Declaraciones y aclaraciones de Castro – Marcelo Ostria Trigo – 11.9.2010
Causó gran impacto que Fidel Castro, en una entrevista concedida al periodista Jeffrey Goldberg de la revista The Atlantic, afirmara que “el modelo cubano ya no funciona, incluso para nosotros (los cubanos)”
Aparentemente, reconocía que el marxismo–leninismo ya ha fracasado en Cuba –en verdad no funcionó nunca– y que no hay remiendos que puedan convertirlo en justo, democrático y respetuoso de las libertades y los derechos de sus ciudadanos.
El revuelo continuó, pues ni el Gobierno cubano, ni la prensa oficial, reaccionaron inmediatamente sobre tal afirmación. En efecto, el órgano oficial Granma encabezó su edición del jueves 10 de septiembre con el discurso de Fidel Castro “Cuando la Revolución se propuso liquidar el analfabetismo en un año”, del 8 de septiembre de 1960. Nada sobre el fallido modelo comunista.
¿A qué obedecía el cambio de Fidel Castro, siempre empeñado en preservar la ortodoxia comunista? Era difícil saberlo tan pronto. La cuestión era descubrir qué había detrás de tan inesperado y extenso mea culpa que llegaba a la critica al presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad Briceno, por negar el holocausto judío y desconocer el derecho de Israel a existir como Estado soberano en el Medio Oriente. Antes ya había reconocido, como errores de su régimen, la persecución a los homosexuales y su pedido a los soviéticos que ataquen a Estados Unidos durante la crisis de los misiles.
Fernando Ravsberg, corresponsal en La Habana de BBC Mundo (09.09.2010) intentó una explicación: “Es posible que Castro tuviera un lapsus, sin embargo todo parece indicar que está en un periodo de autocritica que implica de hecho un respaldo a las reformas económicas, políticas y sociales emprendidas por su hermano”. Sin duda era una posibilidad. Fidel Castro pudiera haber pensado en neutralizar a los sectores más duros del régimen cubano, probablemente opuestos a cualquier cambio o apertura económica y política que propusiera su hermano Raúl, que carece de la autoridad del líder histórico.
También hubo escépticos que, con razón, dudaban que Fidel haya renegado de su índole comunista. Elizardo Sánchez, uno de los líderes de la oposición cubana, decía: “Son lágrimas de cocodrilo. Él (Fidel) siempre ha sido implacable. Los dos hermanos son caras de la misma moneda. Estamos viviendo el fracaso rotundo del modelo castrista, remedo de las fórmulas neoestalinistas fracasadas en Europa”.
Surgieron muchas interpretaciones y especulaciones sobre el verdadero sentido del presunto desengaño de Castro con el modelo marxista – leninista. Pero había que esperar las reacciones del gobierno, del partido comunista y del propio Fidel, de manera que pudiera aclararse qué iba a cambiar en la isla y qué tan profunda pudiera ser una presunta apertura de tan vieja tiranía. Por lo demás, el giro de Fidel Castro dejaría descolocados a los gobiernos populistas de Venezuela, Bolivia, Nicaragua y Ecuador, declaradamente admiradores del sistema político cubano.
Finalmente, vino el desmentido –o aclaración–: “Fidel Castro ha asegurado hoy que el socialismo cubano sí tiene validez, lo que no funciona, a su juicio, es ‘el sistema capitalista’ que ‘ya no sirve ni para Estados Unidos, ni para el mundo, al que conduce de crisis en crisis; que son cada vez más graves, globales y repetidas’. Castro ha asegurado que el reportero no inventó la frase pero que le malinterpretó absolutamente” (Mauricio Vicent. El País. Madrid, 10/09/2010).
Así nace una nueva duda: ¿fue un lapsus, una mala interpretación del periodista o una retractación forzada? De cualquier manera, esto no da para el optimismo de que, con los Castro, algo pueda cambiar en Cuba.
Fuente:
Mi opinión
Columna independiente
Sábado 11 de septiembre de 2010
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