Mensajes contradictorios – EL DIA (Editorial) – 25.4.2010
Presidente o ministro ¿a cual creer? 26/04/2010-11:40 | Palo Santo |
Los inversionistas que miran a Bolivia –si es que todavía quedan algunos-, deben estar confundidos con los mensajes que se emiten desde el país, tan contradictorios que seguramente se les hace muy difícil extraer un balance antes de arriesgarse a venir. El riesgo mayor es que se dejen llevar por el olfato del siempre cobarde dinero, cosa que ha estado ocurriendo en los últimos años. Sólo en la gestión 2009, la inversión extranjera directa cayó casi en un 50 por ciento respecto de 2008, lo que significó una fuga de algo más de 600 millones de dólares.
El ministro de Economía y Finanzas, Luis Arce Catacora, ha estado estos días en Estados Unidos, tratando de convencer a los empresarios privados de aquel país de que Bolivia se ha vuelto un lugar seguro para invertir, donde los capitales están protegidos por la Constitución una serie de leyes concretas. En Nueva York, sus interlocutores no dejaron pasar la ocasión para preguntarle por todo aquello de los pollos, los gays y los alimentos transgénicos y seguramente le preguntaron también qué hacía él ahí, mientras su presidente iniciaba en Tiquipaya una lucha frontal contra el capitalismo en el mundo. “Fue un truco mediático”, respondió el funcionario boliviano, versión que puede ser cierta ya que fue justamente el discurso del presidente Morales el que banalizó por completo la Cumbre Climática.
Arce Catacora pudo haberles dicho a los empresarios que fuera de los “chistes” del presidente, los organizadores de la Cumbre tuvieron éxito en bloquear a un grupo de discusión que pretendía satanizar a los inversionistas –sobre todo mineros- y pedir que los echen del país, al mismo tiempo que exigían el respeto al derecho constitucional de los indígenas a hacerles la vida imposible a las compañías que explotan los recursos naturales. Otro de los logros que pudo haber destacado el ministro es haber opacado una protesta de indígenas y campesinos en una de las minas más grandes del mundo –San Cristóbal-, donde quemaron las oficinas de la empresa Sumitomo y volcaron decenas de vagones con mineral. Todo esto, sin mencionar a la compañía hindú Jindal y los grandes esfuerzos que hace el Gobierno para que se vaya del país, sin reclamar el cumplimiento del contrato y menos aún, los 18 millones de dólares que acaban de sonsacarle.
Es posible que el Gobierno esté esperando que los empresarios extranjeros hagan el balance que orienta las cosas más a la realidad que a los chistes. La Cumbre Climática fue simplemente un baño de multitudes que se dieron Chávez y Morales, dos líderes que lo necesitaban con urgencia. El ecuatoriano Correa, más que sus colegas Lugo y Ortega, los tres que habían confirmado su viaje a Tiquipaya y al final no acudieron, sabe que los tiempos ya no están para andar mandando mensajes contradictorios, mientras en Perú, Colombia, Chile y Brasil los desentonos apenas tocan el barniz de la conducción del país.
Al final de la reunión, el ministro Arce les aseguró a los empresarios norteamericanos que el Gobierno no pretende “nacionalizarlo todo”, sino que trata de “recuperar sectores estratégicos para desarrollar el país”. Veremos cuál es el mensaje real que se emite el primero de mayo. Todos sabemos que este Gobierno tiene grandes necesidades en el campo económico, pero las urgencias políticas están creciendo como hongos.
El Ministro de Economía pintaba en Estados Unidos un país atractivo para invertir. En Cochabamba, Evo destruye al capitalismo.
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