La in-justicia del MAS – Susana Seleme Antelo – 28.6.2010

“No hay ‘razón de Estado’ o ‘razón de poder’ que justifique una injusta sentencia o una condena equivocada.”

La juez Séptima de Instrucción en lo Penal Betty Yañiquez, de la Paz, a pedido del fiscal Marcelo Sosa, ha emitido la declaratoria de rebeldía contra el empresario Branko Marinkovic por no haberse presentado a declarar sobre su ‘supuesta’ relación con el ‘presunto’ grupo liderado por Eduardo Rózsa en el inventado ‘caso terrorismo-separatismo’.

La declaratoria de rebeldía contra el ex presidente del Comité Cívico Pro Santa Cruz, implica “el mandamiento de aprehensión, arraigo y orden de captura contra Marinkovic” según despachos de prensa, en tanto el fiscal Marcelo Sosa se explaya y dice que “se ha mandado, mediante Interpol, la orden de captura internacional de este señor”. Para conocimiento del solícito fiscal, a ese ‘señor’ y a su familia, la gente de bien les debemos solidaridad y respeto, aunque a la juez y a él, investido de poderes omnímodos para seguir a pie juntillas órdenes políticas y no jurídicas de Evo Morales y sus hombres, les importe un bledo guardar las formas democráticas del debido proceso.

Por eso no respetaron el principio de territorialidad ni del juez natural: si los hechos y el ‘presunto delito’ tuvieron lugar en Santa Cruz de la Sierra, debieron sustanciarse aquí, por un fiscal y un juez de este distrito. Sin embargo, lo trasladaron a La Paz para manipular arbitrariamente la reglas y violar el derecho humano a la presunción de inocencia, no en vano las normas del Derecho Internacional, aducen, sabiamente, que es preferible darle la libertad a un culpable, que condenar a un inocente.

¿De qué se acusa a Branko Marinkovic? ¿Acaso su nombre o su número de celular figuran en la lista de contactos de teléfono detectados a Rózsa? Que algunos de los ‘delatores’ del oficialismo haya dicho que lo vio en La Torre, es insustancial, porque a esa oficina de campaña para los cabildos autonómicos y los tantos referéndums, fue y fuimos mucha gente, muchas veces. ¿De qué se acusa a Marinkovic, sino no hay imputación de nadie ni nada que lo implique con el grupo extranjero? ¿O se lo hostiga porque es un exitoso empresario capitalista y van tras sus bienes? En la Bolivia de Morales la justicia no es ciega: mira con ojos bien abiertos para aplastar mejor a sus adversarios políticos. Es perversa e hipócrita y ha tirado por la borda la democrática pluralidad política, tanto que hoy ya cuenta con más de mil exiliados y cientos de detenidos por ‘delitos políticos’, disfrazados de jurídicos, urdidos por los psicópatas del MAS adictos al poder.

“Donde no hay la justicia es peligroso tener razón, ya que los imbéciles son mayoría”, decía, amargado, uno de los más lúcidos escritores españoles del Siglo de Oro: don Francisco de Quevedo y Villegas, detenido por criticar a Felipe IV de España. Esa frase la dije públicamente en 1994, hace 16 años ante la Comisión congresal de Constitución, Justicia y Policía Judicial, convertida en Ministerio Público, cuando muchos miristas fuimos acusados en otro montaje: el de los llamados “narcovínculos”. Como hoy, con el tortuoso caso ‘terrorismo-separatismo” montado por Morales y sus hombres. La diferencia es que en aquella oportunidad, los ‘supuestos involucrados’ tuvimos el derecho a la defensa y a la presunción de inocencia, que hoy se les niegan a Branko y a otros. Entonces, como hoy, y como siempre, me rebelo ante la fuerza bruta del poder político y del silencio de otros. No hay ‘razón de Estado’ o ‘razón de poder’ que justifique una injusta sentencia o una condena equivocada.

susana seleme [susanaseleme@gmail.com]

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