¿Quién espía a quién? – Susana Seleme Antelo – 5.12.2010

Sabíamos –pero no se dice– que en el mundo político-diplomático se conjuga con ahínco el verbo ‘espiar’ aunque casi siempre, que no es lo mismo pero es igual, se  presenta como labor de información. No es delito que personal de embajadas la recabe por conductos regulares o irregulares, con discreción o sin ella, para transmitir a sus respectivos gobiernos las noticias que  los medios de prensa no informan.

Analizar esta realidad bajo el esquema de la contradicción es fascinante. Por un lado, el espía anarquista canadiense David Assange y su equipo –todos hackers cibernéticos- han contribuido a mermar credibilidad a USA y a todo el mundo diplomático en general. Sin embargo estos ‘espías’ ya están divididos: no todos comparten la anarquizante manera de difundir información confidencial y, por su cuenta, dicen harán otras revelaciones de menor ‘riesgo’. Por otro lado, estoy tentada a  decir que de todo lo leído, al menos hasta ahora,  más parecen ‘chismes’ de Estado, algo jocosos, otros no tanto y algunos graves.  Según el periodista Miguel Ángel Bastenier, estamos en presencia de una nueva actividad: el ‘hacktivismo’: ahora sí ¡sálvese quien pueda!.

Merced a ello se ha perforado la información política secreta del Estado más poderoso del mundo, lo que puede producir un desplome de su credibilidad, aunque todo apunta a que seguirá siendo imprescindible en el mundo global por largo tiempo más, piensan algunos. Muchos sospechan que a quien le hará más daño será al presidente Barak Obama.  Me pregunto por qué en China no hay ‘hackers’ políticos, lo que estaría apuntando a que ese sí es el imperio comunista-capitalista  más poderoso de la tierra. En los hechos,  el principal, el más avezado y temerario espía-hackers  de todos – y parece que de todos los tiempos– es el canadiense, pero no tiene entrada a aquella China tan hermética.

Tanta contradicción, me pone en guardia: lo que hace Assange es ilegal y nada ético. Siendo así, y más allá  del saludable remezón a la diplomacia mundial, por lo leído bastante elemental hasta ahora, no me animo a hablar de revolución periodística.  En mi criterio, los verdaderos secretos de Estado no se ‘ventilan’ por Internet, habida cuenta que cada vez hay más hackers en el mundo. En todo caso, este novelón da para constatar  que el poder de los medios de comunicación – los cuatro periódicos más importantes del mundo han reproducido lo que dice Assange– sigue siendo el campo donde se disputan los espacio de poder político  locales, nacionales y mundiales. Espiar era, es  y seguirá siendo  una razón de Estado.

¿Y por casa cómo andamos?  Aquí nos espían el oficialismo y otros que no son necesaria y únicamente los de la Embajada de Estados Unidos: hay muchos nacionales y extranjeros adictos al ‘espionaje’. Solo por citar un caso: ¿cómo creen que el gobierno de Morales y sus hombres, llegaron a Eduardo Rósza  para montar el sainete terrorista-separatista en Santa Cruz? ¡Pues ‘espiando’, infiltrando, corrompiendo conciencias,  comprando  lealtades, amenazando! Aquí, “el fin justifica los medios” se aplicó a pie juntillas: con el fin de aplastar a la dirigencia cruceña autonomista y democrática, se justificaba cualquier medio, hasta asesinar a Rósza y dos de sus compañeros, No cabe duda que al menos Rosza era doble agente, pero también el único testigo de la verdad. Por eso lo mataron sin asco. Su computadora, aunque la tiene el oficialismo, se ha convertido en ‘espía’: por ahí vamos sabiendo  lo que el Fiscal Sosa no  informa y  altos dignatarios del Estado Pluri, callan.

Enviado por la autora susana seleme [susanaseleme@gmail.com]

Sin Comentarios

Aún no hay comentarios.

Escribe tu comentario:

Editor: Willi Noack | Administración Técnica: Jose Carlos Choque Y. | Creatica Ltda.