¿’Minucias’, ignorancia o hipocresía? – Susana Seleme Antelo –

Si desde fuera de Bolivia, como alerta el ex presidente Carlos Mesa, creen que aquí debemos callar ante las arbitrariedades, desmanes y rodillazos que inflige a la democracia el gobierno de Evo Morales, porque “el tamaño del cambio es de tal magnitud que no podemos detenernos en minucias para juzgar y cuestionar a quienes gobiernan”, dicen, es de rigor hablar sobre ello.

Ante todo, porque “minucias” es un término despectivo, si estamos hablando de democracia en serio y no de imposturas y pacotillas democráticas. Luego, porque quienes así juzgan la actualidad en Bolivia, no la conocen o la conocen parcialmente, y solo se guían por los nuevos rostros del bloque en el poder: ‘lo nacional popular’ ¡bienvenido! pero no garantiza convivencia democrática y plural. Por último, la revancha ‘étnica’ prima sobre cualquiera otra consideración: no hay ‘cambio’ revolucionario, sino estafa democrática.

En democracia nunca podrá ser ‘minucia’ una muerte civil promovida por quienes detentan el monopolio del uso de la fuerza, y aquí ha habido ya muchas por discrepar políticamente con el gobierno. Muertos hubo en Cochabamba, Sucre, Tarija, Pando, Santa Cruz porque a las demandas de autonomía y capitalidad, el oficialismo respondió con intolerancia, discriminación, sectarismo, y represión.

Tampoco podrá ser ‘minucia’, al menos en términos conceptuales y teóricos, confundir deliberadamente gobierno con Estado; partido gubernamental con sociedad civil y pensamiento crítico con separatismo, subversión o intentos golpistas. Y no pueden ser ‘minucias’ porque esas ‘deliberadas confusiones’ apuntan al totalitarismo vivido en otras latitudes.

¿Será que fuera de Bolivia es una ‘minucia’ haber eliminado la independencia de poderes, el Estado de Derecho, los debidos procesos, la presunción de inocencia y, en cambio, haber institucionalizado la politización de la justicia, con dudosos procesos judiciales, parcializada administración y punición, sí o sí?

¿Será ‘minucia’ que esa práctica, apunte solo a los adversarios con el fin de borrarlos del espectro político? Tienen o tendrán sentencias ejecutoriadas, inhabilitantes para ejercer cargos electivos, el alcalde Rene Joaquino que no hizo daño alguno, y están en capilla el ex prefecto de Pando, Leopoldo Fernández; el ex alcalde de Sucre Jaime Barrón, Vladimir Chávez, de Buena Vista, y otros, todos electos democráticamente. El gobierno ahora apunta a los gobernadores de Tarija, de Beni y Santa Cruz, los tres paladines de la lucha autonómica: Mario Cossío, Ernesto Suárez y Rubén Costas.

¡Qué ‘minucia’: el voto popular depositado en las urnas, burlado y manipulado para eliminar del escenario político a los adversarios, en los lugares donde el partido gobernante no se alzó con la aprobación ciudadana! Esa ‘minucia’ la practican solo dictadores y autócratas.

¿Es ‘minucia’ que el Vicepresidente se vea “como uno de los últimos jacobinos” y a “Evo como Robespierre”? ¡Vaya, que complacencia con los excesos de la violencia y el “Terror”!

Creer que la historia en Bolivia empieza con el presidente Morales es ignorancia de mala fe. Antes que el, aquí se luchó por restablecer la democracia, contra la exclusión, la discriminación y el racismo, y aunque no estaban penados por ley, se avanzó. ¿Serán eliminadas esas prácticas solo porque exista una, hoy? ¿Están eliminadas en los países donde existen leyes hace tiempo? ¿O se toma como ‘minucia’ lo que hoy hacen en Europa con gitanos e inmigrantes, y se califica de ‘minucias’ los daños a la democracia boliviana?


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