LA MARCHA DEL TIPNIS HACE RENACER EL SENTIMIENTO NACIONAL – Ovidio Roca – 29.9.2011

Cuando los bolivianos ya nos mirábamos con recelo y rencor; cuando los masistas con su Constitución habían destruido la Nación y la República boliviana, cuando nos dividieron en tribus; entre campesinos y citadinos; entre andinos y llaneros y otras diversas banderías raciales y sociales; cuando ya nos odiábamos los unos a los otros; surge desde el TIPNIS este pueblo amazónico de mojeños, yuracares y chimanes; sacrificado y valiente que marchando en familia, demanda democráticamente y sin violencia su derecho a la vida, a su territorio, a su cultura.

 

Su sacrificio y la violencia ejercida contra ellos por las hordas cocaleras, golpeo el sentimiento de justicia del pueblo boliviano y en todo el territorio surgió la solidaridad y todos nos sentimos unidos en su favor y descubrimos que la consigna masita de odio no puede frenar el sentimiento de la gente, que los valores humanos nos son comunes a todos, que el MAS aun no nos ha corrompido y dividido totalmente.

 

Cuando la joven Ministro de Defensa renuncia, golpeada por la violencia asesina contra este grupo humano indefenso, diciéndole al Presidente: “¡No así! Acordamos con el pueblo hacer las cosas de otra manera”, surge la esperanza de que la mentalidad totalitaria aun no ha corrompido tampoco a todos los masitas.

 

Los marchistas del TIPNIS son un pueblo que camina en familia, padres, hijos, abuelos y cuando una autoridad gubernamental dice que es ilegal marchar con los niños, denota que no sabe que las familias siempre caminan unidas y además que ellos no tienen guarderías y empleadas para cuidar a sus hijos; niños que en la marcha se forjan y aprenden el arte de la supervivencia y la solidaridad.

 

Es un pueblo nuestro, que al defender sus legítimos intereses en el territorio cuya biodiversidad protege, defiende también los intereses de todos los que habitamos este ecosistema planetario que no tiene fronteras, donde no se puede toca una flor sin que se afecte una estrella y mas cerca aún, en nuestra casa, nuestra vida y la vida de nuestros hijos y nietos.

 

Ellos sin proponérselo han tumbado la mascara tan bien construida, de los lideres del proceso de cambio. Los marchistas como el niño del cuento dicen “el rey esta desnudo” y queda evidente para todos, que los masistas no son los salvadores socialistas de la patria, los que luchan por los indígenas, los pobres y la naturaleza. Ahora todos sabemos que el MAS es una “pacha-mamada”, y el Presidente un sindicalista cocalero que defiende a sus bases buscando ampliar a toda costa el territorio de la coca y que los que manejan el poder son unos sociopatas estalinistas, adictos al poder dictatorial que usan la cara del indio para ganar apoyo y financiamiento internacional para eternizarse en el poder, de tiranos como Chávez y Ahmadineyad y de esa progresía europea, que busca calmar su mala conciencia o simplemente experimentar sus tesis antropológicas y sicológicas sobre el comportamiento indígena y de los pobres.

 

Este movimiento con su ejemplo debe fortalecernos y darnos confianza a todos: los ciudadanos, partidos políticos, instituciones cívicas; para poner limites democráticos al Presidente Morales, que debe concluir su mandato pero sin destruir el país y la economía.

 

Para empezar y como la democracia exige separación e independencia de poderes; ahora que el gobierno trata de copar, con excusa legal, al poder judicial debemos aplicar el voto TIPNIS, el voto de la resistencia al totalitarismo y al abuso, anulando nuestro voto en esta pantomima eleccionaria masista.

 

Es claro que aunque ahora todos nos hemos sentido unidos y solidarios con las victimas de este atropello a la libertad y a la vida de las personas, nuestras visiones económicas y políticas en el país continúan por ahora, siendo diferentes y como en toda democracia respetables todas ellas.

Quizá por herencia del imperio incaico, del centralismo, del sindicalismo trotskista minero y la minería nacionalizada, de la pervivencia de los ayllus; la ideología predominante en el área andina es comunitaria y de Capitalismo de Estado, aunque en su praxis cotidiana, el pueblo practica el mercantilismo más acérrimo.

Por su parte en los llanos, pueblo de una cultura más libre y abierta, se orientan hacia la economía de mercado y la propiedad privada.

Como ahora nos unimos por la libertad y los derechos humanos del TIPNIS, también deberíamos avanzar en un proyecto nacional de unidad en la diversidad. Estas nuestras visiones diversas de la economía pueden ser compatibilizadas en un modelo federal donde los pueblos puedan en base a su propia legislación establecer modelos de económicos acordes a su propia orientación ideológica y cultural. Como se dijo alguna vez, lograr si es posible un país, dos sistemas.

 

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