El gato de Deng Xiaoping – Gary A. Rodríguez A. – 28.7.2010

La economía de China creció casi 12% el primer trimestre del 2010, llegando a cerca de un billón de dólares estadounidenses ($us 1.000.000.000.000). Una gran noticia para aquel país, siendo que en igual periodo del 2009 había registrado “su peor tasa de crecimiento” desde 1992 con un incremento de “apenas” el 6,2%, informó la agencia de noticias EFE.

¿Por qué el Producto Interno Bruto (PIB) de la China crece a tasas de dos dígitos? Según explicaciones oficiales en ese país, la industrialización de las materias primas —procuradas en gran parte desde el exterior— es lo que induce su portentoso desarrollo, algo imposible de darse sin inversión. Según EFE, la inversión en activos fijos hasta marzo superó los 400.000 millones de dólares.

¿Por qué razón es que este “dragón asiático” atrae descomunales flujos de capital y el interés de capitalistas de todo el orbe para sí? Sencillo. Porque la garantía de seguridad jurídica, incentivos y las condiciones de competitividad que ofrece, son incomparables. Gracias a ello, la China se ha catapultado a niveles tales, que hoy se codea con los más desarrollados del mundo.

La debilidad del Yuan —y la tenaz negativa a fortalecerlo frente al dólar— es una de las explicaciones adicionales de su éxito (pese a que hay quienes insisten en que la “competitividad espuria” no paga), con lo que sus exportaciones a marzo superaron los 300.000 millones de dólares, registrando casi 15.000 millones de superávit comercial ¡y van sólo tres meses!

Según la OMC, Alemania fue desplazada por la China como primer exportador el año 2009. Mientras la China totalizó 1,2 billón de dólares en sus ventas globales de mercancías, Alemania registró “sólo” 1,1 billón.

Su liderazgo exportador está muy bien ganado, gracias a su insaciable industria que —alentada por normas ambientales y laborales curiosamente laxas— ha convertido a la China en la “fábrica del mundo”, al extremo de que no debe haber un solo lector de este artículo que no use o consuma algún artículo “Made in China”, probablemente obtenido con capital y tecnología de Occidente —hablando bien y claro— a consecuencia de la “deslocalización” y ésta, de la globalización.

Pero nada de esto se ha dado de forma espontánea. El artífice fue Deng Xiaoping, el líder político chino que en 1978 inició una profunda reforma para sacar a la economía comunista de su ostracismo. La historia cuenta que Deng Xiaoping, luego de un viaje a EEUU donde apreció el desarrollo económico y tecnológico de la primera potencia mundial, puso en acción una frase tantas veces señalada por Sánchez de Lozada, pero cuya autoría era más bien del político chino: “No importa de qué color sea el gato, lo que importa es que cace ratones”. En buen romance: si el capitalismo y el “mercantilismo” podían ayudar a modernizar la economía y la agricultura, y a desarrollar la ciencia y la tecnología en su país, y para ello era necesario liberalizar y conectar su economía al mundo. ¡Había que hacerlo!

Se calcula que 300 millones de ciudadanos chinos salieron de la pobreza gracias a la Reforma que permitió generar riqueza, empleos, y encarar programas de vivienda y mejoras en la alimentación, como nunca antes.

Si el vertiginoso desarrollo capitalista de la China comunista demostró que Deng Xiaoping estaba en lo cierto, y que el color del gato importaba poco… ¿Por qué insistir con el color del felino, en vez de garantizar que cace roedores?

Gary Rodríguez
es economista y gerente general del IBCE.

http://www.la-razon.com/version.php?EditionId=92&ArticleId=2649&a=1

1 comentario

  • By Willi Noack, 28 Julio 2010 @ 10:12 am

    Carlos A. Barroso Viruez [carlosbarrosoviruez@hotmail.com] mandó el siguiente comentario:

    “Para los que no han leído sobre el tema: Uno de los maravillosos regalos del régimen comunista de Mao fue la estatización de la agricultura china a través de sus programas “Plan Quinquenal” y “El Gran Salto hacia adelante”, lo que provocó la muerte POR HAMBRE entre 1959 y 1961 de alrededor de 20 a 43 MILLONES de personas (leer aquí). Para paliar esta y otras gigantescas webis, inventa su plan “Gran Revolución Cultural”: Fracaso TOTAL. Afortunadamente este pobre hombre nos dejó en 1976 y el poder pasa a manos de Deng Xia Ping, político pragmático que vio que toda la teoría “revolucionaria” que predicaba Mao (= estatismo y dictadura), inevitablemente fracasaba (me suena a Cuba, Venezuela, Bolivia y Ecuador).

    ¿Qué hizo Deng? A partir de 1979 no le interesó el color del gato, lo que le importó fue que cace ratones. Los resultados pueden leerlo en el artículo de abajo.

    CARLOS”

Other Links to this Post

Escribe tu comentario:

Editor: Willi Noack | Administración Técnica: Jose Carlos Choque Y. | Creatica Ltda.