La ‘rebelde’ mesa 18 – Julio César Caballero M. – 27.4.2010

Los movimientos sociales y el propio Presidente del Estado no se imaginaron que su invento –crear cumbres paralelas, mesas de diálogo también paralelas, es decir, todo en versión disidente– iba a ser replicado esta vez en su contra ahora que están en el poder.

En la Conferencia Mundial sobre Cambio Climático organizada en Cochabamba apareció una mesa extraoficial contestataria que fue calificada por el Vicepresidente como un club de organizaciones no gubernamentales que quieren hacer de Bolivia y de los pueblos un protector de la orgía depredadora de los empresarios.
Lo que no dijo el señor García Linera es que en esa mesa paralela a las 17 organizadas por el Gobierno estaban representantes de los pueblos originarios y campesinos de Potosí, diputados del MAS y el ‘mallku’ del Conamaq, Rafael Quispe, que sugirió al Gobierno que en la conferencia se debatan otros conflictos socioambientales, como la construcción de una megarrepresa en el río Madera en la frontera con Brasil y, principalmente, que se discuta el modelo de desarrollo ‘extractivista’, que no favorece a la producción diversificada.
Según el análisis realizado por la polémica mesa 18, el plan de desarrollo energético gubernamental 2008-2027 tiene como premisa intensificar la explotación de reservas hidrocarburíferas en áreas protegidas y territorios indígenas sin consultar a los pueblos originarios, supuestamente la ‘reserva moral’ del proceso de cambio en Bolivia.
Mientras el Gobierno estructura un discurso ambientalista para la exportación, actúa de forma diferente a lo que dicen sus voceros oficiales. ¿Ejemplos? El Estado boliviano asociado a las odiadas transnacionales extrae minerales usando recursos hídricos en la mina San Cristóbal, que consume alrededor de 50 mil metros cúbicos diarios de aguas subterráneas de la zona de Nor Lípez en Potosí. O la denuncia de los indígenas weenhayek, tapiete y guaraníes del Chaco que protagonizaron la primera marcha en contra del Gobierno de Evo Morales, que autorizó operaciones petroleras en sus territorios violando su derecho a la consulta previa.
Los indígenas de tierras bajas alertaron que Petroandina estaba por realizar pruebas sísmicas en la cordillera del Aguaragüe, trabajos que implican el desmonte de grandes áreas y riesgos de contaminación de reservas de agua en una zona que padece de prolongadas sequías. Como los anteriores casos citados, proyectos que fueron cuestionados, como el de Corocoro, La Joya, Liquimuni o la exploración del lago Poopó, tienen que ver con fuertes impactos ambientales que no fueron tomados en cuenta en la reunión formal de la conferencia.
¿Doble discurso del Gobierno? Sí. Es fácil y produce réditos políticos endilgar al imperialismo capitalista, a los terratenientes, a los oligarcas, todos lo males que aquejan a la madre tierra. Si sus políticas están orientadas sólo a la extracción de las materias primas, depredando recursos naturales como lo denuncian sus propios movimientos sociales, estamos frente a una manipulación descarada e irresponsable de un tema que merece mejores escenarios que los montados para conseguir la atención mediática internacional.

* Periodista y cientista jurídico

http://www.eldeber.com.bo/vernotaahora.php?id=100426225229

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