El comunismo no tiene vida en Venezuela – Analítica.ve – 9.2.2015

 

El país está apegado a las libertades y a todo lo que tiene que ver con la iniciativa privada y la empresa individual Es una doctrina disfrazada de “bolivariana”, y “justicia” que no ha calado en la conciencia nacional

Hace unos cuantos años Teodoro escribió aquel famoso libro, “Socialismo para Venezuela” en el que quebró la tendencia predominante del comunismo venezolano, montada en el esquema y los dogmas del partido soviético y con ello se consagró su aislamiento de nuestra realidad y su incapacidad para conquistar el entusiasmo y los votos de los venezolanos por las ideas comunistas. Nunca logró construir una mayoría significativa que volteara la inercia política de Venezuela hacia esas ideas. AD, COPEI, Primero Justicia y UNT ahora siguieron dominando en votos y mayorías relevantes.

Un breve recordatorio de su desempeño electoral ayuda a soportar que existe una base objetiva para ese marginal respaldo, por el hecho de que los votos que ha obtenido el Partido Comunista, a lo largo de la historia electoral venezolana no han pasado de un 4% y han promediado 1,7% a lo largo de su historia. Inclusive cuando este se partió en varios pedazos y dio a luz al MAS o a cualquiera de sus versiones similares, tampoco llegó a superar un porcentaje significativo. Todos aquellos inventos de la Unidad Popular, de los varios nombres que tomó para ocultar sus raíces, ideas y doctrinas no lograron atraer al venezolano. Recordemos esos resultados para refrescarle la mente a los venezolanos: Estando en el 2012 frente a la crucial coyuntura de tener que elegir entre la libertad y la democracia y las mismas ideas comunistas, aunque disfrazadas de “bolivarianas”, de “solidaridad” y “justicia social”, conviene recordar que esas ideas no han calado en la conciencia venezolana y han fracasado rotundamente en conquistarla políticamente. Ahora que debemos concurrir a las primarias tengamos claro que este es el primer paso para rechazarlas y para darle todo el respaldo al candidato presidencial que no representa al comunismo.

Algo tiene que haber en el centro de la propuesta comunista que genera un rechazo reiterativo en nuestra sociedad y que hay que ocultar para volverla apetecible en un régimen democrático, porque lo cierto es que esas ideas han estado, en Venezuela y fuera de ella, demasiado ligadas a imponerlas por la fuerza con aquello del “hombre nuevo”. Quizás allí estribe la primera razón para ese rechazo repetido y sistemático.

De allí que la ” revolución bolivariana”, sabiendo eso, logró mutar al experimento de instalarse por la vía electoral y siguiendo reglas democráticas, más allá del fracaso del golpe del 4 de febrero, pero con un sinuoso camino para ocultar las ideas comunistas que mucho tiene que ver con los momentos electorales. En efecto, y a pesar de que se diga que sus promotores ya estaban adoctrinados hacia el socialismo y el comunismo en sus orígenes, el hecho es que han sido maestros en esconderlas detrás de la llamada doctrina bolivariana, de las ideas de solidaridad y justicia, como si estas fueran de su exclusiva pertenencia, hasta, inclusive, hacer ver que comunismo y cristianismo son la misma cosa.

En verdad, el socialismo y el comunismo no triunfan, ni triunfarán en Venezuela por dos nuevas razones que aporto finalmente.

Primero y principal porque está ligado a la necesidad de engañar al público, como por ejemplo cuando Chávez convirtió sus logros electorales en convicciones por el socialismo, tal como lo hizo expresamente en el 2006.

También cuando a la gente se le pregunta qué entiende por socialismo y responde, ingenua e inocentemente, que es aquel cuyos atributos son justicia, solidaridad y “preocupación por los pobres”, etc., como si este fuese el único régimen político que los tuviese.

El último argumento que aporto, a mi juicio el más importante, es que se puede constatar en todos los estudios sociales y de opinión pública como el venezolano está más apegado, no solo a un régimen de libertades, muy contrario al comunismo en la que esta se suprime arteramente, sino a todo lo que tiene que ver con iniciativa privada, empresa individual y a prácticas comerciales y productivas capitalistas, aunque a veces no las identifica plenamente, pero si responde claramente a una encuesta en forma mayoritaria. Por ello veo muy difícil, por no decir imposible, que el socialismo y el comunismo puedan imponerse en Venezuela, sea que sus proponentes se sinceren o sigan ocultando sus principios y raíces, salvo que, desde luego, como han dicho algunos de ellos lo intenten por la fuerza. Pero, aún así, no es la primera vez que el venezolano le da la espalda a esas intentonas.

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