El proceso de cambio – Humberto Vacaflor G. ® Recuerdos del presente / EL DEBER – 29.8.2010

Han hecho bien los líderes del actual Gobierno al no llamar revolución a lo que están haciendo, sino simplemente ‘proceso de cambio’.
El concepto de revolución, a pesar del significado de la palabra, ha adquirido con el tiempo rasgos de algo estático, de una meta que se alcanza y que debe mantenerse por siempre. El drama cubano es  un ejemplo de esa situación.

Proceso de cambio es más dinámico y menos restrictivo. Se pueden ir haciendo cambios permanentemente, sin aferrarse a dogmas.
El proceso boliviano está mostrando mucho dinamismo porque va ajustándose a la realidad, cambiando constantemente.
Es Evo Morales quien lleva la batuta de esta sinfonía de cambios, que comenzó en enero de 2006. Toma las decisiones y luego sus seguidores –incluidos los abogados– dan forma a las ideas. El Presidente va decidiendo los cambios conforme se va enterando de cómo funciona el mundo.
En las últimas semanas, el proceso hizo cambios radicales en la política petrolera, a tal punto que resultaría difícil reconocer el proyecto original, entusiasta y bullicioso.
Los cambios se han aplicado en este sector antes de que se hubieran modificado las leyes elaboradas en los febriles días de la ‘nacionalización’. Si se miraba bien, ya entonces se habría descubierto que este Gobierno no se aferra a las palabras ni a los dogmas; llamó nacionalización a un simple cambio del régimen tributario.
Los cambios a los que está procediendo el Gobierno en materia petrolera deberán ser traducidos al régimen legal.
Las empresas parecen haber entendido y están seguras de que los cambios en las reglas de juego serán aprobados por disciplinados golpes de ala de los parlamentarios oficialistas.
Lo malo de este estilo de revolución permanente es que obliga a revisar los textos de manera también permanente. La Constitución redactada por la Asamblea itinerante de 2007 ha quedado obsoleta en poco tiempo.
Hay, por ejemplo, un artículo que anuncia juicios por traición a la patria a quienes nieguen a los pueblos originarios el derecho a defender el medio ambiente. Tendrá que ser cambiado para que esté al tono de los nuevos vientos que soplan en este proceso de cambio.
Ahora, el presidente Morales decidió viajar a Corea, pero eligió la Corea del Sur, es decir, la capitalista, lo que confirma que el cambio de tendencia va en serio.
Habrá que suponer que llevó a ese país la noticia de que las condiciones para explotar el litio de Uyuni han cambiado. Las que conocieron los empresarios surcoreanos que vinieron a Bolivia los asustaron tanto que no volvieron más. Si el Presidente ha ido tan lejos para invitarlos a que vengan, será –presumo– porque ha decidido cambiar esas condiciones.
Para que los empresarios extranjeros tomen en serio todo esto, los cambios que el Presidente decide deberán ser aprobados rápidamente por el parlamento.
La Constitución de Oruro tendría que quedar en suspenso. Mientras tanto, para que el país no quede sin Carta Magna, lo que puede hacer el Gobierno del cambio es poner en vigencia la Constitución anterior. Por lo menos estaba mejor escrita.

* Periodista

http://www.eldeber.com.bo/2010/2010-08-29/vernotacolumnistas.php?id=100828220411

Sin Comentarios

Aún no hay comentarios.

Escribe tu comentario:

Editor: Willi Noack | Administración Técnica: Jose Carlos Choque Y. | Creatica Ltda.