Por la mirilla de agosto – Centa Rek – 29.7.2010

“En este escenario la posible toma de la cultura que se anuncia como etapa venidera de la revolución, no va a ser ni aymara ni quechua, ni guaraya, ni valluna, sino simplemente la ideología del poder sin límites de una clase gubernamental incrustada para extraer al máximo los néctares del poder y los beneficios económicos y de toda naturaleza que brinda la extrema práctica del poder por el poder.”

Agosto es el mes en el que festejamos la independencia de nuestra patria y en la presente circunstancia el gobierno de Evo Morales ha elegido a Santa Cruz para realizar una sesión de honor de la Asamblea Plurinacional y dirigir desde este departamento su mensaje al Estado boliviano.

Podemos hacer varias lecturas acerca de esta decisión gubernativa, pero con dos de ellas podemos tener un espacio de comprensión del disloque entre el discurso y los hechos, algo que desgraciadamente ya es parte constitutiva y medular de la forma de hacer política en Bolivia.

Sobre el tema el gobierno ha desenvainado con audacia argumentos tales como que Santa Cruz ha pedido tantas veces ser tomada en cuenta y formar parte del Estado boliviano, ser incluida y no dejada de lado y ahora se muestra conflictuada con la decisión gubernativa de trasladar todo su aparataje ejecutivo y legislativo para improvisar una sesión que deje por sentado que la nave del gobierno se ha asentado en tierras grigotanas, desde donde el Presidente dirigirá al país su plan de avanzada política. El argumentario sigue la ruta de la superficialidad absoluta, de la futilidad con la que una reina de belleza dice… no tengo palabras, sólo puedo decirles que se me embarga la voz, que estoy muy emocionada y disculpen pero voy a llorar ahora mismo.

La lectura desde los cruceños viene dada por todas las conductas que ha tomado y sigue tomando el gobierno respecto al Oriente boliviano, que sigue siendo usado para “despatriar o repatriar” a su antojo a la gran civilización amazónica, sobre la que se ha asestado al presente duros golpes de violencia durante el primer mandato del presidente Morales; violencia y persecuciones ahora planteadas como algo lógico y normal, más o menos como el pan de cada día que los habitantes de esta zona del país se deben acostumbrar a tolerar.

El discurso que ahora portan los voceros del MAS está cada día más afinado, porque dicen que nadie debe hablar en nombre de Santa Cruz, mientras ellos lo hacen definiendo lo que es bueno o malo, lo que deben o no deben aceptar los cruceños, pandinos, benianos, sucrenses, tarijeños, etc, y por otro lado usan la estrategia de plantear que sólo un grupo pequeño de “traidores a la patria y terroristas que querían separar la patria” son los que están siendo perseguidos, mientras supuestamente la sociedad cruceña goza de grandes beneficios y derrama bondades y opulencia económica.

Reconocemos sin duda el lenguaje goebeliano, la receta goebeliana por excelencia, plantear que hay sólo un grupo que es el que recibe los palos mientras los demás disfrutan de la zanahoria, pero como el supuesto grupo pequeño no está nunca definido ni delimitado, todos sabemos que cualquiera puede caer o resbalar en esta categoría sin ningún problema y que el grupo elegido para el sacrificio y la represión estará siempre conformado por aquellos que hacen política, que tienen liderazgo en algún área: económica, social, activismo, cultural y que sin ningún problema luego nos dirán ayer vinimos por él y ahora es por vos, lo que debería leerse vendremos por el que nos desagrade. Situación que condena a los ciudadanos al régimen de miedo y terror que exige que acepten callados y sin protesta alguna la opresión, el enrarecimiento de libertades y garantías, aceptando así la subordinación como un destino ineludible.

En este escenario la posible toma de la cultura que se anuncia como etapa venidera de la revolución, no va a ser ni aymara ni quechua, ni guaraya, ni valluna, sino simplemente la ideología del poder sin límites de una clase gubernamental incrustada para extraer al máximo los néctares del poder y los beneficios económicos y de toda naturaleza que brinda la extrema práctica del poder por el poder.

Dentro de esta lectura podemos concluir que los cruceños demócratas no se recienten porque venga el gobierno a sesionar o Evo Morales a dar su discurso del 6 de agosto, sino porque saben que tras esa parodia se está planteando una situación de opresión para el país, se está planteando una embestida a los orientales luchadores que plantean una visión más democrática, de respeto a libertades y garantías ciudadanos, de respeto al libre emprendimiento como parte de una evolución del ser humano que debe equilibrar lo individual con lo colectivo y sin desmedro del bien común. Santa Cruz sabe que está volviendo a ser utilizada para dar escarmiento e impartir lecciones totalitarias, para que sigan habiendo dentro del marco del Estado ahora llamado plurinacional y autonómico algunos departamentos que en la visión del núcleo duro del actual gobierno deben quedar como los hijos bastardos de la Patria.

No hay inocencia en el mundo político, las acciones políticas cuando son fruto de la drasticidad y la falta de límites y de respeto y dignidad de los pueblos se convierten frecuentemente en parteras de grandes heridas y de grandes injusticias que se anuncian en los cielos oscuros de los poderes que no permiten posiciones distintas. En el presente hecho político de trasladar a Santa Cruz la maquinaria gubernativa para la sesión del 6 de agosto, se pretende entre otras cosas matar dos pájaros de un tiro, anular a Sucre como capital histórica, tomando así la actitud de bloquear la historia y la justicia histórica que se merece el noble pueblo chuquisaqueño. Si este no fuera también el objetivo se podría haber esperado a sesionar en Santa Cruz el 24 de septiembre, pues es una fecha propicia porque se cumpliría también con la celebración del Bicentenario.

El malestar de los cruceños es lógico puesto que el régimen sigue persiguiendo, no cesa de perseguir, persigue empresarios, políticos, jóvenes ciudadanos, persigue a quienes han administrado los referéndums por autonomía en plena vigencia de las autonomías, persiguen mientras se ufanan de tener en sus manos todos los mecanismos discrecionales: (jueces, leyes, órgano electoral) que permiten que el gobierno ahora destruya a todo aquel que le represente un obstáculo a la carrera ascendente de poder por el poder.

Santa Cruz sabe que todo lo que se ha anunciado como la quinta etapa en la que incursionará el gobierno de Morales no es precisamente una “revolución democrática”, no es la industrialización del país, sino es el sumun de la concentración del poder, situación por la que los movimientos sociales han quedado fuera de la evaluación del gabinete ministerial, que nos muestra que no se desea que cuestionen la inoperancia ni la falta de gestión, justamente porque la actividad económica no es el asunto principal para el gobierno, pues el asunto prioritario es y seguirá siendo la toma del poder total, llegando incluso a la desnaturalización de las culturas que conforman Bolivia para inocular la carga ideología que garantice el ejercicio de un poder sin barreras.

Como núcleo indígena cultural confiable y actor principal del actual proceso “revolucionario” ha quedado sólo el sector cocalero del Trópico, que aglutina a los productores de coca, huelga decir que la economía del narcotráfico se expande, mientras supuestamente se derrocan a los sectores adversos al “proceso de cambio”, mientras se aplasta a la oposición con bombos y platillos, como si esta fuera una práctica civilizada y democrática, mientras se llama suicidas a los opositores que son eliminados uno a uno con todo tipo de juicios y persecuciones.

Sólo como una muestra del contexto en el que se le quiere dar al país este supuesto regalo desde Santa Cruz, escuchemos lo que anunció el vicepresidente García Linera, que planteó que la quinta etapa consistirá en una “ofensiva estratégica” orientada a la construcción y la toma del poder político, económico y cultural, es decir, ya no sólo del Gobierno, “sino del poder para tener la capacidad de decidir y mandar sobre la política y la economía” del país. Dicho en otras palabras, a la obtención del poder total, el poder sin límites, objetivo último para el que todo lo hecho hasta ahora no habría sido nada más que parte de un moroso pero necesario proceso preparatorio, según sus palabras.

Este anuncio no fue hecho en tono conciliador, sino más bien aprensivo, guerrero, ¿quién podría decir que el traslado de la sesión de honor de la Asamblea y de todo el aparataje del gobierno plurinacional sería una cándida e inocente dádiva al pueblo cruceño y al pueblo boliviano? ¿Será esta la forma de hacer un regalo o una concesión?

Nada como leer en varios registros la realidad, nos permite tener varias versiones de la misma historia.

Pero hay quienes en Santa Cruz también se aventuran al correteo de: “juguemos en el bosque mientras el lobo no está”. Qué le vamos a hacer hay de todo en la viña del Señor.

Centa Rek- Senadora por Santa Cruz- Bolivia

Enviado por la autora Centa Reck [rcenta@hotmail.com]

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