El poder del dólar – Alberto Bonadona Cossío – 14.3.2010

“Otro efecto es el mayor uso de la moneda nacional, lo que no quiere decir que la moneda boliviana sea más fuerte que el dólar. Lo que da valor real a una moneda es la producción que lo respalda. El poder del dólar continuará por muchos años más, como también continuará siendo la principal moneda en la que se mantienen las reservas en el Banco Central de Bolivia. Las exportaciones bolivianas se realizan aún en la esfera de dominación de esta moneda y del país que la emite, circunstancia que no cambiará ni por decreto ni por el más grande de los voluntarismos que los bolivianos puedan mostrar.”

Si una persona compra una mesa, su precio se expresa en pesos bolivianos. Si el caso fuera de una economía de trueque, el valor de la mesa podría expresarse en una arroba de papas. Si la mesa aumenta de valor, se tendrán que entregar más papas y el valor de las papas disminuye respecto de la mesa. En una economía que usa dinero el ajuste es idéntico: el aumento de valor de la mesa al expresarse en bolivianos exige una suma más grande o, en otras palabras, el poder adquisitivo de los bolivianos es ahora menor.

En el plano internacional, cuando el dólar sube, el euro baja. La valoración o el precio de una moneda se expresa en otra moneda porque se la trata igual que a cualquier mercancía y su precio se establece en el mercado de monedas. Quiere decir que el dólar y el euro no pueden debilitarse los dos a la vez porque simplemente están inversamente relacionados para expresar sus precios recíprocamente. Otro asunto es que el valor del dólar respecto de la moneda boliviana se fije por una política económica que busca aumentar el uso del boliviano dentro del país. Esta medida de política cambiaria aleja de las fuerzas del mercado la determinación del precio del boliviano y define un tipo de cambio fijo. Si el valor del dólar se lo fija, por ejemplo, en 6 bolivianos y se quiere comprar 100 dólares, se necesitarán tan sólo 600 bolivianos en vez de 700 bolivianos que ahora se deben pagar. El tipo de cambio o el precio del dólar al fijarse en un menor valor en bolivianos también hace que se gaste menos para comprar la misma cantidad de dólares.

Diversas consecuencias tiene la adopción de un tipo de cambio fijo con un dólar subvaluado. Uno de los más indiscutibles efectos es que abarata las importaciones y castiga las exportaciones. Se podría esperar que un país como Bolivia aproveche esta circunstancia para aumentar las importaciones de maquinaria y bienes de capital. Esta clase de importación efectivamente ha aumentado de 487 millones de dólares en 2004 a 1.277 millones de dólares en 2008, pero su participación porcentual del total de importaciones se mantiene fija en algo más de una cuarta parte en todo este periodo. De existir una política claramente dirigida a la industrialización, esta participación crecería considerablemente y se reduciría radicalmente la importación de bienes de consumo, cuya participación se ha mantenido también fija alrededor del 22 por ciento.

Otro efecto es el mayor uso de la moneda nacional, lo que no quiere decir que la moneda boliviana sea más fuerte que el dólar. Lo que da valor real a una moneda es la producción que lo respalda. El poder del dólar continuará por muchos años más, como también continuará siendo la principal moneda en la que se mantienen las reservas en el Banco Central de Bolivia. Las exportaciones bolivianas se realizan aún en la esfera de dominación de esta moneda y del país que la emite, circunstancia que no cambiará ni por decreto ni por el más grande de los voluntarismos que los bolivianos puedan mostrar.

a.bonadona@yahoo.es

Economista

Fuente: http://www.laprensa.com.bo/noticias/14-03-10/noticias.php?nota=14_03_10_opin1.php

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