El nuevo Ejército Popular de Bolivia – Germán Vargas Castro / HOYBOLIVIA – 27.3.2010
“La comunidad nacional e internacional debe asimilar de una vez por todas que en Bolivia se ha instaurado un régimen comunista y autoritario para liquidar la democracia y la oposición políticas.”
Los padres de la Patria Grande en su tiempo fueron visionarios y conscientes que la libertad de los pueblos se gana asumiendo la responsabilidad histórica que implica ser grandes en los sacrificios individuales y colectivos en aras de preservar la libertad, dignidad, el honor y la gloria de la Madre Patria, con el único fin de enriquecer la: herencia cultural, ética y cívica de la identidad nacional que nos llegaron nuestros antepasados para que cada generación de bolivianos lo preserve como un tesoro preciado e invaluable.
No puede haber una ofensa mayor a la Patria qué en el aniversario de la Guerra del Pacifico el Presidente del Estado Plurinacional imponga consignas políticas de origen comunista a la Fuerzas Armadas de Bolivia. La tesis política y la venganza de los viejos comunistas derrotados en la guerrilla de Ñancaguazú y Teoponte se hacen realidad de convertir al Ejército Nacional de Bolivia en un Ejército Popular.
Es y será nuestra responsabilidad como ciudadanos, prensa, políticos, militares, policías, asambleístas cuidar, preservar la soberanía, la identidad nacional y la honra de sus instituciones republicanas, esté escrito o no. Sin embargo, la Asamblea Constituyente en vez preservar la integridad de la identidad nacional dio el primer golpe para derrumbar la estructura orgánica política y administrativa de la República de Bolivia en base al chicote, el cerco y la intolerancia racial.
Quienes hoy aplauden y se dejan comprar y hacen culto a la personalidad a los que se han erguidos en los nuevos dioses de los indígenas en el altar de Tiahuanaco y, en los jueces, fiscales y verdugos de los que no comparte su visión fallido del País.
La pregunta es, ¿Cómo justificaran los cobardes y serviles? sean políticos o militares ante la historia nacional y, ante sus hijos tanta servidumbre por las ansias al poder económico, corruptor y anti Patria del MAS. Por otra parte, los cobardes ovejunos no pueden ver los peligros o no saben que ellos serán los próximos presos o exiliados políticos.
La comunidad nacional e internacional debe asimilar de una vez por todas que en Bolivia se ha instaurado un régimen comunista y autoritario para liquidar la democracia y la oposición políticas. El mal avanza en Bolivia porque los buenos no hacen nada o se han convertidos en la quinta columna del MAS en todas las instituciones republicanas para dejar al pueblo boliviano a merced de los violadores de la Constitución Política del Estado y de los derechos fundamentales de los ciudadanos.
El Señor Presidente está en su derecho de identificarse como indígena andino, pero, que quiera imponer nuevas consignas políticas de “Patria o Muerte Venceremos” a la Institución Tutelar de la Patria, en vez de la histórica “Subordinación y Constancia”. La imposición del Capitán General a las Fuerzas Armadas de la Nación, es una ofensa a la dignidad nacional, desafío y advertencia a todo aquel que se opongan al abuso de poder del régimen comunista instalado en el Palacio Quemado de La Paz.
Señor Presidente, casi me convenció de sus buenas intenciones de querer reestructurar una sociedad democrática, pacífica y productiva en Bolivia y nos quedamos callados hasta ver los resultados su gestión ante el pueblo boliviano. Pero, parece que Su Excelencia ha olvidado que su mandato constitucional tiene vencimiento, no es plenipotenciario, ni es de por vida por más que quiera ampararse por el Súper Estado comunista y, en su propio Ejército Popular.
Además ahora tengo otras dudas legítimas Señor Presidente, porque la Patria boliviana de la cual soy sólo uno tiene 9 departamentos y más de diez millones de ciudadanos orgullos y todos ellos saben que la Patria no fue concebida en su gestión, sino que casi es destruida por su intolerancia política y racial. Y, no se puede aceptar tanta prepotencia e irreverencia de los “viejos bolcheviques, indigenistas kataristas y el Indígena Blanco con corazón negro”, cuando ordenaron retirar del Congreso Nacional los símbolos históricos de la extinta República de Bolivia, sin ningún honor o gloria como si quisieran ocultar el crimen a la historia nacional y, a la identidad de la Patria en los sótanos del BCB.
Por esta razón, mi corazón rojo, amarillo y verde se estremese de impotencia al ver tanta prepotencia y me llene de vergüenza al no escuchar el reclamo de por lo menos un patriota boliviano en la Asamblea Legislativa Plurinacional. Los pueblo y los gobiernos que no reconocen el valor de la libertad y niegan sus origines están condenados a repetir la historia.
Fuente: http://www.hoybolivia.com/Noticia.php?IdSeccion=7&IdEdicion=681&IdNoticia=30393