Bolivia: un “narco-Estado?” – Juan Carlos Zambrana Marchetti / kaosenlared.net – 6.9.2011

Las ideologías políticas no sirven ya como excusas suficientes para intervenir países. Los pretextos son ahora; la democracia, los Derechos Humanos, el terrorismo y el narcotráfico.

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Bolivia pide pruebas a Univisión sobre presunto vínculo con cárteles
Centro de Información por Internet de China  6.9.2011
El gobierno de Bolivia informó hoy que solicitó a la cadena televisiva estadounidense Univisión mostrar pruebas e informes sobre la presencia de cárteles de droga en Bolivia que involucra a varios funcionarios públicos de país andino.

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Lee también: País muy inseguro – Humberto Vacaflor Ganam – 6.9.2011 (al final de esta inserción)

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COMENTARIO

¿NERVIOCISMO?

La cadena Univisión denunció recientemente la penetración del cartel de Sinaloa en Bolivia, calificó al país de narco-estado, y acusó de negligentes a la policía y a dos ministros de Estado; presumiblemente, por no haber actuado para impedirlo. Para nadie es un secreto que el narcotráfico se ha exacerbado en todo el continente debido al efecto salchicha, por el cual brota por otro lado todo lo que se aprieta con el Plan Colombia y el Plan Mérida. Tampoco es misterio que, debido al alto grado de politización que tuvo la DEA en Bolivia, el gobierno de Evo Morales decidiera expulsarla para afrontar el narcotráfico con recursos propios y la cooperación de los países vecinos. La nueva política antidroga es transparente, se está introduciendo nueva legislación, tecnología moderna, software contra al lavado de dinero, escáners terrestres, y aviones no tripulados. Es incuestionable que los esfuerzos y resultados son loables.

Univisión se empeña en ignorar toda esa evidencia para establecer, basándose en información generada por la oposición a Morales, alguna conexión entre el narcotráfico internacional y el gobierno boliviano. Su careta de imparcialidad se desvanece el tomar en cuenta que el video utiliza como experto a Douglas Farah, el autor de Hacia el abismo: Bolivia bajo Evo Morales y el MAS, en el cual describe a Bolivia como un país que cumple con todos los requisitos para ser intervenido. Ese libro se repartió en forma gratuita en el Capitolio, el 17 de noviembre de 2010, durante un evento de la extrema derecha internacional llamada “Peligro en Los andes: amenazas contra la democracia, derechos humanos, y seguridad interamericana.”

En dicho evento se reunía lo más radical del partido republicano, que, tras su victoria en las elecciones de medio término, empezaba a satanizar a Ecuador, Venezuela y Bolivia como amenazas para los intereses estadounidenses y la seguridad inter-americana, apoyados en los “testimonios” de las oposiciones locales de dichos gobiernos, las cuales se habían hecho presente una vez más en Washington pidiendo la intervención en sus países. Los republicanos, por su lado, con base en ese pedido, pretendían radicalizar la política exterior estadounidense, aduciendo la “erosión que estaba sufriendo la democracia de esos países por la perniciosa influencia de actores hostiles como Irán, grupos terroristas, y narcotráfico”.

Entre los panelistas, figuraban Alejandro Aguirre, Presidente del Inter-American Press Association; Marcial Fabricano, líder indígena boliviano; Enrique Herreria,  congresista ecuatoriano opositor a Rafael Correa; Luis Núñez,  Presidente del Comité Cívico pro-Santa Cruz y enemigo acérrimo de Morales; Guillermo Zuloaga,  Presidente de Globovisión, negando su guerra mediática contra Hugo Chávez; Javier El-Hage,  de la Fundación de Derechos Humanos con base en Nueva York, dirigida por el cubano Armando Valladares e implicada en el financiamiento del grupo terrorista desarticulado en Bolivia cuando éste trataba de dividir el país y asesinar el presidente Morales; José Cárdenas,  exsub-administrador de USAID para Latinoamérica y exmiembro del Consejo Nacional de Seguridad; Joseph Humire,  del Atlas Economic Research Foundation; Jon Perdue, del Fund for American Studies; Víctor Hugo Velazco, otro líder indígena boliviano opuesto a Morales; y Roger Noriega  y Otto J. Reich, ambos exsubsecretarios de Estado para el hemisferio occidental durante la administración de George W. Bush.

El vídeo emitido ahora por Univisión conecta los dos eventos en una trama de largo alcance que intenta producir una especie de “primavera árabe” en la región andina. El concepto de “Estado fallido” ha sido desde siempre utilizado para intervenir en países que intentaban desmarcarse de la política señalada por Washington. El fantasma del “comunismo” fue usado constantemente en Latinoamérica, pero con el desplome de la Unión Soviética y del muro de Berlín por un lado, y el surgimiento de China como potencia mundial acreedora de Estados Unidos, por el otro, el comunismo no sirve ya para estigmatizar a nadie. Las nuevas causas, son ahora las mencionadas en el panel de la derecha reunida en noviembre 2010 en el Capitolio: erosión de la democracia, violaciones a los Derechos humanos, terrorismo y narcotráfico, ésta última utilizada ahora por Univisión.

El nexo entre el vídeo y la conferencia es Douglas Farah, autor de la serie de libros propaganda de la extrema derecha republicana. El libro compañero de aquel destinado a estigmatizar a Bolivia es Ecuador at Risk (Ecuador en peligro), que hace lo mismo contra el proceso de cambio conducido por Correa en ese país. Ambos libros fueron publicados por el Instituto Interamericano por la Democracia, una organización que supuestamente se dedica a promover la democracia, pero que en realidad promueve a la derecha internacional. Sobre esta organización, que funciona de parapeto para las grandes estrategias continentales de la extrema derecha, se conoce que su director ejecutivo es Carlos Sánchez Berazaín, ex ministro de defensa de Bolivia durante el gobierno de Sánchez de Lozada. En su “Concejo” figuran, entre otros, Carlos Montaner y Armando Valladares, dos conocidos cubanos anticastristas vinculados a la CIA.

Al principio de la administración Obama, el mundo confiaba aún en que los demócratas pudieran resistir los embates republicanos en cuanto a imponer la política exterior de intervenciones que siguen matando gente alrededor del mundo y destrozando la economía de Estados Unidos. Hoy, tendríamos que ser más sobrios en nuestras expectativas y reconocer que la amenaza contra los pueblos de los Andes sigue tomando cuerpo. En el caso boliviano, actores conspirativos que trabajan encubiertos para producir una avalancha de desinformación con la cual están montando un clima de tormenta perfecta contra Morales.

Con respecto al problema real del narcotráfico, el mundo progresista espera que el gobierno de Evo Morales logre hacer realidad, a la brevedad posible, la transición definitiva de los cocaleros del Chapare a la producción agrícola diversificada con capacidad de exportación. Que pasen a ser gestores del propuesto polo de desarrollo bajo el modelo productivo comunitario. Si logran acelerar la sustitución de cultivos, desvirtuarían todas las campañas difamatorias que la oposición ha montado contra Morales por la coca excedentaria, se defendería el acullicu con la hoja masticable de los Yungas y lloverían recursos internacionales para el despegue del Chapare.

Aunque el narcotráfico en Bolivia no fue inventado por Evo Morales sino por las dictaduras de los años setenta, ni los mineros fueron relocalizados en el Chapare por Evo sino por la derecha que les cerró las minas en los años ochenta, en el presente esa producción de coca excedentaria es la única mancha de desprestigio internacional que la derecha ha tenido algún éxito en promover contra el proceso de descolonización más prolífico que haya vivido el pueblo boliviano. Evo y los cocaleros no son los culpables del narcotráfico, pero pueden terminar con él definitivamente eliminando la coca excedentaria.

No hay que permitir que Bolivia sea intervenida con esa excusa, pero la iniciativa tiene que seguir siendo revolucionaria, acertada y oportuna. Evo lo está haciendo extraordinariamente bien con su política de “coca sí, cocaína no”. No es una política perfecta, porque incluye la contradicción de que mientras exista la coca excedentaria habrá cocaína, pero es lo mejor que se puede hacer por el momento, ya que esa hoja es lo más rentable que se produce allí por ser un producto liviano y fácil para transportar. La racionalización es la forma temporal que se ha encontrado para permitirle sobrevivir al campesino, mientras se construyen las carreteras y plantas de procesamiento de frutas y vegetales, además de la apertura de los mercados que hagan rentable la sustitución de cultivos. Creo que hacia ese objetivo marchan los proyectos del gobierno boliviano, por eso el polo de desarrollo del Chapare es un sueño de justicia social que cuenta con simpatías en el mundo entero. Las acusaciones contra Evo y su gobierno, son obviamente interesadas, y de origen político, como ha sido demostrado.               

http://www.juancarloszambrana.com

Fuente: http://www.kaosenlared.net/noticia/181304/bolivia-un-narco-estado

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País muy inseguro

Economía de palabras – Humberto Vacaflor Ganam

Campesinos del altiplano tomaron el lunes de esta semana, con ademanes amenazantes, la plaza de ingreso a la “zona sur” de La Paz, exigiendo que se les reconozca los derechos ancestrales que dicen tener sobre todo ese territorio.

Mientras esos campesinos hacían la demostración de fuerza en la Plaza Humboldt, en otra plaza, la Murillo, el presidente Evo Morales proclamaba que los héroes indígenas son más importantes que los héroes mestizos. Y decidía cambiar el nombre de la plaza por el de Bartolina Sisa.

Una marcha de indígenas de las tierras bajas que reclama el derecho a que se preserve un parque nacional, era amenazada por fuerzas del gobierno y se temía enfrentamientos.

Pueblos originarios de Potosí y Oruro estaban a punto de irse a las manos por una diferencia de territorios, mientras que Tarija y Chuquisaca no llegaban a acuerdos sobre la distribución de las regalías del gas natural.

Un general de la policía preso en Miami, narcotraficante confeso, y otros policías sorprendidos en negocios de autos robados.

El capo del sanguinario cártel mexicano de Sinaloa, Pacho Guzmán, está radicado en Bolivia, país convertido en el nuevo paraíso de los narcotraficantes. Un total de 3.000 narcotraficantes colombianos vinieron a Bolivia en los últimos cuatro años, dice la revista América Economía.

Esta enumeración es incompleta, porque los hechos que se están dando sobre la falta de leyes en Bolivia, sobre la existencia de un gobierno que parece alimentarse de conflictos, es mucho son muchísimos más.

Que los medios de comunicación que responden al gobierno intenten desviar la atención es natural, para eso se les paga, pero la realidad se presenta muy difícil.

En este clima es imposible esperar que lleguen inversionistas extranjeros o que los nacionales se decidan a hacer nuevos emprendimientos.

Ahora se entiende que aquello de “seguridades jurídicas” para las inversiones no implica solamente la existencia de leyes –que en Bolivia no existen- sino de un clima social y político propicio.

Y en eso estamos realmente muy mal.

http://eju.tv/2011/09/pas-muy-inseguro/

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