LAS SECUELAS DEL PROCESO DE CAMBIO – Ovidio Roca – 28.10.2011

Secuelas son el trastorno o lesión que queda tras la curación de una enfermedad o un traumatismo, como consecuencia de los mismos.  Las secuelas son más frecuentes cuanto mayor ha sido el tiempo de evolución de la enfermedad. Se ha comprobado que la tasa de mortalidad se incrementa ostensiblemente luego de transcurridos cinco años de enfermedad, de ahí la importancia de la detección precoz de estos trastornos para no demorar el tratamiento.

Estamos viviendo en una sociedad en estado de anomia y sometida a un permanente sentimiento de  inseguridad, de ansiedad, de falta de propósitos; donde las personas viven traumatizadas, aferrada al presente y pendiente sólo de ellas mismas en una sicología de permanente acomodo y ahora sin una perspectiva de largo plazo, solo buscan como asegurar su supervivencia. Esto lo ha conseguido Evo y sus q’aras mediante un ataque sistemático al ciudadano que osa opinar;  aplicando una gran dosis de terror en sus ataques al espíritu democrático y republicano, a la moral ciudadana, a la solidez e independencia de las instituciones y especialmente a la ley y la justicia.

Usan una reversión del discurso, caracterizado por un doble mensaje sistemático y permanente y pese a todo lo que finalmente queda es la figura de un eficaz sindicalista, que maneja atrabiliariamente el país y busca hacer creer a la población y la comunidad internacional que es Presidente de los bolivianos y no exclusivamente de los cocaleros.

 

Los sectores de interés dentro del MAS usan su figura (posicionada en el mundo de la reivindicación indígena y del respeto a la naturaleza), cada uno en función de sus propios intereses. Intereses que frecuentemente chocan, pero que finalmente transan en Pro de su permanencia en el poder.

 

El indigenismo andino tiene como estrategia ampliar su control sobre el territorio nacional (civilizarlo destruyendo los bosques y plantando coca) y asentarse allí donde antes nunca llegaron, tomar control del oriente, colonizando las llanuras chaco benianas, las que fueron conquistadas por las culturas arawak, guaraní e hispanas y donde desde hace 400 años estas mismas conviven, y alegremente y de forma asidua y diligente se mestizan.

A su vez los intelectuales estalinistas q’aras, insisten poner en práctica su proyecto de poder, para lo cual quieren conquistar a las masas hablado de “economía social-comunitaria” , “socialismo comunitario”, “socialismo andino” , que son variaciones del “Socialismo Siglo XXI” y se devanan los sesos tratando de explicarse en qué consiste y cómo realizarla.

Hace cinco o seis años la población boliviana aun tenía esperanzas: unos en el gobierno, otros en la oposición. Se pensaba en un proyecto de país y esa variable, tan fundamental para la sociedad, ha desaparecido, ahora lo que se avizora es una vida de mera supervivencia.

Confirmando el aforismo de que todo pueblo tiene el gobierno que se merece, venimos soportando el gobierno del MAS,  el que de inicio se ha favorecido con el mayor apoyo electoral en la historia del país y que en el ejercicio del poder ha recibido más recursos que cualquier gobierno anterior (gracias a los increíbles precios de las materias primas que exportamos). Pese a estas ventajas esta realizado la peor gestión de gobierno, la más excluyente y concentradora de poder y peor aun, la más ineficiente. Esto gracias a que además de sus malas políticas, ha reunido en cargos gubernamentales a la mayor cantidad de ignorantes y corruptos.
La cúpula gobernante, ebria de poder, realiza una gestión que por su incompetencia, es la negación de todo gobierno; son los aprendices de brujo del tenebroso proceso de cambio, que creen que pueden replicar y mejorar la receta comunista, aquella que ha causado un verdadero desastre institucional, económico y social donde intento aplicarse: desde la URSS a Cuba y ahora Venezuela y Bolivia. Pero algo tiene esa receta que encandila a los izquierdistas caviar, los enloquece y los alucina como una droga y pese a que íntimamente saben que no funciona siguen empecinados en su uso y aplicación.

 

Quizá el éxito de los populistas proviene de la formula que aplican y que tiene al menos esos dos ingredientes secretos: la venta de ilusiones que encandila al pueblo y el goce ilimitado del poder que enloquece a los dirigentes.

Es el goce del poder, de lograr satisfacer todos sus deseos, sus ansias, sus apetencias con solo desearlo, sin preocuparse del costo. Pero sobre todo es saborear el poder, hacer sentir su dominio sobre los demás. Qué voluptuosidad decidir sobre un semejante, mandar un jauría de fiscales, sacar al opositor en calzoncillos de la cama y llevarlo a La Paz (centro de detención y tortura), y humillarlo y saborear la venganza por todos los agravios sufridos, teniendo en cuenta que cada cual en su vida ha soportado por lo menos un agravio, por pequeño que sea.

Pero al final, la solución como siempre viene por el desastre económico y aterra pensar en las secuelas, las taras y los graves problemas que deberán enfrentar quienes asuman la responsabilidad de reconstruir el país luego de la caída del MAS. La razón es evidente: lo que quedara una vez que los estalinistas masistas abandonen su imperio será tierra arrasada; un país subsidiado donde el erario nacional este quebrado; una anomia generalizada, gremios beligerantes,  sindicatos dedicados al cultivo ilegal de coca destruyendo Parques Nacionales y tierras forestales; mafias de narcotraficantes, poblaciones enteras con sus grupos de contrabandistas armados y una población que aprendió que bloqueando puede chantajear al país y conseguir el logro de sus intereses.

 

En general una sociedad que dejó de lado los valores de una sociedad libre y democrática, con iniciativa propia y capacidad de innovación, y más bien convertida en otra que permanentemente está buscando al líder iluminado y permisivo con sus seguidores, que les prometa el paraíso económico sin ningún tipo de esfuerzo. (Para mis amigos todo, para mis enemigos la ley)

 

Para atenuar y luego curar las secuelas de la enfermedad masista, es necesario preparar a la población moral y éticamente desde ahora: desde la familia, desde las iglesias, desde las instituciones cívicas, los partidos políticos; aplicando fuertes dosis de cultura democrática, respeto ciudadano, valores éticos, fortalecimiento institucional y servidores públicos eficientes como consecuencia del respeto al merito intelectual y profesional.

 

La receta para una sociedad viable como vemos, es siempre la misma: Responsabilidad ciudadana e institucional, reglas de juego claras y estables, institucionalidad sólida y creíble y un marco democrático, con economía de mercado y responsabilidad social y ecológica.

 

Finalmente no olvidemos que mientras mas tiempo sufrimos la enfermedad, las secuelas llegan a ser permanentes y luego irreversibles. “Carthago delenda est”.

Enviado por el autor ovidio roca avila [ovidroc@hotmail.com]

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