LA MNÉME CRUCEÑA – Carlos Guzmán Vedia – 19.2.2011

El culto y la conmemoración de los muertoses el fundamento de lassociedades. -Emile Durkheim-

Normalmente asistimos a conmemoraciones, festividades, actos, reuniones o simplemente charlas comunes y necesarias para la interacción social. En estas surgen un par de temas que tal vez por su insistencia han perdido su valor. Son el recuerdo y el deseo. Así también las sociedades como organismos vivos se encuentran en diferentes momentos históricos donde reflexionan y buscan faltas en el pasado para orientar su proyecto.

Es necesario aclarar que hablamos de la mnéme como un proceso colectivo. O como diría Maurice Halbswachs: “La memoria colectiva es múltiple y se transforma a medida que es actualizada por los grupos que participan de ella: el pasado nunca es el mismo”. Es decir que el pasado está sujeto a cuantas versiones pueda de acuerdo a la capacidad inventiva del escribidor.

¿Quién no se siente obligado a consignar sus recuerdos, o a escribir sus memorias; no solamente los pequeños actores de la historia que buscan perpetuidad, sino también simples mortales que entendemos la escritura como una necesidad espiritual?

Son cuatrocientos cincuenta años de memoria, ¿Cómo los reflexionamos? o más precisamente ¿Para qué reflexionamos los cruceños? La memoria es un fenómeno que actúa como lazo vivido en presente eterno; porque es afectiva y mágica, se acomoda de detalles que la reconfortan; se alimenta de recuerdos vagos y es sensible a transferencias. La historia empero, como operación intelectual y laica, utiliza análisis y discurso crítico. La memoria instala el recuerdo en lo sagrado; la historia lo desaloja, siempre lo procesa. que actúa como lazo vivido en presente eterno; porque es afectiva y mágica, se acomoda de detalles que la reconfortan; se alimenta de recuerdos vagos y es sensible  a transferencias. La historia empero, como operación intelectual y laica, utiliza análisis y discurso crítico. La memoria instala el recuerdo en lo sagrado; la historia lo desaloja, siempre lo procesa.

Los lugares de memoria son restos: museos, archivos, cementerios, fiestas, aniversarios, tratados, monumentos, santuarios. Son ilusiones de eternidad. Las bibliotecas que son lugares de historia también habita la desolación, nada sorprendente al no tener en nuestra universidad pública las carreras académicas que generen una élite intelectual que trabaje por la memoria de Santa Cruz, no existen ofertas curriculares universitarias en Historia, Filosofía, Antropología y Literatura, entonces es entendible que nuestros lugares de memoria y por ende nuestra memoria sufra un lento y peligroso deterioro.

Entonces solo existen lugares de memoria porque no hay más medios de memoria.

Este tiempo de festejo, es una oportunidad especial para una forma expresiva de memoria que es

la tradición, es decir, la transmisión creativa de la memoria de una generación a otras, con el objetivo de reactivar y fortalecer la identidad. Porque la identidad requiere mantener viva la memoria de los orígenes a través de momentos pasados: batallas, hazañas, tragedias, momentos álgidos, relatos de acontecimientos heroicos y todo tipo de poder mnemónico (no importa que sea inventado así como lo que pasó en el puente del Topater en 1879) es por esto la importancia de las políticas de patrimonio.

Según Frederik Barth es el patrimonio que a largo plazo define la persistencia de las fronteras y demarca los mojones culturales en relación con la otredad. Pues la insistencia por mantener las fronteras viene desde 1561 cuando llega Don Ñuflo de Cháves y su séquito de conquistadores a orillas del río Suto y fundán la ciudad, pero es valioso recordar la insistencia de los habitantes de aquel solar: Primero el apropiarse de un espacio territorial completamente nuevo y ajeno, producto de la invasión de estos conquistadores que fueron obligados a trasladarse por las agresiones indígenas primero en 1590 a lo que es hoy el Santuario de Cotoca y en 1621 al llegar a su definitivo territorio: San Lorenzo Real de la Frontera o de la Barranca –Fundada en 1592 por el capitán español Gonzalo Solíz de Holguin,  nombre primero de nuestro actual territorio-pues estos rechazaron el nuevo  nombre y obstinados seguían imponiendo el nombre de Santa Cruz de la Sierra e  inclusive sus autoridades emitían documentos con dicho nombre, cuando en  realidad debiera ser San Lorenzo Real de la Frontera.

En estos tiempos hubo un intento de arrancar la memoria de la convivencia ciudadana, afortunadamente los monumentos que permanecían en las rotondas eliminadas, no fueron confinados a una especie de plaza de los olvidados, sino que felizmente se los reinstalo en las esquinas de los lugares donde se encontraban.

Es necesario decir que la convivencia con nuestros muertos es necesaria. La lógica  mnemónica no es nada nueva, se manifiesta desde las tradiciones griegas. Jean  Pierre Vernant notable historiador francés que estudio la sociedad griega decía:  lógica mnemónica no es nada nueva, se manifiesta desde las tradiciones griegas. Jean Pierre Vernant notable historiador francés que estudio la sociedad griega decía: “… en la Grecia arcaica se constituye una memoria común del héroe difunto, este se mantiene en el seno del grupo gracias a la epopeya, ya que la memoria del canto repetido incesantemente a los oídos establece una relación entre la  comunidad de los vivos y el individuo muerto, de este modo se instala en el ámbito público”

Es decir que poetas como Homero, Sófocles, Eurípides, entre algunos destacados, al hacer cantar a sus coros incesantemente las tragedias de sus héroes instalaban a estos en la sociedad de los vivos. Esta forma de memoria colectiva sirve como mecanismo de unión para los demás helenos, ya que estos se reconocen y se  identifican con sus héroes dando una permanente construcción y continuidad a su identidad.

Entonces cuando cantamos perseverantemente el himno cruceño instalamos a Ñuflo de Cháves en el cielo más puro de América rompiendo las barreras temporales, y lo mismo pasa con los monumentos que se encuentran en nuestra ciudad, estos traen físicamente a nuestros muertos, también al escuchar una banda tocar Jumechi nos estamos acordando de Godofredo Nuñez o la niña camba de Percy Dávila que nos sugiere altos registros emocionales, es decir que una forma creativa de recuperar nuestra memoria es a través del impulso y la valoración de nuestras expresiones artísticas.

Porque es la memoria la que provee los insumos para nuestra conciencia.

Soy yo, porque me reconozco, porque tengo la capacidad de mirarme al espejo y recordar cada una de las marcas de mi cuerpo y es a través de estas cicatrices que contemplare mi deseo. Así también la memoria colectiva provee los insumos para encarar el proyecto de sociedad.

¿Qué nos ha pasado como sociedad en estos cuatrocientos cincuenta años? ¿Cómo nos vemos dentro de cuatrocientos cincuenta años? Pues es a través de la primera pregunta reflexiva que inmediatamente viene la segunda interrogante de carácter prospectivo, sin embargo para recorrer esta distancia que parece ínfima es necesario conseguir los métodos y los recursos humanos ideales para que el colectivo cruceño transite por los mejores senderos los próximos tiempos.

Carlos Guzmán Vedia

Ciudadano mnemónico

Fuente: La mnéme cruceña

Imágen:  

La persistencia de la memoria exhibida en 1931 por el controversial Salvador Dalí.

2 comentarios

Other Links to this Post

Escribe tu comentario:

Editor: Willi Noack | Administración Técnica: Jose Carlos Choque Y. | Creatica Ltda.