Tanto poder, todo el poder – Susana Seleme Antelo – 7.3.2010
“Todo el poder, tanto poder, a costa de haber ignorado la gestión pública y la gestión económica. Por eso no hay empleos productivos, ni generación de riqueza basada en la producción y la exportación con valor agregado, sino todo lo contrario: hay bonos, exceso de cocaína, mucha delincuencia y demasiado narcotráfico.
¿Para eso tanto poder? No valía la pena.”
A Evo Morales y a su gente el poder les ha servido para tener más poder, hartarse de soberbia por tanto poder, querer todo el poder y seguir buscando más poder político.
En todo caso no les ha servido para erradicar la pobreza, ni crear riqueza y trabajos productivos para el ‘vivir bien’ del que hablan. El ‘empoderamiento’ simbólico de los pueblos indígenas ha sido instrumental y deshonesto: las reivindicaciones étnicas contienen profundas rabias racistas, y las categorías izquierda, socialismo y democracia están manipuladas, en nombre de ‘los tiempos de cambio’ para que nada haya cambiado. Morales y su gente no han cambiado la matriz autoritaria, paternalista y centralista del ejercicio del poder. ¿Dónde quedó la ‘descolonialidad’ del poder del hoy renegado Félix Patzi?
Nada cambió: la Aduana es una guarida de corruptos-corruptores; el proyecto Mutún seguirá durmiendo el sueño de los injustos, porque al centralismo totalitario del MAS no le interesa que Santa Cruz sea el motor económico del país y Yacimientos es una amarga lágrima. Resultó el reducto donde los hombres del MAS cursaron maestrías y doctorados para quebrar una empresa que podía haber manejado el polo de distribución gasífera del Cono Sur y dar a Bolivia oportunidades de construir otro futuro.
Hoy, en el colmo de las imposturas, Morales y sus hombres protegen sin pudor al poder militar y apañan a dictadores y a operadores represivos para que sigan ‘tapando’ sus crímenes, sin desclasificar archivos y sin dar a los sobrevivientes de aquellas víctimas la posibilidad de cerrar sus duelos inconclusos: ¿dónde están los restos? El Gobierno mal utiliza el nombre de Marcelo Quiroga Santa Cruz para nombrar una ley que será una politizada ‘guillotina judicial’, pero no les pregunta a sus ‘leales’ militares dónde están sus restos y los restos de los demás desaparecidos. En este caso, la hipocresía del ‘Vice’ fue vomitiva. Y hablando de él, sería bueno saber cuáles son sus ‘credenciales sindicalistas’, pues las de sus títulos universitarios –5 y 10 puntos– no alcanzan a los 30 de la práctica sindical, con los que ahora se calificará los méritos profesionales en Bolivia. Me recuerda el “¡muera la inteligencia!” del franquismo.
Que Morales pretenda cambiar el discutible lema ‘subordinación y constancia’, introducido por el fascista alemán Hans Kundt durante la Guerra del Chaco, por el radical ‘patria o muerte, ¡venceremos!’ de la Revolución Cubana, es ‘distraccionismo’. Los derechos de autor de este último lema pertenecen a los patriotas de las guerras de la Independencia, me dice un amigo. Con cualquier lema, el poder militar está subordinado al poder político totalitario del antes antimilitarista Evo Morales.
El MAS va tras el poder territorial en las elecciones de gobernadores y munícipes. Si para ello hay que comprar conciencias ¡ahí van: al mercado de los impostores! El compromiso y la ética política no dependen ‘del tamaño de la cabeza’ ni se solventa escribiendo más o menos libros, como cree el candidato del MAS. Con tránsfugas, nunca.
Todo el poder, tanto poder, a costa de haber ignorado la gestión pública y la gestión económica. Por eso no hay empleos productivos, ni generación de riqueza basada en la producción y la exportación con valor agregado, sino todo lo contrario: hay bonos, exceso de cocaína, mucha delincuencia y demasiado narcotráfico.
¿Para eso tanto poder? No valía la pena.
* Máster en Ciencias Políticas
Fuente: http://www.eldeber.com.bo/2010/2010-03-07/vernotacolumnistas.php?id=100306230644