Las ‘Razones de Estado’ – Susana Seleme Antelo – 11.12.2011

¿Qué es la razón de Estado? Según Hanna Arendt *,  justa o injustamente,   la razón de Estado y los delitos estatales cometidos en nombre de aquella razón, se basan en una necesidad: son medidas de emergencia como concesiones hechas a los imperativos de la Realpolitik, para conservar y asegurar la continuidad en el poder.

Parto de esa definición político-jurídica para tratar de desentrañar hechos recientes en el desempeño del gobierno de Evo Morales. ¿Fue una ‘razón de Estado’ intervenir la marcha de los pueblos originarios del Oriente en defensa del Territorio Indígena del Parque Nacional Isiboro-Sécure (TIPNIS)? Por la ferocidad de los delitos de la intervención-represión policial contra los marchistas, no cabe duda que sí, aunque los indígenas no amenazaron nunca la continuidad del presidente Morales en el poder. Pero  la marcha, que caminaba dejando una estela de adhesiones, admiración y respetos crecientes, afectaba el corazón del poder en la mismísima figura del presidente y caudillo, al mismo tiempo que devaluaba dos de sus más grandes apuestas políticas: guía de los pueblos indígenas y  defensor intransigente de la PachaMama. Ambas consignas fueron producto de un esmerado mercadeo político mediático  y, a la postre, no evitaron que él y sus consignas quedaran con la imagen maltrecha y abollada.

Siguiendo con el razonamiento sobre de las razones de Estado y sus necesidades, atribulado por una seguidilla de errores políticos y por la ineficiente gestión económica ¿es hoy una razón de Estado la convocatoria  del gobierno a una gran Cumbre Plurinacional el 12 diciembre en Cochabamba? Si fuera a dar cabida a lo que se conoce como “diálogos críticos” para aceptar sugerencias sobre la democracia y los derechos humanos hoy ‘acosados’ por el poder político, sería una noble razón de Estado.  Es decir que los gobernantes escuchen las críticas, las discutan y procesen para construir una agenda con y entre todos los miembros de  la sociedad, con el fin de no seguir cometiendo más delitos estatales, corregirlos, evitarlos, escuchar las voces de alerta y aceptar las críticas constructivas.

Sin embargo, a esa cumbre lo que menos le importa son la democracia y los derechos humanos hoy tan malheridos, y todo indica que más bien buscará silenciar los abusos y manotazos de poder que cometen Morales  y sus hombres contra la ciudadanía sin distinción de clase, etnia o cultura. Esa cumbre será una reunión entre los ‘convencidos’ que le quedan al proceso de cambio, pues no tendrá la participación de la Confederación de Pueblos Indígenas del Oriente(CIDOB), del Consejo Nacional de Ayllus y Marcas del Qullasuyu (CONAMAQ) ni de la Central Obrera Boliviana (COB). Para la politóloga Jimena Costa “quienes han confirmado su asistencia son cocaleros, más cocaleros, más cocaleros de diferente nombres… su sector orgánico” por excelencia ya que el presidente del Estado Plurinacional es también presidente de las seis Federaciones de Cocaleros del Chapare, en Cochabamba. La diputada opositora Elizabeth Reyes señaló que será “encuentro de oficialistas y lo único que falta es que inviten  a los contrabandistas y a los chuteros” (dueños de autos robados o ilegales).

Los trabajadores alertaron que en esa Cumbre se modificará la Ley Corta de protección del TIPNIS para que la carretera famosa se construya y parta en dos el Parque, porque así lo exigen los movimientos sociales manipulado -prebendas mediante- por el partido de gobierno.  También afirman que se impondrá la centralista ley educativa Avelino Siñani, se consolidará la destrucción de la seguridad social con la eliminación de la Caja Nacional de Salud,  se coartará las voces disidentes a través de la censura a los medios de comunicación y eliminará la subvención a los carburantes, entre otras medidas.

Sin la asistencia de aquellos tres sectores sociales, ni la Confederación de Trabajadores de la Prensa, ni la Asociación Nacional de la Prensa, el llamado Pacto de Unidad, el sostén social del gobierno de Evo Morales se reduce considerablemente. Tampoco asistirán los partidos de oposición que han cuestionado el uso de recursos públicos en un evento que consideran exclusivo del Ejecutivo e incluso plantearon que las conclusiones sean sometidas a referéndum popular para demostrar que el evento carece de apoyo ciudadano. Autoridades departamentales y municipales también han declinado su participación.

En cambio la CIDOB, el CONAMQ  y la Confederación Nacional de Mujeres Indígenas de Bolivia (CNAMIB) convocan a una cumbre que se iniciará un día después de la oficialista, del 13 al 15,  en Santa Cruz. A esta cumbre han sido invitados la COB, actores de la sociedad civil y política como gobernadores donde haya presencia indígena tanto de Oriente como de Occidente, otras autoridades nacionales y departamentales.

Al presidente Evo Morales -ciego ante las múltiples determinaciones de la realidad y su síntesis como unidad de lo diverso **- no le importan la crisis de la democracia y los derechos humanos,  ni que en Bolivia estén instaladas las mafias mexicanas del narcotráfico, según la DEA. También están las colombianas, paraguayas y brasileras, activas integrantes de la economía política de la cocaína, amén de las mafias rusas que controlan los circuitos de juegos y casinos. Tampoco le interesa al Presidente que esa Cumbre analice el Presupuesto General de la Nación 2012,  en el que las Fuerzas Armada y el Ministerio de Defensa consumen casi 50% del gasto: 23.1 y 25.5, respectivamente. Que sepamos, Bolivia no está en guerra con enemigo externo alguno, de donde habrá que concluir que su enemigo es interno. La lectura de estos datos permite pensar  que habrá represión  para rato.

Sabemos que esa cumbre no será precisamente un “diálogo crítico” pues ese sería el escenario ideal para preguntar a los ideólogos del ‘proceso de cambio’ si de verdad pretenden  salir de la pobreza, pues frente a casi 50%  de recursos para gastos militares, la salud recibe 6.8 % y la educación apenas 2.2%. ¡Las últimas ruedas del carro! Como “centralista de los recursos y confiscador” calificaron miembros de la oposición ese Presupuesto para 2012.

Discutir sobre esos temas eran nobles razones de Estado para una cumbre que hubiese pretendido fijar políticas públicas para un desarrollo sustentable, en los marcos de una democracia plural siempre perfectible, con sana voluntad política. No parece ser esa la preocupación del Presidente Morales, cuya única fin, según se ha visto en estos seis años, es reproducirse en el poder a cómo de lugar. Hoy, Morales me recuerda  lo  que en “El arte de la guerra” decía Sun Tzu, hace 2500 años: “En el momento crítico, el caudillo de un ejército actúa como aquel que ha trepado hasta la cima y luego arroja la escalera tras de sí”. En otras palabras, ‘detrás de mi, el diluvio’.  Así nos va en Bolivia, al amparo de delitos estatales por razones de Estado: a punta de represión, amén de una absurda y perversa distribución de la riqueza.

 

*Hanna Arendt. Eichmann en Jerusalén. Quinta edición en DeBols!llo: abril 2010. Barcelona. p 423. Valga una aclaración: la cita de la autora no ha sido utilizada para extrapolar contextos ni personajes. Su definición de  Raison d’ Etat, en mi criterio, es válida para cualquier análisis

**Carlos Marx. Contribución a la Crítica de la Economía Política. Editorial de Ciencias Sociales. Inst. Cubano del Libro. La Habana 1975. p 246e

Enviado por la autora susana seleme [susanaseleme@gmail.com]

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