El Padrón Biométrico y el registro civil – LOS TIEMPOS (Editorial) – 29.11.2009

A pesar de los muchos problemas y deficiencias que se mantienen pendientes, nada debe ser motivo suficiente para socavar la confianza colectiva en la Corte Nacional Electoral


“Desde este espacio editorial, en más de una ocasión, hemos llamado la atención sobre el enorme riesgo en que se está poniendo la democracia boliviana al depositar todas las esperanzas de su preservación en el Padrón Biométrico.

Y no porque pongamos en duda la necesidad y conveniencia de hacer todos los esfuerzos para devolver la transparencia a los procesos electorales, sino porque son muchas las razones que hacen temer que las dificultades que deberá afrontar el empadronamiento son mayores de lo que se quiere creer”. Esa afirmación la hicimos el 29 de julio pasado, en este espacio editorial, bajo el título “Si falla el padrón biométrico…”.

Nos referíamos en esa oportunidad, como en las muchas anteriores a las que hacíamos referencia, a lo absurdo que era, y sigue siendo, suponer que los recursos tecnológicos, por muy modernos que sean, serían suficientes para subsanar deficiencias cuya magnitud y gravedad superan con mucho lo que puede hacer la Corte Nacional Electoral.

Ya el 28 de abril del año en curso este espacio titulaba “Padrón Biométrico e identidad ciudadana” y en él sosteníamos que “si algo equivocado hubo en la manera como durante los últimos meses fue abordado el tema de las sospechas de fraude es que la atención se dirigió a una de las consecuencias, y no a la causa, de la poca credibilidad que merece el actual padrón electoral”. Decíamos entonces que la causa real de los problemas del antiguo padrón, y preveíamos que lo serían también del biométrico, radicaba en “lo mal que estaba y sigue estando el sistema boliviano de registro civil e identificación personal”.

El lamentable punto al que se ha llegado cuando ya sólo faltan siete días para el día de las elecciones confirma cuán equivocado fue no prestar la debida atención al verdadero problema de fondo y concentrarla más bien en una de sus muchas consecuencias. Fue por eso que ya en abril propusimos que el “Padrón Biométrico que será construido para las elecciones generales del 6 de diciembre, sea al mismo tiempo la base de datos de un nuevo Servicio Nacional de Identificación, que remplace el obsoleto y corrompido sistema de identificación personal”.

Desgraciadamente, tal propuesta no recibió atención alguna. Y hoy nos enfrentamos a las consecuencias de tan incomprensible necedad. Se han gastado decenas de millones de dólares para llegar al mismo punto desde donde se partió.

El sistema de registro biométrico no ha sido suficiente para detectar y mucho menos para resolver el caos ocasionado por un registro civil obsoleto y corrompido hasta la médula, con lo que el origen de las dudas que desacreditaron al antiguo padrón se mantiene plenamente vigente.

Sin embargo, y aun previendo que ése y no otro era el único desenlace que se podía esperar, hemos sostenido también en más de una ocasión que las fallas que se detecten en el nuevo padrón no podían ni debían ser motivo para desacreditar y contribuir a la destrucción de una de las pocas instituciones que se mantiene en pie. Decíamos, por eso –y hoy nos ratificamos– que ninguna deficiencia tendría que ser motivo para socavar la confianza colectiva en la Corte Nacional Electoral.

Fuente: http://www.lostiempos.com/diario/opiniones/editorial/20091129/el-padron-biometrico-y-el-registro-civil_47499_82560.html

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