CUANDO NO SE RESPETAN LÍMITES – LOS TIEMPOS (Editorial) – 24.3.2010

Los insultos del presidente Morales a cuatro ex mandatarios de la Nación hacen que la deslegitimación de la justica boliviana llegue a niveles sin precedentes

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Asegura que los cuatro ex mandatarios organizaron un sindicato de delincuentes confesos
Morales acusa a ex presidentes de una sañuda persecución política en su contra
LA PAZ
El presidente Evo Morales acusó este martes a tres ex presidentes y un vicepresidente de haber desatado una “sañuda” persecución política en su contra durantes las etapas de gobierno que les correspondió cumplir.
Fuente: HOYBOLIVIA
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LOS TIEMPOS, 24.3.2010
Algunos juristas calificaron de “exceso” las declaraciones del presidente Evo Morales, que ayer volvió a tildar de “delincuentes confesos” a cuatro ex dignatarios del país que denunciaron que las leyes en aprobación en el Legislativo violan los derechos humanos y la Constitución Política del Estado.
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Gramunt: Palabras gruesas, Fuente

Hace un par de días, cuando la polémica sobre el proyecto de Ley de Juicios de Responsabilidades presentado por el oficialismo estaba en su punto álgido tras la manera unánime como cuatro ex mandatarios pusieron en duda su constitucionalidad y legitimidad, el presidente Evo Morales salió al centro mismo del escenario para dejar establecida con toda claridad su posición sobre tan delicado asunto judicial.

Sin ambages, de modo que no quede ningún lugar a dudas ni a interpretaciones caprichosas, Morales calificó a los tres ex presidentes Quiroga, Mesa y Rodríguez Veltzé, así como al ex vicepresidente Cárdenas como “delincuentes confesos organizados en sindicato”.

Tan duras palabras han ocasionado muy diversas reacciones tanto en nuestro país como en el exterior. Internamente, el estupor ha sido la más común de ellas, pues aunque no es la primera vez que el presidente Morales sorprende por la franqueza con que expresa sus sentimientos, aún a pesar de lo que aconseja la prudencia política, en esta ocasión ha superado incluso sus propios antecedentes, pues muestra su total desprecio por la norma, incluso por la que él ha hecho aprobar, como en la nueva Constitución Política del Estado. Y lo que es más significativo es que ha repetido una y otra vez tales conceptos, lo que descarta la suposición de que se haya tratado de un exabrupto producido por un momento de ofuscación.

En el exterior, en cambio, donde no es una costumbre la facilidad con que en nuestro país se cruzan desde hace algún tiempo todos los límites, las declaraciones de Morales han servido para que se activen los procedimientos previstos para velar por el respeto de las garantías constitucionales y los derechos de las personas.

No podía ser de otro modo, pues la soltura con que el Presidente del Estado Plurinacional se atribuye el papel de principal inquisidor y acusador, se arroga el derecho de nombrar jueces, y además anuncia el dictamen con que espera se condene a los imputados, es algo que no puede pasar desapercibido para quienes tienen la misión de precautelar la vigencia del Estado de Derecho en los países miembros de la comunidad internacional.

En ese contexto, resulta muy oportuna la inquietud expresada por la Oficina del Alto Comisionado de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para los Derechos Humanos acerca de la falta de compatibilidad entre algunas de las leyes que la Asamblea Legislativa se propone aprobar, y el derecho internacional expresado a través de convenios internacionales de cumplimiento obligatorio para los países signatarios.

Desconocer los límites impuestos por las normas universalmente aceptadas para casos como el que nos ocupa, además de mellar seriamente la imagen internacional del gobierno de Morales, abre la posibilidad de que los fallos de la justicia boliviana puedan ser impugnados en cualquier tribunal del exterior. Si eso ocurre, lejos de fortalecerse nuestro sistema judicial y dar un paso hacia adelante en la lucha contra la corrupción y la impunidad, sólo se habrá dado validez y legitimidad a los argumentos de quienes se empeñan en mantenerse fuera del alcance de la ley.

Fuente: http://www.lostiempos.com/diario/opiniones/editorial/20100324/cuando-no-se-respetan-limites_62884_114001.html

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Gramunt: Palabras gruesas Imprimir E-Mail
premiolibertad09.jpgIglesia Viva 24.3.10.- Las aberraciones jurídicas sí que deben “inquietar” al Alto Comisario, como a todo boliviano. Debo confesar que no he comprendido ni el cómo ni el porqué el señor presidente del Estado Plurinacional, Don Evo Morales, se ha despachado contra los cuatro ex mandatarios con insultos agraviantes tales como llamarles “delincuentes confesos organizados en sindicato para defenderse”. Y no sólo una vez, sino que repitió lo mismo, en forma de burla y menosprecio. Tengo la sospecha —y muchos ciudadanos, jóvenes y viejos, me la confirman— de que el señor Presidente se ha sobrepasado.

por José Gramunt SJ

El “delito” cometido por los tres ex presidentes Jorge Quiroga, Carlos Mesa y Eduardo Rodríguez Veltzé y el ex vicepresidente Víctor Hugo Cárdenas fue presentar a la Asamblea Legislativa Plurinacional un documento en que se establecía que, si eran acusados de haber cometido delitos contra el Estado, el tribunal que los juzgara fuera imparcial. Lo que presuponía que los “abajo firmantes” daban por hecho que el tribunal que los iba a juzgar no sería imparcial. Presunción que no es totalmente infundada supuesto el nombramiento a dedo de los nuevos magistrados, por el jefe del Órgano Ejecutivo.

Los cuatro predestinados al patíbulo también denunciaron que los juicios penales en su contra, violan los derechos humanos y constitucionales. Como queda a la vista de observador, los ex mandatarios no hicieron nada injusto ni anticonstitucional como es ejercer sus derechos ciudadanos. Son inocentes mientras no se demuestre lo contrario.

Y hasta el momento de cerrar este comentario, nadie ha demostrado las culpas que les achaca el señor Presidente.

Las destempladas expresiones de Don Evo, puede que hayan satisfecho a muchos de sus inquebrantables seguidores quienes aplauden, sin duda, las palabras agraviantes de su jefe, pues demuestran un coraje varonil ante los alfeñiques opositores. Pero esas mismas expresiones presidenciales han sorprendido en forma ingrata a muchos otros buenos ciudadanos que todavía conservan un mínimo de sentido crítico.

La cosa sería nada si no hubiese trascendido a la instancia del Alto Comisionado de los Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas en Bolivia, Denis Racicot, quien adelantó la “inquietud” de la ONU porque “la justicia ordinaria tiene muchos problemas: está en crisis”. Un tanto más adentro de la actual administración de la justicia, el alto funcionario reconoce que “Ciertamente algunos puntos (del proyecto de Ley de Responsabilidades), pueden presentar problemas en cuanto al derecho internacional, sobre todo en cuanto a derechos humanos, motivo por el cual deben ser revisados minuciosamente.”

¿Y cuáles son aquellos “problemas” del sistema judicial? Los más graves y de mayor actualidad son: la politización de la justicia y la judicialización de la política. O, dicho más claro; que los jueces, en lugar de someterse estrictamente al espíritu y a la letra de la ley, se dobleguen ante la presión de las consignas gubernativas; y que a los adversarios políticos se les acuse y sentencie como “delincuentes confesos”, aún antes de ser oídos en juicio legal, aplicándoles, además, leyes con fuerza retroactiva, y negándoles el derecho a cualquier apelación. Estas aberraciones jurídicas sí que deben “inquietar” al Alto Comisionado, lo mismo que a cualquier buen ciudadano boliviano.

Fuente: http://www.iglesiaviva.net/content/view/4977/

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