¿Democracia del fraude? – Susana Seleme Antelo – 29.11.2009
Mientras no se demuestre lo contrario, todo indica que la demanda de la sociedad boliviana por un nuevo padrón electoral limpio y transparente ha sido burlada por el MAS y sus hombres.
Hoy, la sospecha de fraude no recae sobre la Corte Nacional Electoral, sino en los más de 400.000 carnés de identidad repartidos desde 2007 como pan caliente por el Ministerio de Gobierno sin el correspondiente certificado de nacimiento. Así fue, merced al plan Existo yo, existe Bolivia, financiado por el Gobierno venezolano, y al amparo del “le meto, le meto nomás” del Presidente.
Al parecer, muchos de esos ‘carnetizados’ son los 400.671 ‘observados’ que hoy, a siete días de las elecciones y pese al biométrico, determinan que en Bolivia no se sepa cuántos (as) podrán sufragar el 6 de diciembre.
¡Grosera incertidumbre, producto, entre otras causas, de la burocracia poco transparente del sistema de identificación a cargo de la Policía Nacional! Primero, se exige un ‘certificado de nacido vivo’ luego del parto. (¿qué hacen las mujeres que paren en el campo, sin más ayuda que la naturaleza?) Con él, se inscribe al niño-niña en Registro Civil y esa instancia concede el certificado de nacimiento, que otorga personalidad con nombre, apellido y nacionalidad. Sin él no se puede -no debería poderse- obtener el carné de identidad que identifica a cada persona ante todo el mundo y le da calidad de ciudadanía, con derecho a ser elector o ser elegido en elecciones democráticas.
Si el Gobierno, desde que asumió su mandato, pretendía solucionar la vieja y triste exclusión de identificación ciudadana, debió hacerlo como manda la ley. Era lo correcto, además, para que las inequívocas sospechas de fraude del anterior padrón, cuando se hablaba de 30% de observados, no se repitieran ahora con el biométrico, cuyos observados bajaron al 8%. Claro que el 30% antiguo era sobre 3,3 millones de votantes. Hoy son 8% de observados, pero sobre 5.138.538 de inscritos. De verdad, ¿creció tanto la población en cuatro años, como para tener ese padrón si la Corte dijo, al empezar estas inscripciones, que sería aproximadamente de 3 millones 800 mil? Desde el inicio, el Gobierno exigía -autoritario habitualmente- que los inscritos sean cinco millones y más, y que el voto en el exterior comprenda todos los emigrados. ¿No es sospechoso que las cifras exigidas por el Gobierno coincidan con el dato final de inscritos?
Según expertos, la Corte Nacional Electoral ha actuado con prudencia al calificar como ‘observados’ los 400.671 inscritos, a pesar de que esa categoría no existe en la ley. Fue una forma diplomática para no decir ‘inhabilitados’ y evitar las iras del Gobierno. Claro que igual las hubo, pues parece que los 146.000 ‘observados’ en el departamento de La Paz, más los 121.000 en Santa Cruz, son gran parte de los votos urbanos que le darían al MAS una nueva pero ‘tramposa mayoría’ en diciembre. ¿Como la tuvieron en los pasados referéndums revocatorio de mandato y aprobatorio de la Constitución?
Los imperturbables hombres del Gobierno lanzan amenazas con los fieros movimientos sociales y con los propios ‘observados’ si se les impide votar. Mas no votarán si no presentan su certificado de nacimiento, ha dicho la Corte. En tanto, Morales y compañía pretenden seguir imponiendo su ‘democracia del fraude’. Es que sin los ‘observados’ no ganan, y una segunda vuelta sí es posible.
* Periodista y Máster
en Ciencias Políticas
Fuente: http://www.eldeber.com.bo/2009/2009-11-29/vernotacolumnistas.php?id=091128204133