La resurrección, ¿una ilusión óptica? – Gary Rodríguez – 16.4.2012

COLUMA – BUSCANDO LA VERDAD

La noticia que llegó de Italia me dejó frío. Me indigné al leer que un académico de la Universidad de Cambridge dijo que Jesucristo no resucitó, y que los apóstoles sufrieron una “ilusión óptica” al ver el “Santo Sudario”. ¡Una tesis basada en una tela que supuestamente envolvió el cuerpo de Cristo tras su crucifixión, y sobre la cual hay muchísimas más dudas que certeza sobre su autenticidad! Por eso decidí escribir sobre el tema, a la luz de lo que dice la Biblia -la Palabra de Dios- para reivindicar la resurrección de Jesús y reflexionar sobre quienes, pretendiendo hacerse sabios, se hacen necios.

La nota en cuestión, “Resurrección de Jesús fue una ilusión óptica, afirma historiador basado en la Sábana Santa” (NoticiaCristiana.com, 30/MAR/12), daba cuenta del convencimiento de un historiador de arte, Tomás Wesselow -luego de años de consulta a fuentes históricas, la evidencia científica y el análisis de los Evangelios- que la “Sábana Santa” realmente envolvió el cuerpo muerto de Cristo.

Para el sesudo académico autodenominado “sudarista”, siendo que en aquellos tiempos no existía la fotografía, lo que habría pasado es que la imagen impresa en la tela -vista a media luz en la tumba de Jesús- “engañó a los Apóstoles, haciéndoles creer que Cristo había vuelto a la vida, pero la resurrección fue en realidad una ilusión óptica”, como explica en su libro “La Señal – La Sábana Santa y el secreto de la resurrección”, donde “descubre” además, que el apóstol Pablo no se refirió en 1 Corintios 15:50 a una resurrección corporal literal, siendo que la “carne y sangre no pueden heredar el reino de Dios”. Hasta aquí el desvarío académico. Veamos ahora lo que dice la Biblia sobre el particular.

En primer lugar, el apóstol Pablo recuerda en sus epístolas que Jesucristo fue muerto por nuestros pecados, que fue sepultado y que resucitó al tercer día apareciendo a Cefas, luego a los doce apóstoles, después a más de quinientos hermanos juntos, a Jacobo, y a él mismo (1 Corintios 15:3-8), pero además, reclama: “¿Cómo dicen algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos? Porque si no hay resurrección de muertos, Cristo tampoco resucitó: Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe” (1 Corintios 15:12-14).

De otra parte, la Biblia muestra claramente en los Evangelios y en los Hechos de los Apóstoles, cómo Jesucristo resucitado interactuó con centenares de personas que no estaban en una cueva a media luz viendo el Santo Sudario, ni bajo un gran efecto hipnótico.

De tal suerte que, si el académico de marras estuviera en lo cierto, resultaría que la “ilusión óptica” no solo hubiera sido colectiva y por los cuarenta días que Jesús resucitado estuvo en el mundo con cuerpo glorificado, sino que tal “ilusión óptica¡hablaba, comía y se podía tocar!

¿Cuál es la prueba fehaciente de que Jesús resucitó? ¡La inquebrantable fe de los apóstoles! ¿Sabía Ud. que de ellos, solo Juan -el escritor de Apocalipsis- falleció de muerte natural? Los que amaron y siguieron a Jesucristo murieron crucificados, golpeados, decapitados o martirizados. ¿Hubieran dado sus vidas por una mera ilusión óptica? ¡De ninguna manera!

Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá”, dijo Cristo. ¿A quién creerá Ud.? ¿A Dios o al hombre? Dado que habrá una futura resurrección para gloria o condenación ¡le invito a que acepte hoy a Jesús, como su Señor y Salvador!

Gary A. Rodríguez A.
es economista y Gerente General del IBCE

 

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