Una reflexiones alrededor de un artículo publicado en CATO – Carlos Herrera – 31.5.2010

“PD Disculpen la insistencia en los asuntos de la economía, pero creo que la ausencia de una mínima cultura sobre esta materia hace que las decisiones políticas en nuestro país sean de la naturaleza de las actuales, absolutamente corrosivas y retrógradas.” Carlos Herrera

A propòs:

“Hot Topics”  —-   lo que la gente interesa….

Fuente: http://www.alexa.com/hoturls

Aunque el artículo (en CATO, ver abajo, WN) es breve indica entre otras, dos o tres cosas que a juicio del autor impiden una verdadera reactivación de la economía americana, la verdadera locomotora de la economía mundial. No parecen superfluas sus dudas porque es evidente que los números sobre el empleo no han mejorado -sin embargo del dineral echado en la economía- y no obstante que el precio del dinero (traducido por la tasa de interés al que se lo presta) continúa siendo bajo, ya que Obama y compañía tienen la idea de que los bajos intereses inducen a la gente a prestarse dinero para emprendimentos productivos.
Lo que me parece que no advierten bien los amigos del “gasto público y la intervención estatal en los mercados” (y por eso también los bancos han dificultado el crédito) es que la economía funciona mejor (esto es, se normaliza el consumo, la demanda de crédito y la inversión) cuando la cantidad de dinero que circula en la economía es el fruto exclusivo de la producción (ventas de exportación) y no de una dosis de inyección del dinero estatal recolectado de los impuestos. Quiero decir, lo que frena la reactivación es precisamente la distorsión en los precios que el gasto público ocasiona, porque con mucho dinero en circulación si no se modifican éstos a la suba (no se inflacionan) igual ese dinero crea una demanda artificial que acaba cuando aquel se extingue. Y esto es precisamente lo que frena todo, la información incierta sobre el verdadero nivel de los precios, la producción y la demanda, que son claves para abrir las puertas a la inversión, ya que los cálculos de rentabilidad, sostenibilidad y oportunidad de los negocios no pueden prescindir de aquella información. Miren sino el caso español, donde Zapatero ha brillado en estos últimos por la generosidad con la que ha usado el presupuesto público (los impuestos nacionales) en inversión y empleo, haciendo engordar el tamaño de Estado hasta el punto de adquirir una deuda descomunal que ha puesto al país al borde del descrédito internacional y sin haber logrado finalmente hacer arrancar la economía española. No es entonces el gasto público descontrolado lo que reactiva una economía, sino la información sin distorsiones de los mercados, que permite a los agentes productivos visualizar los negocios e invertir en ellos. En realidad es mejor dejar que los mercados hagan la tarea sucia de liquidar las empresas quebradas, porque de nada sirve, a título de proteger el empleo, subsidiar actividades que a la larga distorsionan la información en la economía y se convierten luego en una carga fiscal puesta sobre las espaldas del sector verdaderamente productivo del país. Lo que pasa en Europa ahora debería servir de lección, de lo que se trata es de crear sociedades altamente productivas, no crear únicamente empleo burocrático y a costa del despilfarro de los dineros públicos (como pasa ahora en nuestro país). Las ideas Keynesianas, que tanto aman los partidarios de la intervención estatal en la economía, son absolutamente equivocadas porque nunca han logrado reponer el funcionamiento de la economía en términos sanos, lo que hacen generalmente es prolongar la agonía, agravando con ello el lío final.
PD Disculpen la insistencia en los asuntos de la economía, pero creo que la ausencia de una mínima cultura sobre esta materia hace que las decisiones políticas en nuestro país sean de la naturaleza de las actuales, absolutamente corrosivas y retrógradas. Por eso mismo tambien e inmediatamente después de este mail les envío un artículo breve sobre la política monetaria del gobierno nacional, escrito por un economista nacional que no sé quién es, pero que explica y piensa bien las cosas, según creo yo. …..

Fuente: Enviado por el autor carlos Herrera [calinzell@hotmail.com]

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Aquí el artículo analizado por Carlos Herrera:

¿Nueva recesión?

por Manuel Suárez-Mier

Manuel Suárez-Mier es Profesor de Economía de American University en Washington. D.C.

Se escucha con frecuencia que este año la economía de EE.UU. se recupera con firmeza de la caída que sufrió, lo que implica que la mejoría económica de México registrada desde finales del año pasado se consolidará.

Tal pronóstico supone que los consumidores estadounidenses, la principal locomotora de la economía mundial, regresarán a gastar como antes de la crisis, pero hay buenas razones que indican que ello es improbable:

  • Los consumidores cargan con una deuda enorme, de 2,5 billones de dólares (trillion en inglés), cerca de la quinta parte del gasto total anual de esa economía y equivalentes a 8.100 dólares por habitante, y el colapso en los precios de los bienes raíces, principal riqueza de sus habitantes, significa que hoy son más pobres. Ambas causas los obligan a ahorrar mucho más.
  • La tasa de desempleo de casi 10% de la fuerza de trabajo alcanza un 22% cuando se suma a quienes dejaron de buscar empleo, lo que significa que uno de cada cinco consumidores carece de ingresos.
  • Las empresas medianas y pequeñas, principal fuente de creación de empleo, están en problemas graves: su número de bancarrotas va 40% arriba que el año anterior, en buena medida debido a la falta de crédito, a pesar de la expansiva política monetaria. Además, la ley de cobertura médica recién adoptada, les representará una onerosa carga adicional al forzarlas a cubrir a sus empleados, cuando hoy casi la mitad de ellas no lo hace.

En adición, hay que subrayar que tres de las causas que estuvieron detrás del colapso económico de EE.UU., no se han corregido sino que se han agravado:

  • El desequilibrio en las finanzas públicas, que ya era serio en el gobierno de George W. Bush, ha crecido considerablemente al llegar a 1,75 billones de dólares el año pasado, más del 12% del PIB. Tal déficit fiscal sólo se alcanzó en México al final del sexenio de López Portillo, antes de la debacle de 1982.
  • Una política monetaria laxa, a la que se culpa de haber alimentado la burbuja en los precios de los bienes raíces cuya ruptura causó la crisis, se ha vuelto aún más permisiva, con el ostensible fin de reanimar la economía pero con la consecuencia de provocar una nueva burbuja especulativa, esta vez en el mercado accionario, que ha mostrado una gran volatilidad en fechas recientes.
  • Un desequilibrio externo que transformó a EE.UU. en el primer deudor mundial, pone en entredicho la permanencia del dólar como moneda de reserva internacional, aunque la crisis de deuda en la Unión Europea haya resultado en su reciente apreciación frente al euro.

Resulta obvio que hay poderosas razones para ser escépticos respecto al vigor y permanencia de la recuperación de EE.UU., lo que no conlleva buenos augurios para nuestra economía.

Este artículo fue publicado originalmente en El Economista (México) el 24 de mayo de 2010.

Fuente: http://www.elcato.org/node/5197

1 comentario

  • By Willi Noack, 31 Mayo 2010 @ 12:41 pm

    Relacionado, publicado en HOYBOLIVIA:

    Mauricio Ríos García

    Inoperante política monetaria

    31/05/2010 – 05:03:45

    Una de las características más importantes que tuvo la economía nacional en 2009, fue que a partir de abril, la política monetaria del Banco Central de Bolivia (BCB) pasó de ser una de tipo contractiva a una de tipo expansiva, es decir, de reducir a aumentar la cantidad de dinero en la economía para provocar cierto nivel de inflación.

    Esta política ha derivado una nueva preocupación en los economistas respecto de la supuesta paradoja que se presenta entre el existente exceso de liquidez y la falta de inversión, pues sucede que las políticas del BCB mencionadas anteriormente no están provocando el efecto de mayor ahorro e inversión que se busca en el público.

    Para los economistas que siguen la corriente keynesiana y el mismo BCB, este fenómeno podría ser explicado mediante el uso del término “trampa de liquidez”: una situación en la que los tipos de interés poseen un tasa tan baja que ya no pueden descender más. En este punto, creían Keynes y Hicks, la política monetaria deja de funcionar cuando los inversores prefieren mantener el dinero ocioso en efectivo porque nadie esperaría que el precio de los títulos vaya a aumentar más aún.

    Para otros economistas, sin embargo, la trampa de liquidez en realidad tiene relación con el atesoramiento y el ahorro. Si bien el atesoramiento tiene mala fama entre los economistas tradicionales, en realidad es algo muy bueno. Normalmente, la gente no retiene recursos irracionalmente o sin razón alguna, lo hace como una manera de protegerse de situaciones que considera peligrosas como la inflación, depresión, guerra, o cualquier otra calamidad que provoque que la gente quiera atesorar.

    Valga recordar que la economía nacional experimentaba una clara etapa de auge, pero al desatarse la desestabilización de la economía mundial a partir del segundo semestre de 2008, inició un proceso deflacionario que permitió identificar proyectos sin demanda, favoreció a los consumidores, sobre todo a los pensionistas y acreedores, y contribuyó a la recuperación de aquellos sectores en donde se realizó malas inversiones, donde se emprendieron negocios mal capitalizados y donde se operaba en forma demasiado arriesgada. Se encontraba en una etapa de catarsis y el atesoramiento era parte de la misma.

    Ahora bien, lamentablemente, las autoridades de corriente keynesiana del BCB, presuponiendo que ante esta situación de atesoramiento y no inversión, la economía debe ser estimulada bajando los tipos de interés en forma arbitraria, provocando en realidad un proceso totalmente adverso de inflación, pérdida de reservas y, probablemente, un déficit de la balanza comercial también.

    Pero el gran temor viene de la formación de un típico círculo vicioso al que esta corriente jamás ha podido responder: Al ver que esta política de expansión arbitraria no está generando los efectos que busca, el BCB podría iniciar una etapa de estímulo y auge aparente mucho más agresiva, reduciendo aún más los tipos de interés y haciendo que el crédito esté disponible también para aquellos quienes tienen pocas o ninguna garantía de repago, provocando que más tarde se genere una recesión acompañada de inflación, o una depresión de igual magnitud a la del auge previo, dependiendo de la terquedad de la tradición keynesiana.

    Si simplemente se siguiera con el proceso natural del mercado al liquidar deudas y empresas en quiebra, se permitiría el descenso de los precios al desaparecer la inflación monetaria, por tanto, no habría necesidad de impulsar el empleo, ni de subsidiar el desempleo, ni de desalentar el atesoramiento, y se tendría como resultado final la recuperación más rápida posible con el mínimo dolor económico. Esa es una política monetaria que no solamente opera, sino que opera con impacto positivo para el ahorro y la inversión.


    Fuente
    : http://www.hoybolivia.com/Noticia.php?IdEdicion=756&IdSeccion=7&IdNoticia=34707

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