El fracaso de la utopía socialista – comunitaria – EL DIARIO Editorial – 28.1.2011

“…ese programa “socialista-comunitario”, resultaron un fracaso completo…”

COMENTARIO:

Alegato contra utopías izquierdistas – Willi Noack – 26.8.2005

Algo que se puede observar a simple vista en el estudio de la historia económica de Bolivia, es que nuestro país es una especie de laboratorio donde se intenta aplicar toda clase de teorías económicas, desde las más conservadoras hasta las más revolucionarias, pero que todos esos intentos, salvo contadas excepciones, fracasaron totalmente en el momento de su aplicación, teniendo que volverse a empezar desde cero.

Durante cerca de doscientos años de existencia de Bolivia fueron aplicados programas feudales, coloniales, socialistas, revolucionarios, de izquierda, medidas anticapitalistas, teorías de capitalismo de Estado, ideologías populistas, idearios socialistas o semisocialistas, planes liberales y otros muchos. Y desde hace unos cinco años se insiste machaconamente en poner en práctica una ideología populista conocida aquí con el nombre de “economía social-comunitaria” o “socialismo comunitario”, cuyos teóricos se devanan los sesos tratando de explicarse en qué consiste y cómo realizarla, dándose la cabeza contra un muro de cemento armado porque no dan pie en bola.

La ideología que más se intenta aplicar en estos tiempos es la populista, que consiste en que pasando por encima del capitalismo, la comunidad ancestral se convierta a un nuevo sistema de organización social fundado en la producción y la apropiación, vale decir un socialismo disfrazado. En otras palabras hay todavía quienes sueñan con la utopía de pasar al socialismo a través de la vieja comunidad originaria, o sea ven en la comuna campesina el germen real del futuro socialista, eludiendo la fase capitalista del desarrollo.

El intento de aplicar esa utopía en Bolivia tiene sus raíces en principios del siglo pasado, pero ha florecido recientemente con alguna intensidad al calor de la primavera democrática que vive el mundo actualmente. Sin embargo, sus cultores no se dan cuenta de dos factores. El primero, que esa “teoría” traída por los cabellos, fue descartada hace más de cien años en forma teórica y que, al presente, fracasó en los hechos, en la práctica, en todas partes donde se intentó aplicarla.

En Bolivia, ese populismo fue combatido y su fracaso fue previsto hace años y, por si fuera poco, en la actualidad, se observa con claridad su frustración total. En efecto, lo que queda en regiones remotas de las comunidades tradicionales, con grandes saldos del esclavismo precolombino y el feudalismo republicano, muestra que están desarrollando formas económicas capitalistas. No se observa el menor rastro de organización socialista y lo que más bien se constata es que la economía real marcha cada vez más fuertemente por la vía capitalista, pese a frecuentes discursos anticapitalistas. Todavía más, las poblaciones rurales del país luchan contra cualquier intento populista o anticapitalista y, por tanto, la economía social-comunitaria está siendo enterrada por los hechos.

Se debe concluir que otros sectores de la economía nacional (industria, comercio, minería, etc.), a los que se intentó aplicar ese programa “socialista-comunitario”, resultaron un fracaso completo porque no funciona ni para atrás ni para adelante. En esa forma, la aplicación del experimento no sirve, al igual que anteriores, y que aquí hay que empezar de nuevo con otro que nazca de la realidad boliviana y no de la imaginación calenturienta de cerebros “iluminados”.

http://www.eldiario.net/noticias/2011/2011_01/nt110128/0_01edt.php

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Alegato contra utopías izquierdistas – Willi Noack – 26.8.2005

Alegato contra utopías izquierdistas

Willi Noack

Presiento que es necesario justificar por qué los temas de mis últimas aportaciones giran entorno al mismo asunto, sobre la defensa del orden democrático constitucional con una economía social de mercado, ante las falsas difamaciones desde el rincón izquierdista que pretende reinstalar un sistema socialista-comunista con argumentos falsos o –peor- semifalsos. Digo peor pues son de mayor dificultad para descifrarlos.

Este artículo está nuevamente en esta línea pues Bolivia se juega el 4 de diciembre su destino cuando definirá su futuro orden socio económico político. Además el debate en los medios, principalmente en la Internet, está fuertemente influenciado por apologitos de la falsa profecía de la creación del “paraíso de los trabajadores y campesinos” nombrado así por países socialistas o comunistas hoy desaparecidos por haber fracasado.

Opto por la socialdemocracia respetuosa del orden constitucional antes de aceptar la dictadura de la calle que hemos conocidos en Bolivia. Prefiero la urna antes de bloqueos. Prefiero la evolución antes de la revolución. Prefiero paz social antes de guerra civil. Esta preferencia exige ser justificada y respaldada.

Corriendo el riesgo de ser denunciado por chilenófilo me refiero una vez más, con reconocimiento explícito, a los logros de este país cuya economía de libre mercado, con TLC’s, “… crece 6,3% en primer semestre e inversión se dispara por buenas expectativas” (titular de LA TERCERA del 28.8.2005). Citando:“CONFIANZA es la palabra que mejor define el desempeño que tuvo la economía en el primer semestre de este año. Y no sólo porque la expansión de 6,3% que anotó el PIB es la más alta que registra el Banco Central desde 1996.” – “”La inversión subiendo al 26% significa que la capacidad instalada está aumentando y da sostenibilidad al crecimiento.” – el cual ha sido el “motor en la generación de empleo del período.” – “Estos niveles de inversión reflejan confianza en el mediano plazo. Los agentes ven que las capacidades de crecimiento a futuro no están en riesgo”.

Confianza. Es lo que no existe en Bolivia pues el capitalista nacional o internacional no confía en la seguridad jurídica imprescindible, es decir en el respeto por las reglas de juego durante el tiempo que dura la inversión. Cuando el orden se desmorona por bloqueos y similares desmanes ilegales se deteriora la posibilidad de invertir el escaso capital en una empresa rentable y la inversión resulta en una pérdida fatal. Como ejemplo sirven los hoteles y también las inversiones en el sector de los hidrocarburos. Donde no hay confianza no hay inversiones. Francis Fukuyama ha tratado la importancia de la confianza para el desarrollo de las sociedades.

¿Esta información sobre los éxitos chilenos nos debe importar? ¡Mucho! ¿Por qué? Porque desmiente cantos con intenciones seductoras proselitistas que afirman que para Bolivia la única solución para lograr la anhelada justicia es volver al socialismo.

Felizmente tenemos algunas tendencias alentadoras también en Bolivia que muestran que el mismo modelo también aquí esta resultando si bien no con la misma fuerza: Bolivia acumula superávit comercial de 175 millones en semestre

Surge la pregunta de siempre: ¿por qué? La respuesta consiste en cómo se maneja la economía SOCIAL de mercado y cuál es el grado de corrupción en el país.

Chile tiene un gobierno de corte socialdemócrata (no socialista!) que logra generar en el ciudadano CONFIANZA, la base para invertir. Por la desconfianza que tiene en Bolivia el capitalista no invierte en gran escala en Bolivia.

Pero el crecimiento económico no es todo. La prosperidad económica de un país debe beneficiar al mayor número posible de la población. También bajo este enfoque brillan los datos chilenos: “Los índices actuales de pobreza, medidos según el ingreso de las familias, nos señalan que la pobreza afecta a un 20,6% de la población nacional, cerca de 3 millones de personas y la indigencia, que representa una situación más crítica, a un 5,7% de la población, es decir aproximadamente 850.000 personas.” – “De hecho, durante el período comprendido entre 1987 y el 2000, cuando el PIB per per creció a tasas del 6%, los ingresos reales de los hogares aumentaron un 75% en promedio para el país y aquellos de los hogares pertenecientes al 20% más pobre de la población, lo hicieron a la par en un 73%.” (fuente: http://www.lyd.com/biblioteca/pdf/645chile.pdf)

Saquemos una conclusión: la bonanza puede reducir los niveles de pobreza y lo demuestra convincentemente el caso de Chile.

Mientras tanto en Bolivia el nivel de pobreza es del 64% (2004, estimación) (Fuente: CIA World Factbook, http://www.indexmundi.com/es/bolivia/poblacion_bajo_el_nivel_de_pobreza.html).

“Bolivia es uno de los países más pobres y desiguales de Latinoamérica. El BM calcula que Bolivia es el país de la región con mayores problemas de desigual distribución de la riqueza. El 14,4% de la población vive con menos de un dólar al día, mientras que un 34,3% lo hace con dos dólares diarios. Lograr una transición política pacífica es posible. Pero no será duradera hasta que no se solucionen los problemas de fondo quetiene Bolivia: la pobreza, el desempleo y la desigualdad. (fuente: http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/business/barometro_economico/newsid_4087000/4087540.stm )

Pero quizás sorprenda que también en los EE.UU. haya pobres: “Se estimó que 36 millones de personas vivían en la pobreza en 1995, año en que la tasa nacional de pobreza fue de 13,8%, en comparación con 15,1% en 1993.” (fuente: OPS, http://www.paho.org/spanish/sha/prflusa.htm#socioecon ) Hasta en las sociedades opulentas existe un cierto segmento de pobres.

En el caso de Alemania el gobierno federal aprobó recientemente el “Segundo informe sobre pobreza y riqueza” que trata de fenómenos sociales que merecen un estudio a fondo para orientar políticas concretas, focalizando las oportunidades individuales de participar y aprovechar en los procesos de desarrollo. Pobres son, según esta óptica, personas con pocas oportunidades – los excluidos. (fuente: http://www.bmgs.bund.de/deu/gra/themen/sicherheit/armutsbericht/index.cfm)

(Es la  versión ampliada de un artículo de opinión que será publicado en EL DEBER del 28.8.2005.)

fecha: 2005-10-14 16:47:18
autor: Willi Noack

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