El Comité – Marcelo Rivero / EL DEBER Editorial – 26.2.2011
Soy contrario a invitar a quien o quienes tienen ojeriza gratuita a Santa Cruz, que dicen o dejan decir a sus áulicos que nuestro departamento sería mucho mejor sin cruceños, que mandaron o dejaron cercar a la capital oriental, que buscan pretextos para irse al exterior cuando la región conmemora sus gestas patrióticas, que sostiene y permite que sostengan que somos una manga de oligarcas, racistas, explotadores, terroristas y separatistas, que tienen la idea de que debemos cambiar la letra de nuestro himno. ¡Que apoyan el pisoteo de la autonomía departamental ganada limpiamente para meternos el centralismo más absorbente de cuantos hubo!
En los últimos años en Santa Cruz ha sido motivo de controversia y de acres discusiones la invitación o no al presidente de la nación para que asista a tal o cual fiesta, a tal o cual feria, a tal o cual conmemoración… A tono con esta característica, por estos días discreparon los dirigentes del Comité pro Santa Cruz y los que les están sucediendo sobre si se convida o no al primer mandatario a la posesión en el organismo cívico. Al aparecer esta nota el asunto ya estará resuelto puesto que el cambio de timón se habrá producido o faltarán horas para que así sea.
Ello no me impide opinar, pensando en futuras posesiones, ferias y festejos. Soy contrario a invitar a quien o quienes tienen ojeriza gratuita a Santa Cruz, que dicen o dejan decir a sus áulicos que nuestro departamento sería mucho mejor sin cruceños, que mandaron o dejaron cercar a la capital oriental, que buscan pretextos para irse al exterior cuando la región conmemora sus gestas patrióticas, que sostiene y permite que sostengan que somos una manga de oligarcas, racistas, explotadores, terroristas y separatistas, que tienen la idea de que debemos cambiar la letra de nuestro himno. ¡Que apoyan el pisoteo de la autonomía departamental ganada limpiamente para meternos el centralismo más absorbente de cuantos hubo! Cuando cambien de actitud tanto el presidente como sus subalternos, procederá una invitación como siempre la hizo el cruceño, “un pueblo eminente, de límpida frente, de leal corazón”.
Ahora bien, antes, durante y después de las elecciones en el Comité pro Santa Cruz se expresó en diversos tonos que el organismo cívico debe experimentar cambios, abrirse, llegar a todos los sectores sociales -el caballito de batalla de los últimos tiempos-, incluso le están emponchando que debe velar que los nacidos en estas latitudes y los bolivianos en general gocen lo más pronto posible de mejores condiciones de vida.
No señor, quien quiera que esté en el ‘gobierno moral de los cruceños’ -y creo que la gran mayoría añora esta condición-, debe tener por norte la defensa a muerte de los derechos regionales, entre ellos la ya mencionada autonomía, las riquezas forestal, agropecuaria y de sus parques naturales que van camino de la desaparición, las regalías petroleras, asimismo las mineras. A propósito de riqueza minera, ¿cuánto hace que el Comité no dice esta boca es mía con respecto a Mutún y todo lo que involucra la gigantesca industria del hierro como ser su extracción y venta, tierras, empleos, etc.? (Pareciera que el tema sólo interesa a Puerto Suárez puesto que su Comité Cívico es el único que se pronuncia)
Si todo ello sirve para resolver las enormes carencias que hay en los hogares bolivianos -problema que compete al Gobierno nacional- perfecto, el Comité se gana más aplausos. Pero su finalidad suprema es servir al departamento de Santa Cruz y cuidar sus intereses, como lo hicieron los primeros líderes cívicos.
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