¿HACIA DÓNDE MARCHAMOS? – LOS TIEMPOS (Editorial) – 13.1.2011
Si no fuera que hay muchas lagunas a la hora de explicar este proceder, se podría creer que existe la disposición de destruir la institucionalidad vigente
La arremetida del oficialismo en contra de la Iglesia, de los medios y de aquellos opositores que mediante voto han copado algún espacio del Estado ha permitido que pasen sin la importancia que tienen varias acciones que parecería están dirigidas a dar fin con la institucionalidad vigente.
Evo decidio a poner fin a privilegios de la Iglesia Católica EL DIA 13.1.2011
De hecho, la forma en la que se abordó el tema de los precios de los carburantes es un ejemplo de ello. De funcionar el sistema democrático, medidas como la promulgación del decreto incrementando los precios, y a los días el decreto eliminándolo, hubieran ocasionado que los parlamentarios, así estén en receso, presionen para convocar a sesiones extraordinarias y exijan informe al gabinete y generen un debate que pudiera dar luces sobre el rumbo a tomar.
Pero ni al presidente del Estado ni a su gabinete les importó nada ese teórico primer poder del Estado. Lo que produjo los cambios y les provocó angustias fueron las movilizaciones sociales y la decisión de la población de resistir en las calles esa medida. Fue determinante que el primer mandatario se reuniera con sus bases cocaleras para que ordene dar un paso atrás, así esté convencido de que no es la decisión correcta.
En el campo municipal, la destitución de los alcaldes de la oposición que ganaron las elecciones del pasado abril está dando lugar a que las diferentes corrientes del MAS –divididas, como se comprueba día que pasa, por intereses cantantes y sonantes y no tanto por razones ideológicas– conviertan ese espacio en botín de guerra que se reparten sin rubor y eludiendo la ley. Y el Órgano Electoral, que en situaciones de esta naturaleza está obligado a organizar elecciones ante las renuncias que se han presentado, pone pretextos a cual más irrelevante para no cumplir su deber.
Se debe sumar la entrega de dinero a los alcaldes fuera de los canales establecidos para realizar obras a través del programa “Evo cumple” (presumiblemente financiado por Venezuela). Seguramente esta experiencia ha hecho que el Presidente decida hacer lo mismo, ahora con recursos del Tesoro General, para realizar obras de riego a simple entrega de un proyecto. ¿De qué sirve toda la normativa creada dificultosamente desde que se recuperó la democracia en el ámbito municipal en 1985 y que se especializó con la Ley de Participación Popular e incluso la Ley de Autonomías? Para nada. El Presidente “benefactor” concede dinero a su arbitrio sin que importen las leyes vigentes.
Algo similar ha ocurrido con el pedido de agradecimiento que ha hecho el primer mandatario a las mujeres, pues, a su criterio, él les ha abierto muchas oportunidades de trabajo en el Estado. Se repite, lamentablemente, la figura del benefactor que da dádivas a sus vasallos, por las cuales estos le deben lealtad y sumisión.
Si no fuera que hay muchas lagunas a la hora de explicar este proceder, se podría creer que existe la disposición de destruir la institucionalidad vigente para, presuntamente, crear una nueva. Es decir, una vez que su arribo al poder fue por elecciones y no por revolución, sólo les queda este camino para conseguir que una cúpula dirigencial tenga el control total de la sociedad, como con transparencia anunció el Vicepresidente hace algunos meses.
http://www.lostiempos.com/diario/opiniones/editorial/20110113/hacia-donde-marchamos_108271_212374.html