Declaración de los movimientos sociales en Dakar – CAMBIO – 11.2.2011

Lectura recomendada si deseas saber anticipadamente lo que el futuro podría traer…

Llamamos a que el 20 de marzo sea un día mundial de solidaridad con el levantamiento del pueblo árabe y africano, que en sus conquistas contribuyen a las luchas de todos los pueblos: la resistencia del pueblo palestino y saharaui, las movilizaciones europeas, asiáticas y africanas contra la deuda y el ajuste estructural…

La lucha de los pueblos por su liberación tiene en el África un referente histórico fundamental no sólo contra el capitalismo, sino también contra otras formas de dominación.


DAKAR – SENEGAL

MINGA INFORMATIVA

La Asamblea de Movimientos Sociales, reunida en Dakar durante el Foro Social Mundial 2011, afirma el aporte fundamental de África y de sus pueblos en la construcción de la civilización humana. Juntos libramos luchas en las que nos oponemos con gran energía a la dominación del capital, que se oculta detrás de la promesa de progreso económico del capitalismo y de la aparente estabilidad política. La descolonización de los pueblos oprimidos es un gran reto para los movimientos sociales del mundo entero (…)

Reafirmando la necesidad de construir una estrategia común de lucha contra el capitalismo, nosotros, los movimientos sociales, luchamos contra las transnacionales porque sostienen el sistema capitalista, privatizan la vida, los servicios públicos y los bienes comunes, como el agua, el aire, la tierra, las semillas y los recursos minerales. Las transnacionales promueven las guerras a través de la contratación de empresas militares privadas y mercenarios, y de la producción de armamentos, reproducen prácticas extractivistas insostenibles para la vida, acaparan nuestras tierras y desarrollan alimentos transgénicos que nos quitan a los pueblos el derecho a la alimentación y eliminan la biodiversidad.

Exigimos la soberanía de los pueblos en la definición de nuestro modo de vida. Exigimos políticas que protejan las producciones locales que dignifiquen las prácticas en el campo y conserven los valores ancestrales de la vida. Denunciamos los tratados neoliberales de libre comercio y exigimos la libre circulación de seres humanos.

Seguimos movilizándonos por la cancelación incondicional de la deuda pública de todos los países del sur. Denunciamos igualmente, en los países del norte, la utilización de la deuda pública para imponer a los pueblos políticas injustas y antisociales.

Movilicémonos masivamente durante las reuniones del G8 y G20 para decir no a las políticas que nos tratan como mercancías.

Luchamos por la justicia climática y la soberanía alimentaria. El calentamiento global es resultado del sistema capitalista de producción, distribución y consumo. Las transnacionales, las instituciones financieras internacionales y gobiernos a su servicio no quieren reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero. Denunciamos el “capitalismo verde” y rechazamos las falsas soluciones a la crisis climática como los agrocombustibles, los transgénicos y los mecanismos de mercado de carbono, como REDD, que ilusionan a poblaciones empobrecidas con el progreso, mientras privatizan y mercantilizan los bosques y territorios donde han vivido miles de años.

Defendemos la soberanía alimentaria y el acuerdo alcanzado en la Conferencia de los Pueblos contra el Cambio Climático y por los Derechos de la Madre Tierra, realizada en Cochabamba, donde verdaderas alternativas a la crisis climática han sido construidas con movimientos y organizaciones sociales y populares de todo el mundo.

Movilicémonos todas y todos, especialmente el continente africano, durante la COP-17 en Durban, Sudáfrica, y la Río +20, en 2012, para reafirmar los derechos de los pueblos y de la Madre Tierra, y frenar el ilegítimo acuerdo de Cancún.

Defendemos la agricultura campesina que es una solución real a la crisis alimentaria y climática, y significa también acceso a la tierra para la gente que la vive y la trabaja. Por eso llamamos a una gran movilización para frenar el acaparamiento de tierras y apoyar las luchas campesinas locales.

Luchamos contra la violencia hacia la mujer que es ejercida con regularidad en los territorios ocupados militarmente, pero también contra la violencia que sufren las mujeres cuando son criminalizadas por participar activamente en las luchas sociales. Luchamos contra la violencia doméstica y sexual que es ejercida sobre ellas cuando son consideradas como objetos o mercancías, cuando la soberanía sobre sus cuerpos y su espiritualidad no es reconocida. Luchamos contra el tráfico de mujeres, niñas y niños.

Defendemos la diversidad sexual, el derecho a la autodeterminación de género y luchamos contra la homofobia y la violencia sexista.

Movilicémonos todos y todas, unidos, en todas las partes del mundo contra la violencia hacia la mujer.

Luchamos por la paz y contra la guerra, el colonialismo, las ocupaciones y la militarización de nuestros territorios. Las potencias imperialistas utilizan las bases militares para fomentar conflictos, controlar y saquear los recursos naturales, y promover iniciativas antidemocráticas como hicieron con el golpe de Estado en Honduras y con la ocupación militar en Haiti. Promueven guerras y conflictos como hacen en Afganistán, Irak, la República Democrática del Congo y en varios otros países.

Intensifiquemos la lucha contra la represión de los pueblos y la criminalización de la protesta y fortalezcamos herramientas de solidaridad entre los pueblos como el movimiento global de boicot, desinversiones y sanciones hacia Israel. Nuestra lucha se dirige también contra la OTAN y por la eliminación de todas las armas nucleares.

Cada una de estas luchas implica una batalla de ideas, en la que no podremos avanzar sin democratizar la comunicación. Afirmamos que es posible construir una integración de otro tipo, a partir del pueblo y para los pueblos, y con la participación fundamental de los jóvenes, las mujeres, campesinos y pueblos originarios.

La asamblea de movimientos sociales convoca a fuerzas y actores populares de todos los países a desarrollar dos acciones de movilización, coordinadas a nivel mundial, para contribuir a la emancipación y autodeterminación de nuestros pueblos y para reforzar la lucha contra el capitalismo.

Inspirados en las luchas del pueblo de Túnez y Egipto, llamamos a que el 20 de marzo sea un día mundial de solidaridad con el levantamiento del pueblo árabe y africano, que en sus conquistas contribuyen a las luchas de todos los pueblos: la resistencia del pueblo palestino y saharaui, las movilizaciones europeas, asiáticas y africanas contra la deuda y el ajuste estructural, y todos los procesos de cambio que se construyen en América Latina.

Convocamos igualmente a un día de acción global contra el capitalismo el 12 de octubre, cuando, de todas las maneras posibles, rechazaremos ese sistema que destruye todo a su paso. ¡Movimientos sociales de todo el mundo, avancemos hacia la unidad a escala mundial para derrotar al sistema capitalista!

¡Nosotras y nosotros venceremos!

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Fuente: http://www.cambio.bo/noticia.php?fecha=2011-02-11&idn=38629

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