Buenas políticas (siembra), excelente crecimiento (cosecha) – Gary Antonio Rodríguez Álvarez – 25.1.2011
La gestión 2010 fue exitosa para la mayoría de las economías en América Latina. Luego de un borrascoso 2009 signado por la crisis global, el pasado año marcó la recuperación del comercio mundial y con ello el crecimiento generalizado en los países que hicieron bien las cosas. Algunos hicieron las cosas mejor que otros, y Paraguay verdaderamente se llevó la flor.
Según diferentes organismos internacionales, los países latinoamericanos crecieron bien, salvo unos pocos que, como Venezuela, empiezan a cosechar su siembra de errores. Bolivia y Ecuador están entre los que menos crecieron.
Sin embargo, quien dio el “batacazo” fue Paraguay, que creció en nada más ni nada menos que un inusual 14,5% -de lejos- muchísimo más que el portentoso Brasil y el dinámico Perú, cuyas tasas se acercaron en algún momento del 2010 a los dos dígitos. El secreto para haber logrado tamaño éxito fue: la estabilidad, buenas políticas públicas y un Estado promotor que “deja hacer”.
Para nadie es desconocido que la base de la economía paraguaya está la agropecuaria. Y si bien el Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia se asombró porque 6 millones de personas producen alimentos para alimentar a 60 millones de personas en el planeta, lo que quiere decir que ¡producir mucho para exportar es muy bueno! Ahora, de que se vaya a pedir la asistencia del Paraguay para que “nos enseñen a exportar”, no parece ser lo más correcto. O tal vez sí, para que muchos bolivianos en el país se enteren cómo en el Paraguay se da diferentes tipos de agricultura -extensiva e intensiva- y cómo es que se utiliza la mecanización y la biotecnología para producir alimentos transgénicos no solo para sí, sino también orientado al mercado mundial.
Ahora, poniendo las cosas en perspectiva, Santa Cruz -con 2,7 millones de habitantes- alimenta no solamente a 10 millones de bolivianos sino también decenas de millones de personas en el mundo. Con toda seguridad, si el Estado ayudara más con buenas políticas -en lugar de prohibir el exportar, fijar precios artificialmente bajos, liberar la importación de alimentos, o denostar el uso de la biotecnología a diferencia de lo que hace Paraguay- con toda seguridad que Santa Cruz podría hacer muchísimo más en el rubro alimentario.
Según fuentes oficiales paraguayas, el Paraguay creció más que Bolivia no solo en el 2009 –el año de la crisis- cuando su PIB se expandió en un 3,8% (frente al 3,6% logrado por Bolivia) sino que –ya en condiciones normales en el mercado mundial- nos sacó más de 10 puntos porcentuales en el 2010 al crecer un 14,5% frente al 4% que se espera que crezca Bolivia (hasta el tercer trimestre el PIB había crecido solo en un 3,77%). ¿La explicación? Paraguay está dentro de los principales países exportadores de alimentos de la región.
Sabiendo que el mundo tiene hambre y que el precio de los alimentos va a seguir subiendo en el 2011 a consecuencia del cambio climático que afectan el normal desarrollo de la oferta en diferentes partes del mundo, así como otros factores que hacen que la demanda por alimentos se incremente, el Estado paraguayo está alentando la producción agrícola y pecuaria, principalmente de oleaginosas y bovinos. Es cierto que gran parte del 14,5% de crecimiento está fundamentado en un 53% en el sector primario pero a diferencia de lo que ocurre con Bolivia -que también tiene un fuerte basamento en dicho sector- la diferencia es que en el caso del Paraguay no se trata de recursos extractivos no renovables como minerales o el gas, sino de recursos renovables.
Es de destacar también el rol de la inversión privada y extranjera en el Paraguay, alentado por la estabilidad política y social, pero también de las políticas públicas. Paraguay se ha preocupado además en conceder incentivos a los inversionistas en base a una baja presión tributaria, ejemplo de ello es que los impuestos a la renta y el Impuesto al Valor Agregado son del 10%, mientras que en Bolivia las cargas para la inversión extranjera crecen (bajando sus utilidades, como en el sector petrolero). En Paraguay ocurre lo contrario: se premia el ingreso de capitales y se elimina el IVA a la salida de utilidades, además que se les ofrece energía limpia barata (electricidad). Naturalmente, si la posibilidad de hacer negocios en el país es alta, las mismas se reinvertirán.
Hacer empresa en Paraguay es barato y fácil, mientras que en Bolivia no ocurre lo mismo, haciendo que los resultados sean claramente disímiles. Aprender de los propios errores y de los aciertos ajenos, debería ser la tónica.
Santa Cruz, 13 de enero de 2011
Gerente General IBCE
By David - peliculas online, 25 Enero 2011 @ 18:34 pm
Siempre hay diferentes puntos de vista, lo que esta claro es que no se puede ir contra el progreso.
Saludos.