Alerta, muchísima droga – LA PRENSA (Editorial) – 26.3.2010

No puede ni debe parecer normal esta realidad: paquetes de pasta base, cocaína líquida, campos de marihuana o lavadoras convertidas en procesadoras.

La oleada de elecciones y referendos, el prolongado conflicto político, los procesos judiciales a los opositores del régimen actual, copan la agenda nacional de las autoridades de gobierno, los dirigentes políticos, líderes de opinión pública y de los medios de comunicación.

Una suerte de concentración obsesiva sobre los mismos temas hace que otros asuntos resulten de poca monta frente a las cuestiones políticas, que tienen concentrados a propios y ajenos. Esta avalancha informativa atenta contra el conocimiento profundo de los temas señalados. Por ejemplo, la Ley de Lucha contra la Corrupción, la Ley de Juicio de Responsabilidades o, poco antes, las designaciones de las autoridades interinas del Órgano Judicial, fueron abordados sin la profundidad que se requiere.

Si aquello ocurre con los temas que son parte de la agenda nacional, los otros asuntos no tienen posibilidad alguna para su discusión cuidadosa, investigación y adopción de medidas sólidas, en lugar de acciones coyunturales. ¿Desde hace cuánto que los temas de la producción nacional o los relativos a la seguridad de la ciudadanía no son tratados en profundidad?

Y uno de estos temas marginados por la cuestión política es el narcotráfico. Se han hecho frecuentes las noticias de incautaciones de enormes lotes de cocaína con destino al exterior. Ya es un asunto corriente conocer reportes de la incineración de toneladas de marihuana confiscadas en campos de cultivo de los valles.

En la edición del miércoles, La Prensa informó que la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico se incautó de 3,6 toneladas de cocaína en dos operativos realizados entre el viernes y lunes en Cochabamba y Santa Cruz, mientras que la Gendarmería de Argentina secuestró 419 kilogramos en Salta en dos cisternas provenientes de Bolivia. Es decir, poco más de cuatro toneladas en una semana.

Las autoridades bolivianas podrán alegar que la Policía antidrogas demuestra mayor eficiencia que en el pasado, pero se debe recordar que cálculos internacionales concluyen que se incauta hasta el 20 por ciento de la droga producida, transportada y distribuida por las mafias.

La confiscación de semejantes cantidades de droga debe inquietar y movilizar a toda la sociedad boliviana. Y los líderes de opinión pública, dirigentes de las organizaciones sociales, empresariales y regionales, como las autoridades, no pueden sino reflexionar sobre la realidad del narcotráfico.

¿Quiénes son los productores de droga en Bolivia? ¿Qué conexiones internacionales tienen los narcos? ¿Existe el peligro de que las actuales organizaciones o grupos lleguen a conformar estructuras poderosas como, lamentablemente, ocurre en países hermanos azotados por el narcotráfico? ¿La Policía boliviana tiene los recursos suficientes para controlar a las organizaciones criminales? Se sabe que estos delincuentes están armados, lo que resta saber es si están dispuestos a usarlas contra la fuerza de la ley.

Esas y muchas otras preguntas surgen tras noticias de grandes confiscaciones. No puede ni debe parecer normal las frecuentes fotografías de cocaína incautada, fábricas de clorhidrato, campos de marihuana, o lavadoras convertidas en procesadoras de droga. Por el contrario, esta realidad debe hacer sonar la máxima de las alertas.

Fuente: http://www.laprensa.com.bo/noticias/26-03-10/noticias.php?nota=26_03_10_edit1.php

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