“Europa al borde del precipicio” – BARRY EICHENGREEN (Universidad De California) – 25.9.2011

Opinión

A Europa no le quedan meses, apenas días para evitar lo peor. La tarea más urgente es blindar sus bancos, sostiene el autor.

COMENTARIO
¿Yellow Press academica?
Europa está otra vez al borde del precipicio. El más reciente rescate a Grecia, realizado hace apenas semanas, está al borde del colapso. La crisis de confianza ha infectado a los grandes países de la eurozona. La supervivencia del euro y, por cierto, la de la Unión Europea, está pendiente de un hilo.Los líderes europeos respondieron con un rosario de propuestas para restaurar la confianza. Jean-Claude Trichet, el presidente del Banco Central Europeo, ha pedido medidas presupuestarias más estrictas. Mario Draghi, cabeza del Banco de Italia y ungido sucesor de Trichet en el BCE, ha pedido límites obligatorios no solo sobre los presupuestos sino también sobre una gran cantidad de otras políticas económicas nacionales. Guy Verhofstadt, líder de la Alianza de los Liberales y los Demócratas para Europa en el Parlamento Europeo, es solo una en medio de un creciente coro de voces que solicitan la creación de eurobonos. El ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, sugirió que Europa necesita dirigirse hacia una plena asociación fiscal.

Si hay algo en común en estas propuestas es que todas fracasan en tratar los problemas inmediatos de la eurozona. Algunos, como reglas fiscales más fuertes y más estrecha vigilancia de las políticas que afectan la competitividad, podrían ayudar a evitar futuras crisis, pero que no harán nada para resolver ésta. También emitir eurobonos requeriría un grado de consenso político que tomará meses, sino años, construir.

Pero Europa no tiene meses, mucho menos años, para resolver su crisis. En este punto, tiene solo días para evitar lo peor. Es crucial que los líderes distingan entre lo que debe hacerse ahora y lo que puede dejarse para más tarde. La tarea más urgente de Europa es blindar sus bancos. Las dudas sobre la estabilidad de estas instituciones están en el centro de la tormenta.

No es coincidencia que las acciones bancarias fueran las más golpeadas en las últimas crisis financieras. Hay varias maneras de recapitalizar los debilitados bancos europeos. Los gobiernos de Francia y Alemania, que tienen margen de maniobra presupuestario, pueden hacerlo por su cuenta. En el caso de los países con posiciones fiscales más pobres, el fondo de rescate de Europa, el Organismo de Estabilidad Financiera Europeo, puede servir para este propósito.

La segunda tarea más urgente es crear un espacio de alivio para Grecia. El pueblo griego está haciendo un esfuerzo casi sobrehumano para estabilizar sus finanzas y reestructurar su economía. Pero el gobierno continúa errando sus metas fiscales, más por el desacelere global que por errores propios.

La tercera tarea urgente es reiniciar el crecimiento económico. La estabilidad financiera, a través de toda Europa, depende de ello. Sin crecimiento, la recaudación tributaria quedará estancada y la capacidad de pagar los servicios de la deuda continuará erosionándose. La estabilidad social, de igual forma, depende de ello. Sin crecimiento, la austeridad se tornará intolerable. Aquí, también, el problema tiene varias soluciones. Alemania puede reducir impuestos. Mejor aún, podrían coordinarse estímulos fiscales para el norte de Europa.

Pero la realidad es que, los gobiernos de Europa del Norte, restringidos por la opinión pública, no están dispuestos a actuar. Bajo estas circunstancias, la única fuente de estímulo es el BCE. Las tasas de interés tendrán que ser recortadas drásticamente y el BCE tendrá que seguir de cerca las compras de activos a gran escala como los que fueron recientemente anunciados por el Banco Nacional Suizo. Si estas tres urgentes tareas son realizadas, habrá mucho tiempo – y mucho tiempo se necesitará – para considerar cambios radicales, tales como nuevas reglamentaciones presupuestarias, coordinación de otras políticas nacionales y una movida hacia la plena unión tributaria. Pero, según la famosa broma de John Maynard Keynes, “A largo plazo, estamos todos muertos”. El continuo enfoque en el largo plazo de los líderes europeos a costa de los imperativos de corto plazo, puede sin duda ser el golpe de gracia para la moneda única.

http://www.ieco.clarin.com/economia/Europa-borde-precipicio_0_560944128.html

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