Por algo estamos como estamos – Javier Paz García – 14.9.2010
Mientras la Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo (Cainco) piensa si invitar o no al Presidente a la Feria, éste piensa cómo hundir al empresariado nacional.
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Por otro lado, el gerente de la Cámara de Exportadores de Santa Cruz (Cadex) considera que el Gobierno debería tomar previsiones sobre el desabastecimiento de cemento (El Mundo 04/09/2010). Para Gabriel Dabdoub, ex presidente de los empresarios privados de Bolivia, “el socialismo no es una amenaza” (La Razón 31/01/2010). Rubén Costas dice que él nos va a mostrar lo que es el verdadero socialismo y que Evo no es socialista (discurso realizado a los pies del Cristo Redentor hace más de un año en el cual estuve presente). Y Percy Fernández expresa sentirse a gusto y contento con la nueva Constitución (www.hoybolivia.com 09/06/2010). Este pequeño universo de declaraciones nos da una pauta de por qué estamos como estamos. Tenemos un liderazgo sin pantalones, sin convicciones ideológicas y sin rumbo.
Dejemos pasar la invitación del Presidente a la Feria, aduciendo motivos de protocolo, pero de ahí a sugerir que Evo es bueno, como lo hizo Eduardo Paz, presidente de la Cainco, hay mucho trecho. O que el gerente de la Cadex, Oswaldo Barriga, sugiera que es el Estado el que debe tomar medidas con respecto al desabastecimiento de cemento, y no los privados, es realmente espantoso. Lo de Gabriel Dabdoub con respecto al socialismo es para hacer ‘plop’, como en Condorito. Y lo de Costas es para llorar. Por supuesto nadie le va a creer que él es un socialista, como nadie puede creer que un Salvador Ric, hinchado en plata gracias al libre mercado, sea socialista.
Los líderes empresariales cruceños se aplazaron para comunicar y defender un modelo productivo que ha permitido el desarrollo de la región y del país. Se han aplazado por miedosos, porque su discurso está lleno de falsedades e hipocresías. Porque defienden el ‘modelo productivo cruceño’, pero despotrican contra el neoliberalismo y el capitalismo, como si uno y otro no fueran lo mismo. Porque se tapan la cara y se rasgan las vestiduras si alguien los tilda de liberales. Porque se avergüenzan de sus éxitos. Porque tienen un discurso que ni ellos mismos creen. Porque en nombre de dejar de lado las ideologías, han renunciado a los principios.
En fin, si los empresarios privados defienden el socialismo y piden la intervención del Estado; si los políticos que están llamados a defender nuestros derechos y libertades contra un Gobierno totalitarista anuncian orgullosos que nos van a “mostrar el verdadero socialismo”; si la gente hipoteca su futuro y el de sus hijos con tal de recibir un bono un par de años; si los votantes dan su apoyo a quien sea más irresponsable y temerario a la hora de hacer promesas, entonces es lógico que estemos tan mal como estamos y es inevitable que cada día estemos peor… Y todavía hay un buen trecho hasta tocar fondo. No hace falta más que ver a Venezuela, Cuba o Zimbabwe para notar hasta dónde podemos llegar.
* Máster en Economía
http://www.eldeber.com.bo/2010/2010-09-14/vernotacolumnistas.php?id=100913221757