene que estatizar, administrar recursos que debe repartirlos y tiene que desalojar a los burócratas neoliberales para encumbrar a los burócratas neo populares. Enjuicia a los primeros y defiende a los segundos.

Es este proceso el que se consolidará el próximo 6 de diciembre. No habrá nada nuevo, sino la prolongación de lo que hasta ahora se ha vivido.

Fuente: http://www.hoybolivia.com/Noticia.php?IdEdicion=572&IdSeccion=7&IdNoticia=24337

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