Luto, ataques y fortaleza en más de dos meses de marcha por el TIPNIS – ERBOL – 19.10.2011

Texto: Ana Apaza

La VIII marcha indígena de los pueblos de tierras bajas del Oriente Chaco y Amazonia en defensa de sus tierras y territorios fue la más larga en la historia de Bolivia, que tuvo como principales opositores al gobierno del presidente Evo Morales y al sector campesino colonizador del país, dejando en su trayecto de aproximadamente 600 kilómetros, desde Trinidad del Beni hasta la ciudad de La Paz, luto, humillación y fortaleza.

En esta ocasión los indígenas, con la participación de los pueblos de tierras altas del Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu (CONAMAQ), se movilizaron en contra de la construcción del tramo dos de la carretera Villa Tunari – San Ignacio de Moxos que el gobierno diseñó desde 2008 para ejecutarlo en medio del Parque, sin previa consulta a los indígenas Chimanes, trinitarios, mojeños y yurakarés que habitan en el Isiboro Sécure, como establece la Constitución Política del Estado (CPE) y normas internacionales.
La caminata se inició el lunes 15 de agosto con aproximadamente 500 marchistas que partieron de la capital beniana, comandados por sus principales representantes: Adolfo Chávez, presidente de la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (CIDOB); Fernando Vargas de la Subcentral del TIPNIS; Rafael Quispe, Walberto Baraona y Samuel Flores del CONAMAQ.

Asimismo, estuvieron presentes en todo el recorrido hasta la sede de gobierno los titulares de las once regionales que afilia la CIDOB de los cuales se destacaron, por tener una posición firme sobre sus demandas, el presidente del pueblo Guaraní, Celso Padilla; del pueblo Mojeño del Beni, Bertha Bejarano; de la Región Amazónica, Raby Ortiz; de los Guaraníes de Yacuiba, Jorge Mendoza, entre otros.

Muere un niño

La movilización indígena se puso en marcha con una misa y el apoyo de la población trinitaria. El Defensor del Pueblo, la organización de Naciones Unidas y la Asamblea Permanente de Derechos Humanos, entre otras instituciones, siguieron la misma.

El viernes 19 de agosto, la caminata – que reforzó sus filas con yurakarés, chimanes y guaraníes llegando a los mil marchistas aproximadamente – arribó al municipio San Ignacio de Moxos, tras recorrer 90 kilómetros y fueron bien recibidos por los pobladores del lugar, pese a las amenazas de sectores afines al Movimiento Al Socialismo (MAS).

Pero a pocos días de iniciarse la travesía, el domingo 21 de agosto murió el niño Pedro Moye Nosa de 12 años de edad, que participaba de la movilización, al sufrir un accidente tres días antes durante el trayecto a San Ignacio de Moxos.

En esa región se presentaron los ministros de Obras Públicas, Desarrollo Productivo y la viceministra de Medioambiente: Walter Delgadillo, Teresa Morales y Cinthia Silva, respectivamente, para iniciar el diálogo con los indígenas, pero sin resultados.

Gobierno acusa a indígenas de contrabandistas de madera

El lunes 22 de agosto, después de que los indígenas llegaron a Puerto San Borja desde San Ignacio de Moxos, en 14 días y recorriendo 25 kilómetros, se abrió la oportunidad de diálogo con el gobierno después de que éste acusara a los líderes de la movilización de contrabandistas de madera y de traficantes de tierras.

Los marchistas condicionaron para el diálogo la presencia de 10 ministros pero eso no ocurrió y los indígenas emprendieron la caminata hacia San Borja a una distancia de 100 kilómetros de Puerto San Borja, pasando por las poblaciones benianas de Santa Ana de Moseruma, Totaizal y Vista Hermosa.

Para entonces la movilización indígena ya contaba con una plataforma de demanda de 16 puntos sobre saneamiento de tierras, el cumplimiento de la agenda del pueblo Guaraní, la paralización de la exploración de petróleo en el Parque Aguaragüe del chaco tarijeño, el respeto a la consulta, entre otros, pero como primer punto estaba la solución del conflicto sobre el TIPNIS.

Diálogo en San Borja

El martes 6 septiembre indígenas y gobierno se volvieron a reunir en San Borja, pero ese mismo día se produjo el deceso de un bebé de ocho meses, Juan Uche Noe, debido a una infección intestinal y se convirtió en el segundo menor fallecido en la marcha.

La reunión con cinco ministros se extendió por dos horas y terminó en nada, porque el primer punto a resolver para tratar las siguientes 15 exigencias de la plataforma de demandas, fue el desvió del tramo II de la carretea Cochabamba – Beni, al que se negó el gobierno.

Entonces, pese al rechazo de la presencia del ministro de la Presidencia Carlos Romero en San Borja, a quien los indígenas acusaron de traidor, éste acudió al encuentro y abrió la posibilidad de que el Primer Mandatario se reúna con ellos, lo que no ocurrió, porque en La Paz Evo Morales acusó a la movilización de tener móviles políticos y que era financiado por ONGs y la embajada de Estados Unidos para derrocar a su gobierno.

En todo momento Morales defendió la construcción de la vía por el TIPNIS, incluso en un evento con los sindicatos de Cochabamba, dijo que “quieran o no quieran los indígenas” la carretera se ejecutaría este 2011.

Canciller en la emboscada y bloqueo de colonos

El lunes 12 de septiembre, los indígenas decidieron volver a dialogar con el gobierno, pero esta vez con una comisión encabezaba por el canciller David Choquehuanca, en la población beniana de San Isidro de La Embocada, tras haber recorrido en 30 días 250 kilómetros desde Trinidad.

Sin embargo, el canciller dejó en claro que la carretera ya estaba definida por el presidente Evo Morales para que se construya en medio del TIPNIS y dijo que los colonizadores, que días antes empezaron un bloqueo de camino en Puente San Lorenzo de Yucumo, a 25 kilómetros de La Embocada para no dejar pasar a los indígenas, sólo realizaban un vigilia.

De esta reunión tampoco se lograron resultados y Choquehuanca regresó a la ciudad de La Paz con las manos vacías.

Sin agua y cercados por colonos y la policía

El jueves 22 de septiembre la movilización indígena llegó al sector de Chaparina donde cerca a 400 policías les impedían el paso con la supuesta orden superior de evitar un enfrentamiento con los colonizadores, quiénes días antes iniciaron un bloqueo de caminos para que los indígenas no lleguen a la ciudad de La Paz.

En esa zona los indígenas sufrieron por la falta de agua y pese a ello la Policía no permitió que éstos pudieran acceder al líquido elemento de las haciendas cercanas del lugar, porque justificaron que sería un acto de provocación a los colonos.

Represión a indígenas

El domingo 25 de septiembre la policía intervino de forma violenta la movilización indígena. Dos días antes el canciller David Choquehuanca volvió a intentar abrir el diálogo con los marchistas en Chaparina y planteó que de las reuniones para solucionar el conflicto del TIPNIS sean parte los colonizadores, lo que molestó a los indígenas.

Cercados y desesperados por la situación, los indígenas vieron como solución iniciar el diálogo en Quiquibey, que une a los departamentos de La Paz y Beni para pasar el bloqueo de los colonizadores en Yucumo. Sin embargo, los ánimos de las mujeres se exaltaron por la actitud de Choquehuanca a quien obligaron el sábado 24 a caminar junto a ellos y pudieron aproximarse al punto de bloqueo de los colonizadores, en Puente San Lorenzo.

Este hecho fue calificado por el gobierno de un “secuestro”, situación que molestó a los marchistas, pero Choquehuanca regresó a la ciudad de La Paz sin daño alguno.

Tras el incidente, los indígenas acamparon cerca a Yucumo a la vista de la Policía y los colonizadores desaparecieron del lugar. Por la tarde del domingo 25 cuando los marchistas se prestaban a cenar la policía intervino sorpresiva y brutalmente.

Los líderes de la movilización fueron maniatados y la policía usó cinta adhesiva para taparles la boca después de tenderlos al suelo. El mismo trato recibieron las mujeres, que se desmayaron por los disparos de gases lacrimógenos, mostraron imágenes de medios televisivos.

Detuvieron a los indígenas, incluso separando a las madres de sus hijos para llevarlos se presume en vuelos desde Rurrenabaque del Beni hasta la ciudad de La Paz. Pero el lunes 26 de septiembre los pobladores de San Borja y Rurrenabaque, junto a indígenas tacanas y mosetenes impidieron que los buses donde estaban los indígenas avancen.

Este hecho provocó al menos 280 heridos hospitalizados en los nosocomios de San Borja y Rurrenabaque, reportó la Asamblea del Pueblo Guaraní (APG) de quienes no se hizo cargo el gobierno para pagar los gastos médicos que demandó su curación, denunciaron los dirigentes indígenas.

Por este hecho se produjo la renuncia de los ministros de Defensa, Cecilia Chacón; del ministro de Gobierno, Sacha Llorenti; del viceministros de Régimen Interior, Marcos Farfán, entre otros.

En Quiquibey reanudan la marcha

El sábado 1 de octubre los indígenas reanudaron su caminata hacia La Paz con aproximadamente mil de los dos mil indígenas que llegaron hasta Chaparina, pero los marchistas decidieron no volver a dialogar con ningún representante del gobierno.

Desde ahí los marchistas recorrieron las poblaciones de Delicias, Palos Blancos, Sapecho, hasta llegar a Caranavi, donde los pobladores del lugar dieron el más grande recibimiento de todo el trayecto a los marchistas, pese a las amenazas de los colonizadores.

Desde ahí los indígenas tuvieron que enfrentar el cambio de clima al subir a la cumbre para llegar a la sede de gobierno. Los niños fueron los más afectados por esta situación, porque enfermaron con resfríos, dolores estomacales, mareos y diarreas. Incluso hubo mujeres que se desmayaron, todo por reunirse con el presidente Evo Morales y éste atienda las demandas que movilizó al sector indígena, como el respeto a sus tierras y territorios.

Fuente: http://www.erbol.com.bo/noticia.php?identificador=2147483950939

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