IDEOLOGIA SE HACE AL ANDAR – Ovidio Roca – 3.11.2009

Lo que corresponde ahora, en este momento critico de la historia nacional, es llamar al orden a los partidos para que se remocen y organicen, y a los mejores ciudadanos que muñidos de la ideología oriental de autonomía y libertad participen activamente en los asuntos de la nación, pues lo peor es dejar en manos de cualquiera o de nadie, el destino de nuestra familia, nuestra ciudad y nuestra Republica.“  cita

En las entrevistas y foros vemos frecuentemente a líderes de opinión nacionales y también cruceños, afirmando que los cambas carecen de ideología y de proyecto de país; lo que me parece una falta de sindéresis y más que todo un gran desconocimiento de la épica historia del oriente y las líneas de su pensamiento.

Si  revisamos el diccionario de la legua española vemos que: Ideología es el “conjunto de ideas fundamentales que caracteriza el pensamiento de una persona, colectividad o época, de un movimiento cultural, religioso o político, etc”.

Todas las personas tenemos ideología y la historia de Santa Cruz muestra las  azarosas circunstancias y eventos sobre los cuales el pueblo cruceño ha venido construyendo la suya, relacionada básicamente con la libertad, el sentimiento de autonomía y de rechazo al Estado y su centralidad. No nos olvidemos que durante los siglos XVI y XIX, los cruceños establecidos en el centro del continente, lejos de todas partes, y carentes de las riquezas valorizadas en esa época como el oro y la plata; vivían dificultosamente pero a su libre albedrío, con un Rey lejano que los había dispensado de casi todas las Leyes de Indias, impuestos y alcabalas. Durante la colonia los cruceños fueron Realistas, simplemente por ser eso, por realistas; pues es mucho mejor tener lejos un Rey que no reina que un criollo que pueda oprimirlos.

Santa Cruz es decir Mojos y Chiquitos se incorporan formalmente a la Republica de Bolivia en 1825, inducidos por el prestigio de Charcas y la influencia de algunos políticos que estudiaron en su prestigiosa Universidad, cuna de la cultura y el saber de esa época; y ahí se acaba la relación con el Estado central, salvo la designación de Prefectos andinos, y enviar exiliados a estas tierras a los políticos indeseables para el régimen de turno.

La nueva República siguió su curso centrada en las minas y la expoliación de los indígenas y como no necesitaba de Santa Cruz, ésta siguió aislada durante los siguientes 125 años.

La economía cruceña aunque pequeña y primaria, recibía los influjos externos y por ello los cruceños buscaban integrase al comercio y al mundo. En 1875 buscando caminos para la integración de su economía, Miguel Suárez Arana funda Puerto Suárez para salir al Atlántico.

Desde 1880, para exportar los minerales se construye el ferrocarril de Antofagasta a Oruro y de Mollendo a Puno, como consecuencia la producción cruceña de azúcar, cuero curtido y artículos de cuero, hilados y tejidos de algodón, charque y otros, que se transportaba en mulas para su venta en las áreas mineras deja de ser competitiva, por los fletes simbólicos que cobraba el ferrocarril para traer esos mismos productos y otros de Chile y Perú. Como consecuencia gran parte de la población de Santa Cruz de la Sierra que en esa época era de 12.000 habitantes pierde su fuente de ingresos y a partir de ese año nuestros abuelos se dirigen masivamente al Beni en busca de la quina y de la goma que tenían mercado en Europa, a su paso fundan pueblos, crean trabajos, establecen presencia en las fronteras y protegen el territorio nacional. Empresarios cruceños y benianos instalan oficinas en Londres para manejar sus negocios y traen ideas de la modernidad y cultura universal.

Alrededor de 1920 la economía de la goma declina y el Oriente vuelve a quedar aislado del flujo de la economía y el comercio.

Siguiendo con su afán integracionista, en 1904 los cruceños piden en un “memorado” al Congreso Nacional, se contemple una salida al Atlántico vía el río Paraguay y la construcción de un ferrocarril desde el río Paraguay a Santa Cruz y luego a Sucre o Cochabamba, sin embargo los gobernantes enfrascados en su negocio minero no entendían estas preocupaciones. El centro es La Paz, el resto monte y culebras.

Es recién a partir de 1954, como resultado del “Plan Inmediato de la Revolución Nacional”, que busca sustituir las importaciones de diez productos que constituían el 58% de las importaciones nacionales: azúcar, ganado, productos lácteos, grasas comestibles, aceites vegetales, arroz, harina de trigo y trigo, algodón en rama y maderas; que se produce la incorporación de Santa Cruz hacia el mercado andino y las políticas gubernamentales.

El éxito del Plan se dio porque contaba con lo que llamamos ahora, una cadena productiva completa: Existía el mercado en occidente y se construyo hacia Santa Cruz la infraestructura de transporte que faltaba, también se establecieron los estímulos para la producción: se construyen los ingenios azucareros y arroceros, un centro para la investigación agropecuaria, servicios de maquinaria agrícola, y estaba la tierra sobre la cual no había presión ni conflictos. Y sobre todo, la respuesta de la gente que se arriesga y se empeña en trabajar y producir buscando su bienestar y prosperidad.

Esta su historia y práctica social y económica fue moldeando la ideología de los cruceños, la que se construye conservando sus tradiciones típicas de hombre de los llanos: religiosidad, familia, alegría, amistad y atesorando los principios de libertad, iniciativa personal y propiedad privada.

El cruceño busca permanentemente alternativas productivas y con una actitud pragmática mantiene su mente abierta a la modernidad y la universalidad. En esta nación de la llanura se gana el prestigio y reconocimiento social como producto del éxito económico, profesional o artístico, al margen del origen étnico o social.

Se mantiene con razón una gran desconfianza frente al gobierno centralista, pues la práctica les enseña que todas las decisiones se toman siempre en “La Paz” y en función de los intereses del negocio minero. Es orgulloso de sus propias instituciones, las que fueron conformadas por los propios vecinos para suplir los servicios básicos de la comunidad, ante la ausencia del Estado.

El cruceño mantiene un profundo sentimiento autonomista y democrático que viene desde el mismo inicio de la historia de Mojos y Chiquitos, recordemos la elección de Diego de Mendoza como Gobernador cuando muere Ñuflo de Chávez.

Son este conjunto de ideas, sentimientos y tradiciones que imprimen carácter a la sociedad cruceña. Son éstas, el sistema de ideas y creencias que los vincula entre si, con la sociedad y con su mundo. Esta es la ideología común de los cruceños, benianos y pandinos, que permite a sus miembros, pese a ocasionales o parciales diferencias, reconocerse mutuamente como integrantes de la misma comunidad.

Pero a su vez, la cultura e ideología camba tiene como principal déficit y carencia su débil accionar político. El aislacionismo cultural generó en sus elites un pensamiento conservador y provinciano, una visión reducida a lo local. Como dice Karl J. Friedrich, las ideologías para que funcionen deben ser “sistemas de ideas conectados con la acción” que contienen “un programa y una estrategia de actuación” y cuyo objetivo es “cambiar o defender el orden político existente”. Ahí esta el principal problema; hizo y hace falta la incorporación mas decidida de la colectividad cruceña y oriental a las opciones políticas, a los Partidos Políticos, que son los instrumentos para la toma y el control del poder y del Gobierno del Estado.

La experiencia nos muestra que no hay democracia sin Partidos políticos, que ellos son el puente entre los ciudadanos y los gobernantes y el mecanismo mediante el cual la población participa en la selección de los gobernantes y en la construcción de las políticas de Estado y de gobierno. Una verdadera democracia necesita también de la coexistencia de diversos Partidos y agrupaciones políticas, que hacen posible la diversidad de pensamientos y líneas de acción.

Aunque actualmente vemos una aguda crisis en los Partidos, es un error tratar de sustituirlos en el proceso político por otras instituciones. Es necesario diferenciar y no mezclar los roles que tienen el Comité Cívico y la Prefectura, que de ninguna manera son el activismo político.

Lo que corresponde ahora, en este momento critico de la historia nacional, es llamar al orden a los partidos para que se remocen y organicen, y a los mejores ciudadanos que muñidos de la ideología oriental de autonomía y libertad participen activamente en los asuntos de la nación, pues lo peor es dejar en manos de cualquiera o de nadie, el destino de nuestra familia, nuestra ciudad y nuestra Republica.

Enviado por el autor ovidio roca avila [ovidroc@hotmail.com]

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