El resquebrajamiento del poder – eju – 14.4.2012

José Gramunt de Moragás

El resquebrajamiento interno del poder es un hecho que se repite en muchos movimientos políticos. Una vez alcanza la cima, y luego de que pasan los tiempos de vino y rosas, se desgasta, envejece, se fracciona, dando paso a otras formaciones políticas. En las democracias maduras, los partidos suelen ser duraderos porque responden a la previa existencia de los sectores sociales bien establecidos. Republicanos y demócratas, progresistas y conservadores, socialdemócratas y socialistas, regionalistas y centralistas, radicales y moderados, se van alternando en el poder, por las vías institucionales y sin traumas.

 

En los sistemas autocráticos, las cosas son distintas. En la mayoría de los casos, la duración del partido depende de la vida del autócrata. El caso que tenemos más próximo y dramático es el de Venezuela. Estamos pendientes de las idas y venidas de Hugo Chávez, de Caracas a La Habana y viceversa. Por cierto, le deseamos la mejor suerte en sus dolencias. Pero, más allá de las quimioterapias y otras torturas, la estructura de su partido es personalista y, por si esto fuera poco, profundamente corrompida. Y aún cuando el candidato único de la oposición, Henrique Capriles, se perfila como la alternativa democrática, conociendo las malas mañas de los actuales detentadores del poder, no se descarta un período extremadamente difícil para los venezolanos, hasta que la sociedad logre instalar una democracia, justa y moderna.

Otro caso que nos sale al encuentro es el argentino. Hace 30 años, cuando la unidad férrea de los gobiernos militares argentinos empezó a resquebrajarse, el general Leopoldo Galtieri pretendió levantar el ánimo del pueblo argentino, aterrorizado por los crímenes de los militares, exaltando el patriotismo nacional por medio de la guerra de las Malvinas. Y lanzó a sus fuerzas de tierra mar y aire a la derrota y a la muerte. En aquella ocasión, la columna periodística de la Agencia de Noticias Fides encabezó su comentario con este titular “Galtiery Guilty” porque ese general fue el responsable del sacrificio de miles de soldados argentinos. En estos días está por ver cómo le irá a Cristina Kirchner que también busca consolidar su poder minado por la corrupción del tardoperonismo, utilizando la causa patriótica de las Malvinas.

 

Una vez apuntados los ejemplos venezolano y argentino demos un vistazo al actual proceso político boliviano. Por el momento, a Evo Morales no se le escapa de las manos el poder, aún cuando van apareciendo los tránsfugas en el mismo seno del MAS. Pero estos disidentes no logran conformar un frente opositor robusto. Y, por el otro lado, Morales cuenta con el apoyo, no sólo de sectores campesinos altiplánicos sino también con una nueva clase media urbana que le apoya: La nueva burguesía emergente se ha instalado gracias a la bonanza en la exportación de las materias primas que, por diversos conductos, alcanza a muchos, especialmente si están vinculados con el poder. Las otras proveedoras de la nueva clase son el contrabando, la corrupción y la droga, el tríptico delictivo que, a su vez, está blindado por la arbitraria administración masista de la justicia.

 

Que un partido se desgaste y que, en las siguientes elecciones sea derrotado y sustituido por otro en el gobierno de la nación, es normal en una democracia. Pero si el partido perdedor dejó al país desprovisto de las instituciones vertebrales del Estado de derecho, el panorama es desolador. Pésimo legado para quienes le sucedan.

 

ANF

Fuente: http://eju.tv/2012/04/el-resquebrajamiento-del-poder/

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