Aseguran que Santa Cruz es tierra fértil para narcotráfico – LA RAZON – 1.3.2011

Argentina. La Nación informa sobre la presencia de colombianos

Un reportaje publicado este lunes por el diario argentino La Nación concluye que Santa Cruz se ha convertido en “tierra fértil” para el narcotráfico colombiano, que habría comenzado a buscar otras tierras debido a los crecientes controles antidroga en ese país.


“Favorecidos por una topografía similar a la de Colombia y ante la falta de controles, los narcos de ese país encontraron en Bolivia un territorio fértil para instalar laboratorios capaces de producir más de 100 kilogramos diarios de clorhidrato de cocaína”, señala un reportaje del periodista Gustavo Carabajal, quien llegó hasta Santa Cruz para investigar el caso de un avión capturado el 2 de enero en España con 944 kilos de cocaína.

La captura del denominado “narcojet” desató un escándalo en Argentina, ya que la aeronave fue trasladada por Gustavo y Eduardo Juliá, hijos del ex Jefe del Estado Mayor de la Fuerza Aérea de ese país, José Juliá. Luego se conoció que, antes, el avión estuvo estacionado en la base militar de Morón de Argentina y que el cargamento salió desde el aeropuerto de Viru Viru, en Santa Cruz.

De acuerdo con los datos que obtuvo La Nación, la cocaína que llegó a España fue enviada por un temido narcotraficante colombiano  llamado Guillermo y conocido como “Memo”, quien sería miembro de una banda de policías y traficantes que envía droga a Chile y Argentina y que habría contratado a los hermanos Juliá por la suma de $us 3.000.000.

“A raíz de que en Colombia aumentaron los controles, algunos integrantes del cartel del Norte del Valle trasladaron su actividad a Bolivia”, explicó a La Nación el director de la Fuerza Especial de Lucha contra el Narcotráfico (FELCN) Gonzalo Quezada.

Esta tendencia se refleja en las siguientes estadísticas: durante 2010, la policía detuvo a 122 ciudadanos colombianos, acusados de narcotráfico. En el mismo período fueron desbaratados 24 laboratorios de cocaína instalados por narcos colombianos en territorio boliviano, la mayoría de ellos en Santa Cruz de la Sierra.

El negocio, informa La Nación, se inicia a partir de la pasta base que los narcotraficantes compran a campesinos de la zona del Chapare a $us 1450 el kilo. Esa pasta base, transformada en clorhidrato de cocaína, cuesta por kilo $us 2500 en Santa Cruz. El valor aumenta a $us 5.000 en Buenos Aires y, puesta en Europa, el precio trepa hasta 30.000 euros. La diferencia de precios está relacionada con el costo de transportar la droga y con las coimas que se pagan para sortear los controles.

No hace falta ir lejos para encontrar un laboratorio de cocaína. A 30 kilómetros, en el camino que conduce a Montero, en un caserío llamado El Naranjal, en una casa situada al costado de la ruta funcionaba, hasta hace cinco días,  una fábrica de cocaína que los colombianos decidieron retirar.

El cártel del norte del valle

Este grupo delictivo cobró fuerza tras el desplome del cártel de Cali en los años 90 y se calcula que era responsable del envío del 70% de la cocaína que ingresaba a EEUU. la organización comenzó a desmoronarse a partir del año 2004, tras la caída de varios de sus jefes en distintos operativos. El último en caer fue el ex policía Wilber Varela (57) quien fue encontrado muerto el 1 de febrero del 2008 en la ciudad de Mérida, Venezuela. El diario El Espectador de Colombia publicó el 4 de febrero del 2008 que Varela tenía protección de autoridades venezolanas.

La droga saldría en camiones a Argentina

Un ex miembro de una banda de narcotraficantes comandada por un colombiano explicó a La Nación la ruta que sigue la droga que sale desde Santa Cruz. “Desde Santa Cruz de la Sierra, los narcos mandan habitualmente la droga a Buenos Aires en camiones que cruzan a la Argentina por la frontera seca. Usan caminos muy precarios que ellos mismos trazan. Evitan así los controles.

Camino a Buenos Aires, saben que nadie los inspeccionará. Desde Buenos Aires, el cargamento sale disimulado en algún producto de exportación, por barco o por avión, hacia Europa”, explicó a ese medio un ex preso boliviano que integró una banda de traficantes comandada por un colombiano.

El ex traficante explicó cómo el narcotráfico inyectó dinero en la ciudad. “En esta zona, la principal actividad es la explotación gasífera, la agricultura y el narcotráfico. Acá hay mucho dinero y eso se nota. Casi la mitad de la población cobra un salario mínimo de US$ 100. Sin embargo, hay más de 200 edificios en construcción y casi 300 camionetas tipo Hummers registradas. Es un contraste muy grande”.

Otra muestra de cómo creció el narcotráfico en la zona es la cantidad de presos alojados en el penal de Palmasola. Allí, el 80% de los detenidos tiene una causa penal por narcotráfico, y por lo menos el 30% son colombianos.

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